Ganancias vs. salarios: la distancia es cada día más grande
Alrededor de mil millones, un tercio de la población urbana del mundo, vive en barrios marginales, cifra que aumenta con la desigualdad, vulnerable a las crisis económicas y a la inestabilidad social.
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Según el informe Riesgos Globales 2014 del Foro Económico Mundial (FEM) reunidos en Davos, Suiza donde participaron 700 expertos señala que el mayor riesgo en la próxima década es el aumento de la brecha entre ricos y pobres, dada la disparidad de ingresos. Agréguense episodios meteorológicos extremos, desempleo y crisis fiscal. Al analizar 31 riesgos se enfatiza en el desempleo juvenil, la desintegración digital y riesgos geopolíticos. El futuro de la juventud preocupa por problemas de acceso y calidad de la educación, marginalidad y altas tasas de desempleo.
Más del 50% de jóvenes en países desarrollados buscan trabajo, el empleo informal crece y el 90% viven países en desarrollo. David Cole, jefe de riesgo del grupo de Swiss Re, señaló: “Como resultado de la crisis financiera y la globalización, la generación más joven de los mercados maduros lucha contra una situación desesperada, con cada vez menos oportunidades de trabajo, y con la necesidad de soportar el envejecimiento de la población. Aunque en los mercados emergentes hay más trabajo, los trabajadores aun no poseen las aptitudes necesarias para satisfacer la demanda”.
Alrededor de mil millones, un tercio de la población urbana del mundo, vive en barrios marginales, cifra que aumenta con la desigualdad, vulnerable a las crisis económicas y a la inestabilidad social. Esta población la integran los pobres, los trabajadores informales, las mujeres, discapacitados, minorías étnicas y jóvenes. Entonces, ¿de quién es la prosperidad cuando se habla de promedios y crecimientos per cápita, sino tenemos en cuenta como se distribuyen los ingresos entre individuos, comunidades y países?
El nobel de Economía J. Stiglitz ya advertía que “Tenemos tanta desigualdad, y dado que esta va en aumento, lo que está ocurriendo con la renta (o el PIB) per cápita no nos dice mucho acerca de lo que está viviendo el estadounidense típico. Si los ingresos de Bill Gates y Warren Buffen aumentan la renta media de Estados Unidos también aumenta.” (El Precio de la Desigualdad, 2012). Situación igual se presenta en el resto de países como lo señala el PNUD refiriéndose al Índice de Desarrollo Humano (IDH), que aunque se ha reducido la perdida promedio de desarrollo humano como consecuencia de los adelantos en materia de salud, “han aumentado las disparidades relativas a los ingresos en distintas regiones y la desigualdad en educación ha permanecido constante” (Informe sobre el Desarrollo Humano, 2014). Agrega que más del 50% de personas en el mundo viven con menos de US$2,5 al día; alrededor de 1200 millones con US$1,25 diarios, en situación de pobreza. Al tiempo el 80% no cuenta con protección social integral, el 12% (842 millones) padece hambre crónica y casi la mitad de los trabajadores (1500 millones) tienen empleos informales o precarios.
Aun en países desarrollados como Norteamérica y Europa la crisis se agudiza por el mayor número de personas que apenas cubren sus necesidades básicas. En EE. UU. estas representan el 15,1% en 2010 frente al 12,5% en 2007 y en el 2011 el número de familias en situación de pobreza extrema (US$2 o menos según BM) se duplico respecto a 1996 alcanzando 1,5 millones de familias, situación similar a la que vive España, México y Corea del Sur.
Colombia ocupa el puesto 98 entre 168 países del mundo en desigualdad, siendo los mejores Noruega, Australia, Suiza, Países Bajos, EE. UU., Alemania, Nueva Zelandia y los peores Burundi, Burkina Faso, Sierra Leona, El Congo y Níger. El ingreso per cápita en Colombia es de US$ 7800 anuales, (Buenaventura, Tumaco la cifra baja a US$440) por debajo de países latinos como Chile (puesto 41), Cuba (44), Argentina (49) Venezuela (67), Brasil (79), Perú (82) y Colombia (98).
El coeficiente de Gini, que mide el grado de desigualdad, en una escala de 0 a 1 (donde 1 es la extrema desigualdad) para Colombia en 2013 es de 0,54, mientras que EE. UU., México y Argentina es 0,40. Según muestra de 23 ciudades realizada por el Dane encontró que las cinco menos desiguales son: Bucaramanga (0,437), Villavicencio (0,441), Cúcuta (0,443), Ibagué (0,451) y Valledupar (0,457); las más inequitativas son: Quibdó (0,538), Montería (0,525), Riohacha (0,523), Popayán (0,512) y Pasto (0,511). Las cuatro grandes ciudades se jerarquizan así: Barranquilla con 0,458 (puesto 7), Bogotá 0,504 (16), Cali 0.505 (17) y Medellín 0.506 (18). Neiva con 0,478 está en el centro de gravedad de la muestra (puesto 12).
Con relación a la Pobreza y la Pobreza Extrema, Quibdó con 49,9% y 17,55% en su orden, junto a Riohacha (43,3 y 12,7) son las peores clasificadas. En el otro extremo Bucaramanga (10,3 y 1,2) y Bogotá (10,2 y 1,6) registran los mejores indicadores. Ver cuadro:
En Colombia el 10% de los hogares más ricos perciben más del 40% de los ingresos laborales, mientras el 90% restante obtiene el 60% (SEDLAC-BM, 2010). Esta brecha se explica por tres factores: 1. La tasa de desempleo; 2. la informalidad y un nivel de salario por debajo del mínimo; 3. la dispersión salarial es muy amplia entre los que trabajan y tiene alta capacitación (Joumard, I; Londoño V, 2013).
Según el Índice de Pobreza Multidimensional (IPM), en el 2013 el 24,8% de la población es pobre y se localiza: Cabeceras municipales el 18,5% y el 45,9% en las áreas rurales. Este mapa de la pobreza y desigualdad en el ingreso reafirma que Colombia es un país de regiones, donde viven ricos herederos de fortunas que hacen parte del capital patrimonial, al lado de otros que se enriquecen con el capital empresarial, y los “nuevos ricos” que expropiaron a los campesinos (narcotraficantes y guerrilla). Según Thomas Piketty su riqueza hace parte del stock de casas bienes inmuebles, acceso a rentas mineras o de propiedades urbanas que se han distribuido de manera inequitativa, refleja una suerte de oligarquía económica y política, que cada vez toman distancia en relación con los que trabajan por un salario para ganarse la vida dignamente y pagan impuestos.
La contribución principal de Piketty, considerado por The Economist el “Marx moderno” y para nobeles como Stiglitz y Krugman un revolucionario de la ciencia económica, es la conclusión central de su obra: El capitalismo genera riqueza pero no corrige la desigualdad, por el contrario los ricos son cada vez más ricos puesto que la tasa de retorno de sus ganancias (r) es mayor, que las rentas de trabajo (g) y crecen más rápidamente que el conjunto de la economía (PIB), aun en épocas de crisis. Su investigación demuestra que usualmente (r) es mayor que (g), es decir, los ricos se hacen más ricos aunque los pobres no necesariamente sean más pobres pero la brecha entre el poder de las ganancias y el poder de los salarios es cada vez más grande.
* Ex rector de las universidades Nacional de Colombia y Surcolombiana. Profesor asociado de la Universidad Nacional.