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Dominical/ Creado el: 2014-04-06 08:02

LEONTE MUÑOZ CALDERÓN

Leonte Muñoz Calderón falleció el 15 de mayo del 2002.

Escrito por: Redacción Diario del Huila | abril 06 de 2014

En 1966, cursé primero bachillerato en el Colegio Salesiano San Medardo, recuerdo que Antonio Muñoz Mejía, Ángel Rojas Orosco, Luis Ignacio Donoso Vargas, Carlos Alberto Grajales Ramírez, Dorian García, Alejandro Mejía Nieto, Germán Bahamón Vanegas, Luis Fernando Bernal Vanegas, Jaime Cabrera Borrero, José Alberto Acosta Pastrana, Dionisio Serrano, Carlos Alberto Jaramillo Peñuela, Rodrigo (Comején) Durán Yepes, Jaime Ramírez, Manlio Gutiérrez Perdomo, Luis Alberto Vanegas Silva, Rodrigo y Luis Fernando Vidal Perdomo, Luis Eduardo y Rodrigo Vanegas Silva, entre otros, eran mis compañeros de curso, el que dirigía Gilberto Medina, más tarde (1971), sacerdote y prefecto de disciplina del colegio.

Con “Toño” Muñoz cursamos varios grados en los que mantuvo -sin ser el mejor-, un buen promedio. Moderado, solidario, respetuoso con los profesores, con cierto perfil “mamagallista” fino que lo sonrosaba al máximo cuando era descubierto. Su estatura siempre estuvo por encima de la media por edad, motivo por el cual era el más alto del curso, medida que le facilitó pertenecer siempre al equipo de baloncesto.

En quinto grado cuando ya nos acompañaban Rafico Pantoja Palacio, Luis Alberto Mora Pastrana, Julio Vargas, Roberto Durán Barrera, Fernando Rodríguez Roa, José Antonio Díaz Vargas, Guillermo “el gato” Perdomo, el “Gordo” Romero Yepes, Rodrigo y Rafico Briñez, entre otros, fue tomando cierto aire de seriedad, se había ennoviado con Luz Ángela Salazar Hakin, hoy su esposa.

Fue el de la iniciativa y mayor fuerza para colgar a pulso y de los pies a los compañeros de curso desde el segundo piso -por encima de la baranda-, chanza que hoy me crispa, la que me hicieron y a las que contribuí. Era el preciso momento por el que no aparecía ningún maestro. ¡Muchachadas! diría mi abuelo!

Hubo la moda también de meter al agua a quien notábamos que iba más arreglado que de costumbre, señuelo que se iba a ver con la novia. Por entonces funcionaba la pila del Parque de los Periodistas y la del infantil o Concha Acústica “Jorge Villamil”, que de noche funcionaba con luces a color y en su pabellón un negocio que se llamaba “People´s”. Pronto suspendimos estos juegos cuando el padre Escobar anunció que despediría sin contemplación a quien intentara cualquier chanza de este tipo.

Iniciando el bachillerato tuve la oportunidad de tratar al padre de Toño por primera vez, el doctor Leonte Muñoz Calderón era alto, de piel blanca rosada, ya de entradas en su cabello cano, cejudo y con bigote. Inteligente, prudente, impecable en el vestir, comprensivo y jovial que por entonces recogía a Toño en un campero Toyota blanco, nuevo y carpado. Noté en él algo escaso en nuestra región, el don de escuchar con suma atención y respeto. Para él todo era importante y serio. Si la memoria no me falla, gerenciaba ya la Compañía Colombiana de Seguros y residían en el Quirinal. Más tarde vivieron en la calle 7ª entre carreras 7ª “A” y 8ª, frente a la casa de las Sarquís para nuestros mayores, la segunda sede del Instituto Ciudad de Neiva para mi generación y la del Colegio Latinoamericano para las posteriores.

En cierta oportunidad le hablé de Leonte Muñoz a mi padre, me comentó que era de Pitalito, hijo de don Ricardo Muñoz y doña Matilde Calderón Tovar, propietario de la hacienda Venecia. Que había sido Contralor del Huila y que su hermano José Ricardo era el esposo de Nelly Turbay, la primera huilense que había llegado a la Cámara de Representantes tras ejercer las colombianas por primera vez el derecho de participar en política (1958-1962).

