jueves, 11 de septiembre de 2025
Dominical/ Creado el: 2016-09-05 04:38

El diez

Orlando Mosquera Botello

Escrito por: Redacción Diario del Huila | septiembre 05 de 2016

El nacimiento del sistema numérico decimal fue consecuencia de la definición pitagórica del 10 (diez). Hasta entonces, los babilonios emplearon el sistema sexagesimal, en el que cada unidad se divide en 60 unidades de orden inferior, método que se aplica en la actualidad para medir el tiempo y la amplitud de los ángulos.

Sergei Fomin argumenta que dicho método se debe a que los mesopotámicos establecieron su año en 360 días, concluyendo que el divisor 60 era la cifra base de toda numeración. Habían dividido la circunferencia en 360 grados iguales y a cada uno de estos segmentos le asignaron un dios. Desde luego consideraban que el sistema geométrico era de origen y uso divino, con plena convicción que el universo había sido creado con este sistema.

Según Aristóteles, los pitagóricos fueron los primeros en hacer evolucionar las matemáticas, se convencieron que sus principios eran los de todos los seres, identificando en el número la naturaleza íntima del todo, el punto de inicio, el fundamento y la causa de todo lo existente. Todo es número, todo es reducible a número, todo obedece a leyes numéricas.

Para Pitágoras, el “10” era el símbolo del universo y también representó la totalidad del conocimiento. Sobre esta certeza construyó no solo una matemática, sino también una metafísica, y aún más allá, un ideal de orden, de racionalidad, de armonía universal. Según Filolao -alumno de Pitágoras-, “es la naturaleza del número la que permite conocer a cada individuo todo lo que es dudoso o ignoto. Nada sería comprensible, ni las cosas en sí mismas ni sus relaciones, si no existiesen el número y su sustancia”.

Desde entonces, el 10 asumió un particular valor simbólico en cuanto a madre de todos los números. Su expresión gráfica fue considerada el símbolo de la perfección, un esquema universal, un modelo ideal detectable en todos los ámbitos de la naturaleza.

Para muchos el “10” es un número mágico porque representa el principio y el fin. Argumentan que del uno provienen todos los números y del cero el caos del cual se originó el uno. Hoy en día en un estadio de futbol el ojo del huracán es el jugador número diez. Inicialmente los números de las camisetas fueron simples complementos, hoy dan categoría. Aparecieron por primera vez en Inglaterra, el 25 de agosto de 1928, en un partido entre Arsenal y Chelsea, con el propósito que el árbitro los reconociera fácilmente. Los titulares portaban del 1 al 11, y la banca del 12 en adelante. Ya en el mundial de Suiza (1954), lo portaron fijo para todo el campeonato, manteniendo los titulares los primeros 11.

Existen famosas excepciones como la del holandés Johan Cruyff, volante mundialista que participó siempre con el número 14, y la forma de los directivos para manejar la prepotencia de los argentinos en los mundiales 78 y 82, optando por asignarles los números en orden alfabético, con excepción de Diego Maradona en 1982, quien exigió llevar el 10. Vaya ver si no se lo daban.

En 1993 por iniciativa inglesa, queda abolida la norma de llevar los titulares los números del 1 al 11, dejando en libertad su escogencia, siempre y cuando no se sobrepase el número de los permitidos en planilla. El estatus que tiene hoy el 10, nace en el mundial de Suecia (1958), con Edison Arantes do Nascimento Pelé, quien con su destreza y aptitud lo inmortalizó. Dicho número lo llevó por casualidad, ni él, ni su técnico lo exigieron. La entonces Confederación Brasileña de Deportes CBD, ahora Confederación Brasileña de Futbol, envió el listado de jugadores sin señalar sus respectivos números. La numeración fue dada al azar, al arquero Gylmar dos Santos le correspondió el 3, a “Didí” el 6, y “Garrincha” el 11, a “Pelé” que solo tenía 17 años el 10, convirtiéndola en símbolo de Crack. En adelante la llevaran los hábiles, los creativos, los calidosos, los que le ponen magia al balón, los que se echan el equipo al hombro, los que divierten magistralmente. Maradona, Zidane, Platiní, Ronaldinho, Zico, Baggio y otros la han portado con mucha magia.

Colombia ha participado en cinco mundiales. En Chile 62, la número 10 la llevó el mediocampista Rolando Serrano. Había que enfrentar a Uruguay, la Unión Soviética y Yugoeslavia. Allí solo se logró un punto, el empate con la URSS imposible de olvidar porque se esperaba una goleada. No llegaba señal de Tv a Colombia pero la descripción de Carlos Arturo Rueda hizo vibrar al país. Los mayores recordamos al “Caimán” Sánchez, “Pacho” Zuluaga, Marcos Coll, Germán “Cuca” Aceros, Marino Klinger, Antonio Rada y Delio “Maravilla” Gamboa, entre otros.

En 1990, Colombia retornó al mundial tras lograr cinco puntos lo mismo que Paraguay y Ecuador en el grupo dos. Tocó repechaje con Israel a quien Colombia le ganó por un gol de Palomo Usuriaga en Barranquilla, y empató en ciudad de Ramat. Era el mejor momento de Higuita, Escobar, Perea, Cassiani, el “Pive”, Redin, y Leonel Álvarez, entre otros. Inolvidable el gol dramático de empate con Alemania, anotado por Rincón tras meter el balón “de cuquita” entre las piernas de Bodo Illgner, catalogado como uno de los mejores arqueros del mundo. Los analistas esperaban goleada para Colombia, pero casi eliminado, el equipo pasó del infierno al cielo en el minuto 92.

Inolvidable también la eliminatoria 94, cuando siendo parte del grupo “A”, Colombia trató sin piedad el arco argentino defendido por Goycochea, entalegándole cinco goles. Argentina quedó en la cuerda floja logrando clasificación por repechaje. Los calificaron como los mejores del mundo, hasta Pelé los incluyó entre los favoritos. Retornaron con el rabo entre las piernas, luego de haber perdido con Rumania y Estados Unidos, partido último recordado por el autogol de Andrés Escobar, motivo de su asesinato. El único ganado fue ante Suiza (2-0). El número 10 lo volvió a llevar, Carlos el Pibe Valderrama.

En 1998 le correspondió a Colombia el grupo “G”. Nos eliminó Inglaterra tras haber caído ante Rumania y haberle ganado a Túnez 1-0. Carlos Valderrama porta por última vez el 10.

Volvió Colombia en el 2014 alcanzando cuartos de final. Como bien lo recordamos, el 10 lo llevó y lo sigue portando James Rodríguez. Todos en Brasil fueron magníficos, por algo se llegó a cuartos de final. Nos eliminaron a pito, esta semana nos sacamos el clavo. Hoy James no solo lleva el 10, sino el brazalete de capitán.

El uruguayo y medio campista, Mateo Figoli Martínez, es el 10 del Atlético Huila, tiene 32 años, ha jugado en Suiza, México, e Italia. En Colombia con el Cúcuta y Alianza Petrolera. Le llaman el Mago, ojalá le resulten los hechizos.