María José, la menor que decidió cortar su cabello por una inspiración
A sus 10 años, María José Vargas Bustos decidió cortarse su largo cabello con el objetivo de donarlo a un menor con cáncer. Una pequeña que no vio reparos en hacer una donación completa a menores que ella considera, no les volverá a crecer su cabello. Esta es la historia.
En medio de un salón de belleza invadido de tijeras, secadoras y maquillaje, ubicado en la carrera sexta de Neiva, María José, una menor de once años cuenta cómo y porqué en el 2014, quiso cortar su cabello con el fin de llevar a cabo una obra benéfica. Y aunque hoy su cabello está más largo y lo toca para mostrarlo hasta donde le quedó cuando su madre se lo cortó, no se arrepiente, pues siente que pronto, logrará lo que algún día siempre quiso hacer.
Todo comenzó cuando Majo, como cariñosamente le llaman sus amigos y familiares, le dijo a su madre que quería cortarse el cabello. “Yo desde hace rato quería cortármelo, aunque mi mamá decía que mi cabello era muy bonito, finalmente dejó que hiciera lo que quería hacer”. Su idea era sencilla: cortar sus largos y finos cabellos para luego, hacer una peluca y finalmente donarla a algún niño con cáncer. A la idea se sumó una prima suya, quien también quiso donarlo.
Su madre, Ferdy Bustos Monje, una diseñadora de modas y estilista, dueña del salón de belleza donde su hija narra cómo nació la idea y de la cual también hace parte, reconoce el valor de María José, pues demuestra que una donación hay que hacerla completa. “Un día cualquiera me tomó por sorpresa porque me dijo ‘mami, yo quiero cortarme el cabello para donarlo, porque hay niñas enfermas’. A mí me dio duro, porque una niña con ese cabello tan largo y bonito, que se parecía a una princesita”, relata Ferdy. Para Majo, su cabello crecería, el de las menores con cáncer no. “Ellas se sienten incómodas sin su cabello y yo no”, le había dicho a su madre.
Convenció a su mamá
“A mí me quedó sonando eso y entonces le pedí el consentimiento al papá de ella. Él me dijo, ‘no, pero como se va a quedar ella sin su cabello tan bonito’. Lo cierto es que mi hija terminó convenciéndome y por hacer también una obra social, me puse a pensar que ella tenía toda la razón y me pareció muy bonito de su parte”, expresó Ferdy.
Ella dice que lloró. El padre de María José también. En la sala de belleza, las clientas de Ferdy entraban y preguntaban por el cabello de María José. “¿Por qué se lo cortó?”, decían. Ferdy les explicaba y daba una respuesta, al tiempo que se sentía orgullosa de la decisión que había tomado su hija.
A la par con su idea de realizar obras benéficas como la de hacer una donación completa con su cabello, María José menciona todo lo que quiere hacer cuando salga del colegio. “Quiero estudiar derecho para ser la primera presidenta de Colombia, quiero ser cantante y también me gustaría ser profesora de matemáticas, porque me encantan las matemáticas”.
A Majo, su mamá le dice que está bien que ella quiera ser la primera presidenta de Colombia “porque es que con todos estos presidentes tan malos. Ninguno ha sido tan bueno, el único que estuvo a punto de ser tan bueno fue Gaitan, pero pues con lo del Bogotazo…”, relata María José, segura y convincente en sus palabras.
En el Colegio Children World, donde María José cursa quinto grado, hay muchas compañeras con el cabello largo. “Tengo compañeras del colegio que tienen su cabello largo, pero nunca se les ocurriría donar su cabello. Ellas dicen no y no, es que no se cortan ni las puntas”, asegura.
“Invito a las personas a que se inspiren”
Un día María José pasaba los canales de televisión y encontró el motivo para hacer una causa social. “No conozco a nadie que tenga cáncer. Mi mamá me decía que cuando era pequeña existían niños con esta enfermedad. Una vez estaba pasando los canales de la televisión, y vi a niños enfermos, se veían muy mal y algunos de ellos sin cabello, otros tenían pelucas. Entonces pensé que podía ayudar algún niño como yo, que tuviera esta enfermedad, donándole mi cabello”, relató.
El año pasado 2014, luego de que su cabello fue cortado, Ferdy, su madre, acudió a la Casa de las Pelucas, un establecimiento comercial que le habían recomendado y ya tenía presente, pues su dueño era quien le tejía las extensiones que ella misma ponía en su salón de belleza. Tiempo después, la peluca ya estaba hecha y lista para ser donada.
“Gracias a Dios se hizo eso y se llevó el cabello de ella. En vista que mi hija se cortó su cabello, una sobrinita mía también se incentivó a hacerlo. La idea mía era haber hecho dos pelucas, pero solamente pudieron sacar de los dos cabellos de las dos niñas una sola. Efectivamente en estos momentos buscamos donarlo a alguna niña de la Unidad de Cancerología del Hospital. Esta semana iremos, porque mi hija quiere personalmente entregarlo a la persona indicada”.
Ferdy dice, llena de orgullo, que la idea de su hija puede servir como referente a muchas personas que tienen la disposición de hacer una donación para que la hagan completa. “Muchas personas que tienen ese gran corazón van a los sitios a donar su cabello pero con la incertidumbre de no saber si realmente van a llegar a los niños con cáncer o si en últimas van a dar a negocios. Entonces el llamado es para que cuando queramos hacer una donación, la hagamos completa. El señor que las hace en Bogotá las envía hechas hasta Neiva, si la persona lo desea”, indicó.
La próxima semana, Ferdy y su hija María José, llegarán a las instalaciones de la Unidad de Cancerología del Huila para donar la peluca a alguna menor que la requiera. “María José quiere ir hasta allá y entregársela personalmente a la niña indicada”, dijo Ferdy, al tiempo que indicó que es importante que las personas sepan que muchas veces las personas que padecen esta enfermedad buscan pelucas sintéticas donde su precio oscila entre 80 y 100 mil pesos, pero que al mes siguiente se dañan “mientras que una peluca de cabello natural puede durar todo el tiempo que se quiera”.
“Invito a las personas a que se inspiren, a que donen su cabello porque hay personas que sí lo necesitan ya que no les volverá a crecer nunca más pero a uno sí. Hay muchas niñas con cáncer que desean tener un cabello”, concluyó María José.