Cuando fui funcionario de la Contraloría Departamental, me enteré que había sido el XIV Contralor, que se posesionó el 19 de diciembre de 1958 y desempeñó el cargo hasta el 15 de agosto de 1960. Sustituyó a Liborio Falla Fajardo y lo sucedió Luis Eduardo Chávarro Benjumea.

Leonte en nuestro entorno es un nombre escaso, quiere decir “Amado por todos” u “Hombre que encuentra la paz en sus padres y abuelos”. Solo al Ingeniero Leonte Rojas le he conocido como tocayo suyo en el Huila.

Históricamente hablando, existió Calícrates Leonte quien fue un gran líder aqueo que contó con el apoyo de Roma y de los aristócratas del Peloponeso. Literariamente figura como personaje principal de uno de los cuentos de invierno de Shakspeare, citado como rey de Sicilia, casado con la princesa Hermione (Herminia, posiblemente en español), mujer hermosa y virtuosa con la que llevaba un matrimonio armonioso que arruina por celos infundados. Hoy también existen tocayos suyos importantes como Leonte Brea, dominicano que ha impactado con su libro: “El político, radiografía Íntima”, compendio político como ciencia -forma de ejercerla y manipular el poder en la medida que los pueblos y las instituciones lo permiten-. Ve al político como cínico en estado puro y dedica inclusive un capítulo a la psicología enfermiza y paranoica de Josef Stalin.

Leonte Muñoz nació en Pitalito el 23 de julio de 1917; fue bautizado con el nombre de su abuelo. Estudió sus primeros años en la escuela Mortiñal y terminó su primaria en el colegio San Antonio de Pitalito. La secundaria la cursó en el Liceo La Salle de Bogotá, y su carrera de Derecho en la Universidad Externado de Colombia.

Tras su grado se desempeñó como Juez Municipal y Civil del Circuito, fue Escribiente -Hoy Magistrado Auxiliar de la Corte Suprema de Justicia-, cuando a ella pertenecía el huilense, Aníbal Cardozo Gaitán. Fue Secretario de Gobierno Departamental en la administración de Augusto Paredes Tamayo, y Gerente de la Beneficencia del Huila, nombrado por Carlos Ortiz Fernández.

Cuando se jubiló se dedicó a Venecia, hermosa finca donde se han acogido personajes nacionales e internacionales; recuerdo haber estado allí en almuerzo ofrecido al candidato Julio César Turbay Ayala en 1978, cuando la dirigencia laboyana tenía a Rafael Pino Muñoz como candidato del sur a la Cámara de Representantes.

Leonte Muñoz fue el último Gobernador titular del Huila en el Gobierno de López Michelsen, nombrado por Decreto 0393 del 2 de marzo de 1978. Ejerció hasta finales de agosto del mismo año, siendo sucedido por el Ingeniero Hernando Suárez Cleves.

No era fácil tras el fallecimiento de Carlos Vargas Villalba, vísperas de elecciones presidenciales y parlamentarias, nombrar gobernador. Etapa de excesiva sensibilidad y celo político, motivo por el cual fue encargado por pocos días el Coronel Hernán Hurtado Vallejo. Mientras tanto López buscó a un hombre sensato, ecuánime y cristalino, que garantizara el adelanto y culminación de varias obras sin politiquería. Deseaba terminar regionalmente su cuatrienio en paz política, pues en su mandato hubo cinco gobernadores en propiedad y dos en interinidad por decreto presidencial. La polvareda política en su período no era cualquier cosa.

Leonte Muñoz era casado con doña Alicia Mejía, hija de Antonio Mejía Baraya y de Inés Ponce de León Álvarez, dama bogotana culta, tierna y amable que conoció por los días azarosos del 9 de abril de 1948. Se casaron el 21 de junio de 1951 y se residenciaron inicialmente en Venecia -Pitalito-, donde nacieron Ricardo, Antonio y María del Pilar, hoy exitosos profesionales e industriales de Bogotá.

Por Orlando Mosquera Botello.