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Dominical/ Creado el: 2016-08-28 09:18

El pueblito Ullumbe, una propuesta innovadora para san agustín

Liberio Salazar Trujillo

Escrito por: Redacción Diario del Huila | agosto 28 de 2016

(El pasado jueves 25 de agosto se hizo el lanzamiento del libro El Pueblito Ullumbe, una propuesta innovadora para San Agustín, resumen de la investigación realizada por Gabriel Calderón Molina, Liberio Salazar Trujillo y Tito León Salazar Trujillo con la participación de los estudiantes Catalina Mosquera y Mateo Murgueitio, hoy egresados de la Universidad Corhuila, en el auditorio de dicha institución. Publicamos hoy en la columna del Botalón extractos de la presentación del trabajo realizada por Liberio Salazar Trujillo, toda vez que dos de los autores son miembros de la tertulia).

Sin lugar a dudas y, en consonancia con los entendidos en la materia, la más importante reserva arqueológica, el legado más valioso de nuestros antepasados precolombinos está ubicado en la zona de confluencia de los deptos. del Huila y el Cauca, en el denominado triángulo mítico religioso del grupo o nación ullumbe y que abarca los municipios de S. Agustín, Isnos y Saladoblanco. El inmenso acervo escultórico que ha venido incrementándose con el paso del tiempo, gracias a la incansable acuciosidad de antropólogos y guaqueros, es incomparablemente superior en cantidad y en contenido simbólico a la huella de su cultura que marcaron otras etnias ubicadas en el territorio de lo que hoy es Colombia.

Así lo entendieron y valoraron quienes, habiendo conocido de primera mano, la estatuaria agustiniana dejó constancia de su asombro y admiración, dedicando algunos de ellos varios años a su estudio, clasificación e interpretación.  El título de la obra que publicó en Europa el más técnico y profundo estudioso de la cultura ullumbe, el teutón Konrad Theodor Preuss “Arte Monumental Prehistórico” es bien diciente. Con algunos elementos que llevó a su país ( y que dicho, sea de paso, no han sido devueltos pero tampoco exhibidos adecuadamente sino arrumados en un depósito, según testimonio personal del Dr. Gabriel Calderón Molina y a pesar de las cartas de solicitud oficiadas por el Gobierno Nacional ), con dichos elementos, digo, organizó en Berlín por los años 30 del siglo pasado una exposición que “dio a conocer ante el mundo la existencia de una civilización de la que ni el viejo ni el nuevo continente tenían noticia.”

Sin embargo y en contravía de lo que los países vecinos han hecho para promocionar su riqueza arqueológica, da la impresión de que Colombia en general y el Huila en particular están lejos de haber dimensionado el tamaño y la trascendencia del tesoro que poseemos. Quienes han visitado los vestigios incas en el Perú y los aztecas y mayas en Centroamérica tienen la evidencia de que tenemos una deuda histórica sin saldar con nuestros antepasados. A diferencia de lo que para ellos significa como fuente de riqueza el turismo, como sector de la economía que cada vez adquiere mayor relieve en los presupuestos nacionales, es realmente pobre nuestro avance en infraestructura vial y hotelera, la escasa promoción nacional e internacional del incipiente circuito turístico, el desconocimiento e impreparación de los habitantes del contorno para atender con adecuados servicios las demandas de los visitantes y con la limitada oferta de los incontables atractivos que podrían mostrarse para complementar la visita al parque arqueológico. Ésa, una de las razones por las que la estadística de visitantes a S. Agustín  muestra tan leve ascenso en los últimos 10 años: en el año 2009, entre nacionales y extranjeros 57 .000 y en 2014,  77.000, a diferencia de las visitas a Machu Pichu: en 2014 millón 200 mil y el propósito es duplicar ese número en 5 años.

