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Dominical/ Creado el: 2015-07-12 07:49

Neiva, un paraíso para la indigencia

El clima y sobre todo la generosidad de la gente, hacen de Neiva una ciudad muy llamativa para la práctica de la mendicidad. Un estudio reciente adelantado por la Alcaldía de Neiva demuestra que los indigentes que recorren las calles de la ciudad son en su mayoría jóvenes que gozan de buena salud. Administración impulsará campaña para prohibir, por decreto, la entrega de ayudas a los llamados habitantes de la calle.

Escrito por: Redacción Diario del Huila | julio 12 de 2015

¿Condición social, desempleo o simplemente el gran negocio?

“Un día le dije a un señor que carecía de sus dos extremidades inferiores y que pedía limosna en el Parque Santander, que le iba a regalar una silla de ruedas para que su movilidad no fuera tan traumática. La respuesta fue contundente. “No gracias, es que me dan más plata tirado en el piso que en la silla de ruedas”.

Este testimonio de un habitante de la ciudad, sumado a un estudio adelantado por la Alcaldía de Neiva, deja en evidencia que si bien hay habitantes de calle en condición de discapacidad, son más los que practican la mendicidad por negocio.

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De los 322 indigentes censados, 294 -equivalente al 91,3%-  no padecen ningún tipo de discapacidad. Del total censado solo 12 personas, es decir el 3,7%, presentan algún grado de discapacidad física y la mayoría se relaciona con miopía o lesión en los ojos que se corregiría con unas gafas o lentes de contacto, como lo demuestra el estudio adelantado por la Secretaría de Desarrollo Social de la ciudad. Sin embargo esto no es lo que vemos a diario en las calles de Neiva.

Invidentes, personas a quienes aparentemente les falta una extremidad o que requieren de muletas  y hasta caminadores para desplazarse; grandes heridas vendadas que aparentemente supuran y un sin número de fingidas limitaciones que son simples estrategias para generar pesar, lástima y obtener más ayuda económica.

La realidad es que en las calles de Neiva hay un grupo de supuestos ‘discapacitados’ que en realidad son avezados actores que se aprovechan de una falsa condición para engañar y obtener un beneficio económico, como lo confirmamos.

En la entrada principal de un hipermercado del centro de Neiva, diariamente se ubicaba desde muy temprano un joven de no más de 20 años quien pedía dinero mostrando su supuesta  discapacidad. El muy hábil joven lograba introducir la pierna doblada en una bota del pantalón, generando la sensación de discapacidad, de haber perdido uno de sus miembros. Adicionalmente aseguraba provenir del departamento de Caquetá, donde supuestamente  había sido víctima de una “mina quiebrapatas”, con lo que conseguía que la gente sintiera lástima y por su puesto la inmediata generosidad económica.

Pero logramos desenmascararlo. Un equipo periodístico de DIARIO DEL HUILA lo abordó y descubrió. Le preguntamos sobre su vida y detalles del accidente que lo había dejado lisiado para toda la vida. Al final le prometimos una ayuda consistente en una prótesis, indicándole que para entregársela era necesario llevarlo a un centro asistencial. Cuando se le notificó que en unos minutos llegaría un vehículo a recogerlo, sucedió el milagro.

Como por arte de magia salió de la manga del pantalón la otra parte de la pierna, la que le sirvió para levantarse y salir corriendo, no sin antes  lanzar todo tipo de improperios.

Pero hay otros casos que confirman que en Neiva la mendicidad es un negocio del que muchos se lucran, incluso no solo los que piden.

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Está comprobado que algunos verdaderos discapacitados están siendo utilizados por personas inescrupulosas para ejercer la mendicidad, no como un sustento, sino como negocio.

Un ejemplo muy conocido por los habitantes de Neiva es el de la joven que desde hace muchos años canta en las calles del centro portando un par de maracas. Ella se sienta en una pequeña banca y realizando movimientos en su cuerpo hacia atrás y adelante, interpreta canciones de amor. Ella evidentemente es discapacitada -eso es innegable- es invidente y además mueve su cuerpo de esta particular forma debido a una lesión irreversible en el sistema nervioso, según explica un especialista.

Pero lo claro es que detrás de ella sí hay alguien que la utiliza. Esta joven mujer, en épocas de fiestas, es llevada a otros municipios del Huila donde aprovechan la concentración de personas para recaudar más dinero, algo que evidentemente no puede hacer ella sola y que seguramente no lo haría por iniciativa propia.

A esta joven la vimos recientemente en la Feria de Pitalito, junto a otro reconocido personaje, quien se acuesta en un cartón a un lado del Templo Colonial, simulando ser discapacitado, cuando en realidad tiene más salud que mucho trabajador informal que vemos en el centro de la ciudad.

Como vemos los hay farsantes y otros que siendo discapacitados, acuden a la mendicidad con un fin eminentemente lucrativo y en muchos casos utilizados por terceros.

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Falsos desplazados

Otra justificación común para pedir dinero en los semáforos y esquinas de las calles de Neiva, es la supuesta condición de desplazado por la violencia. Vemos a familias enteras con carteles donde argumentan el desarraigo, con niños en brazos y mostrando precarias condiciones. No podemos negar que efectivamente algunos lo son, pero la verdad es que muchos se aprovechan de esta condición para conseguir jugosas ganancias.

Según el estudio de caracterización del habitante de la calle de Neiva, solo el 18,3 de los encuestados demostró el desplazamiento, una cifra que confirma que muchos se están aprovechando de esta circunstancia para ejercer la mendicidad. Pero además el análisis de los resultados arroja que de los 322 censados ninguno pertenece a comunidades indígenas ni raizales y que la mayoría son de municipios del Huila.

El evidente negocio

Uno de los jóvenes rehabilitados en la Casa del Habitante de la Calle que impulsa la Alcaldía de Neiva, confiesa que en un buen día logró recaudar en ayudas (limosna) la no despreciable suma de 150 mil pesos. Si este es el promedio que recibe cada día un habitante de la calle, estamos frente a una ganancia mensual de cuatro y medio millones de pesos, un ‘salario’ que no muchos se ganan en Neiva ni en el país.

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Pero cuando se habla de habitantes de calle no es posible generalizar. Unos palpablemente lo hacen por necesidad, algunos por estar consumidos en la drogadicción, otros por limitaciones que les impide trabajar y un porcentaje grande porque tienen claro que la mendicidad es un buen negocio.

La Alcaldía de Neiva, desde la Secretaría de Desarrollo Social y Comunitario adelantó este estudio de caracterización para establecer el perfil del habitante de la calle en Neiva, encontrando datos reveladores que en todos los casos apuntan a que son los mismos ciudadanos los que indirectamente están haciendo de la mendicidad un gran negocio. (Espere mañana segunda entrega.

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