La Habana, hermosa y devastada
Todo y todos son controlados “desde arriba”, es decir desde el poder central y desde las miles de cámaras instaladas en La Habana, que se han ahorrado la presencia policial que abruma otras ciudades del mundo.

Mientras el presidente Obama se saluda con Raúl Castro, los cubanos sueñan con despertar de un letargo de cincuenta años que los tiene sumidos –orgullosos de ser “libres”- en la miseria, la desidia y la desesperanza.
En el Hotel Nacional, el más internacional, el más parecido a un hotel de lujo en cualquier capital del mundo, no sirvieron tinto el domingo anterior, ¡porque tenemos dañada la greca! Y cambiarla por una nueva no es cosa fácil en la Cuba de hoy.
“La apertura” económica que se inició con la llegada de Raúl, el hermano de Fidel, ha permitido que alguien monte una remontadora artesanal de calzado, o venda jugos o frutas, o instale una imitación de librería, donde sólo se venden textos “oficiales”.
Todo y todos son controlados “desde arriba”, es decir desde el poder central y desde las miles de cámaras instaladas en La Habana, que se han ahorrado la presencia policial que abruma otras ciudades del mundo. Aquí el ladrón le teme a quedar “grabado” y pagar diez años de cárcel. Y son muy escasos los mendigos porque también son castigados.
En fin, al margen del futuro que se avecina (la invasión gringa), estas fotos muestran la majestuosa Habana, hermosa en su naturaleza, que todavía conserva en buen estado algunos de sus edificios estatales, y la ciudad devastada por el paso de cincuenta años, donde todo escasea, menos salud, comida y educación, aunque limitada, contada, vigilada.
El estado de apartamentos y edificios es ruinoso. El de los carros igual, aunque los conservan con el cuidado de una reliquia, porque para sus dueños son –aunque sea uno solo- su gran industria y sustento familiar.
La Habana, la capital de Cuba, es dos o tres veces Cartagena, con una zona turística privilegiada. La otra (como Cartagena) un extenso tugurio.
De pesca en el malecón Habanero que conecta la Habana vieja con el Vedado. Al fondo a la izquierda el hotel Habana libre y a la derecha el edificio Focsa.
El Balcón tendero de la Habana Vieja.
La bahía y la majestuosa Habana.
El monumento al General dominicano Máximo Gómez.
Poniéndose arte al rebusque.
El imponente teatro de la Habana, frente al parque central, el antiguo Centro Gallego, construido en 1915.
Casi toda la ciudad está deshecha, arruinada. Varias generaciones viven en apartamentos y casas derruídas.
El emblemática Hotel Nacional de Cuba, inaugurado el 30 de diciembre de 1930.
En la zona de El Vedado, el barrio rico y lujoso de otros tiempos, sobrevive el cine Yara, como cine y centro cultural.
Lo que en Colombia es el mototaxismo, en La Habana es la gran industria de los “cocotaxis”, autorizados y patrocinados por el Estado.