Estas consideraciones movieron al Dr. Gabriel Calderón Molina a buscar las causas de esta paradójica encrucijada la reserva arqueológica. Oriundo del municipio y destacado líder cívico del mismo, planteó un listado de soluciones en la dirección de incrementar los atractivos  para el visitante, entre las cuales propuso la creación de un Pueblito típico  al estilo de los existentes en varias ciudades del país, pero que mostrara la vida cotidiana  del pueblo que diseñó una tecnología propia del manejo de la piedra, creó herramientas, inventó diferentes estilos escultóricos a lo largo de los varios períodos en los que evolucionó su cultura, según los arqueólogos y antropólogos Reichel Dolmatoff o Luis Duque Gómez, las prácticas pedagógicas mediante las cuales formaron generación tras generación de escultores, sus viviendas, sus ritos funerarios, su alimentación y vestuario,  sus técnicas agrícolas, sus conocimientos en medicina, astronomía, etc., etc., todo lo cual quedó plasmado en códigos indescifrables en cada uno de los detalles de las misteriosas esculturas. Pero la intención central y prioritaria del Pueblito es rendir homenaje a los miles de cultores líticos que descuidaron el arte de la guerra por dedicarse a eternizar en la roca su cosmovisión y su actitud frente a sus divinidades, frente a la naturaleza, la flora y la fauna con la que interactuaron armoniosamente y que aparecen representados en sus diversas creaciones. Y esta decisión resultó una apuesta trágica para su supervivencia cuando vecinos belicosos y con un desarrollo mental inferior, los aniquilaron 4 o 5 siglos antes de la llegada de los conquistadores. Elegido alcalde de su municipio en el 95, el Dr. Calderón intentó plasmar su idea en un prediseño artesanal que no le satisfizo y solo en 2012, como docente de la Corhuila, formuló a un grupo de colegas y de estudiantes de la carrera de Administración de Empresas Turísticas,la idea de llevar a cabo una investigación técnica que planteara los fundamentos sociales e históricos que justificaran y delinearan las características y los componentes de dicho constructo turístico.

El equipo investigador llegó al consenso de que dicho Pueblito debía formar parte de un gran complejo turístico, un centro cultural que incluyera otros escenarios y servicios como auditorios, bibliotecas, museos, talleres de escultura, además de la logística de almacenes, restaurantes, parqueaderos, etc. en cuyo recinto más amplio y visible desde todos las partes del edificio, estuviera el pueblito indígena, denominado Pueblito Ullumbe. Pueblito,  para colocarlo en la misma línea de las ya consagradas réplicas que hacen memoria del origen de algunas ciudades colombianas. Y -Ullumbe, porque es quizá el verdadero nombre de esta etnia, aunque somos conscientes de la imposibilidad de modificar ya el galimatías del nombre “agustiniana o de San Agustín” a una cultura que nada tiene que ver ni con el santo africano del siglo IV, ni con el poblado llamado San Agustín, fundado siglos después de haber desaparecido la tribu de escultores. Y un gran centro cultural porque es lo menos que merece la zona arqueológica y constituye el saldo de la gran deuda del país para con el Huila, que de algún modo resarza o diluya la evidencia de ineptitud mental o miopía cultural que significa haber tratado de manera tan primitiva e ineficiente este tesoro.

Porque para el grueso de los visitantes del parque, que no está integrado por especialistas en el tema, este centro permitirá complementar la información recibida en la mañana en el parque de parte de los guías al recorrer las diferentes mesetas  y escenarios en que los expertos han distribuido u organizado lo menos artificiosamente posible la estatuaria. En la tarde se trasladaría a este centro, donde a través de estrategias pedagógicas pertinentes, bibliografía, audiovisuales, representaciones teatrales, prácticas de taller de escultura, recorrido de museos que guarden la memoria tanto de los habitantes de las laderas del macizo en los siglos en que floreció esa cultura como en etapas posteriores a la conquista y la colonia, esa mezcla de cultura española e indígena que se gestó en este entorno de clima, paisaje, ríos y selvas, con unas costumbres, unos imaginarios, una música, unas danzas, una gastronomía, un arte, etc. que interese al visitante y le haga más agradable y duradera ( ojalá más de un día ), su estadía y permanencia en el lugar.  ( … ).

El trabajo que hoy entregamos como fruto de la búsqueda de una fundamentación histórica y social de la propuesta, ha de convertirse en insumo para la elaboración de una 2ª. parte, consistente en los diseños arquitectónicos que deberán armonizar con las condiciones geográficas y ambientales de la zona del macizo y con el estilo o los estilos artísticos que muestran las esculturas. Contendrá igualmente los cálculos financieros de su construcción, a la vez que el modelo administrativo del centro, cuya mejor opción, con toda seguridad, será una APP, para, por una parte obviar los vicios de la Administración Pública, sometida a los intereses de la politiquería, pero, por otra, impedir que un patrimonio que pertenece a todos los colombianos sea usufructuado por personas particulares.