EL DIESTRO Y LA SIRENA
Neiva fue una ciudad comercialmente organizada en las décadas del 50 y 60. La calle 9ª entre 5ª y 6ª era la del calzado, recuerdo que acogía entre otros, a “Calzado la Moderna” de Joaquín Perdomo, “La Rioja” de Agustín Trujillo, “Ruiz” de Tiberio Ruíz, y “La Sirena” de Carlos Eslava Ávila.

No sobra decir que sobre la 9ª estaban también el hotel Royal y la famosa heladería “La Bastilla”, única que cerraba tarde tras atender a quienes salían de cine cuando solo existían los teatros “Bolívar, “Variedades” y “Cincuentenario”.
Calzado “La Sirena” fue inaugurado en 1955, su propietario Carlos Eslava era tolimense, llevaba el nombre de su padre quien se casó dos veces; la primera con Magdalena Ávila y la segunda con Clementina Cáceres. Con la primera tuvo tres hijos, Carlos, Hernando y Georgina; con la segunda otros tres, Jesús Ernesto, José Humberto y María.
El local pertenecía al Abogado Gerardo Ángel Santacoloma pero más tarde fue del Médico Camilo Perdomo. Aún tiene andén angosto por donde solo se puede transitar en fila india, pero su área interior era amplia con aviso de fondo alto y simpático, donde una sirena rubia de finas facciones exhibía un zapato recostada a una roca en medio de fuerte oleaje.
Su alto estante y vastos mostradores permanecían surtidos con zapatos confeccionados en el Huila y otras ciudades. Eslava era más bien alto, delgado, canoso, de piel blanca rosada, paciente, atento y de pocas palabras. Era casado con doña Araceli Rubio con quien tuvo seis hijos: María Irma, María Elcy, Nelson, Hernando, Carlos y Araceli.
Nelson y Carlos ya fallecieron, a este último tuve la oportunidad de tratar por muchas razones, entre ellas porque tenía el don de ser buen amigo y excelente funcionario. Nació en Neiva el 24 de mayo de 1945, estudió primaria en la Escuela Central “Ricardo Borrero Álvarez”, los dos primeros años de bachillerato en el Salesiano y el resto en el Santa Librada. Se graduó como Ingeniero Civil en la Universidad Nacional, siendo nombrado de inmediato y en el siguiente orden, como Jefe de Valorización, Sub-gerente Técnico y Gerente de las Empresas Públicas de Neiva. También fue Director Seccional del Instituto Colombiano de Construcciones Escolares ICCE, establecimiento adscrito al Ministerio de Educación para estructurar y financiar planes de construcción, dotación y mantenimiento de locales con finalidades educativas, en cooperación con departamentos, municipios y otras entidades públicas y privadas.
Cuando ocupaba este último cargo, dicho ente fue designado por el Gobierno Nacional para erigir en Neiva el “Monumento La Gaitana”, obra del escultor Rodrigo Arenas Betancur, quien tuvo como interventor al Arquitecto Hernando Rojas Polanco. Fue inaugurado en agosto de 1974 por el Presidente Misael Pastrana Borrero; en adelante Hernando Eslava se desempeñaría como Ingeniero Independiente.
Se casó con Luz Mary Sanmiguel Mosquera el 4 de agosto de 1973, ejemplar matrimonio de 38 años exactos, con quien tuvo dos hijos: Mary Luz y Diego Hernán. Carlos falleció debido a un infarto el 4 de agosto de 2011, y desde luego su padre mucho antes, el 21 de marzo de 1975, cuando gerenciaba exitosamente una importante cooperativa del ramo.
Como lo había dicho al inicio, Carlos Eslava Ávila era hermano de José Humberto Eslava Cáceres, torero conocido como “Pepe Cáceres”, quien nació en Honda el 16 de marzo de 1935. Pepe fue la primera figura de la tauromaquia colombiana en el ámbito internacional, famoso por lucirse con el capote, arte al que aportó lo que hoy llaman “La Cacerina”, lance para acercar el toro al caballo en el momento de ser picado.
Debutó como novillero el 1º de noviembre de 1952, y viajó tres años después a España para realizar en la primera temporada del año, diez novilladas con éxito. Tomó la alternativa en “La Maestranza” de Sevilla el 30 de septiembre de 1956, siendo su padrino Antonio Bienvenida. Triunfó en muchas partes, especialmente en la Monumental de México y la Santa María de Bogotá. Se dio el lujo de inaugurar siete plazas: Quito (1960), Sogamozo (1968), Líbano, Ventaquemada -1980, Calarcá (1981), Ibagué (1984), y Florencia (1985).
Pepe falleció el 20 de agosto de 1987, a causa de una cornada que recibió del toro “Monín”, Nº 92 de la ganadería “San Esteban de Ovejas”, en la segunda corrida de la “Feria del Sol y el Acero” en Sogamozo. Este animal tenía 4 años y el cartel lo integraban Pepe Cáceres, Dairo Chica y Antonio José Galán de España, quienes por su fama garantizaban lleno total.
Desde la salida el toro mostró ser bastante serio, acudió con fiereza al caballo del picador a quien propinó un espectacular tumbo, se enceló sobre la cabalgadura sin hacer caso a los capotes de los subalternos. Había bravura, raza y desde luego emoción en los tendidos.
“Monín” tenía tendencia a los terrenos de adentro, fue imposible llevarlo al centro. Pepe como de costumbre se luce espectacularmente en el primer tercio y muestra mayor valentía en el final con serie de naturales. Tras intentarlo matar cae y el toro le propina la cornada sorda que parte el esternón, varias costillas y daña seriamente el pulmón derecho. Son impresionantes sus gestos en medio de la angustia cuando transita por el burladero e ingresa al callejón y desmaya. Es llevado a la clínica y allí hasta con equipos le es difícil respirar. La infección ataca y no da tregua, muere un mes después y la noticia por su fama le da tristemente la vuelta al mundo. Con dolor miles de aficionados a la fiesta brava lo llevan a la Santa María para darle su última vuelta al ruedo.
Alternó con muchos matadores de fama mundial, entre ellos y varias veces con Jorge Herrera. Incluso lo hicieron en Neiva para el San Pedro de 1978 -si no me equivoco-, en plaza de toros portátil instalada en parte del área que ocupa hoy el “Parque de la Rebeca”. Tengo vivo en mi mente el abrazo cariñoso del tío y el sobrino en el callejón, dicha tarde calenturienta y alegre. Eran compadres, Pepe con su esposa Lyda fueron los padrinos de Mary Luz Eslava Sanmiguel el día de su bautismo.
A Cáceres se le dificultaba matar, pero como lo dije, el tercio de capote sacaba la cara por toda la faena, más cuando por su actuación en la primera parte, la presidencia ordenaba música y lo premiaban con el “Bunde Tolimense”, composición que le tocaba la fibra.
La gente mayor de Ibagué recuerda con facilidad y emoción la solemnidad de su primer matrimonio con Olga Lucía Botero, quien representara al país en Miss Universo -1962-. Con ella tuvo dos hijos: Adriana y Francisco. Era tal la fama y el cariño que les tenían, que cuando nació Adriana un periodista radial transmitió su llanto.
Lyda Zamora fue su segunda esposa, cantante y actriz santandereana que estudió música y baile en España. Tras su separación se radicó en Alemania donde fue Agregada Cultural de la embajada colombiana. Con ella tuvo dos hijos: Lyda Eugenia y José Andrés. Olga Lucía Vélez fue su tercera esposa, naciendo de esta unión Natasha, Manuela y Sebastián.
Por: Orlando Mosquera Botello
Por Orlando Mosquera Botello
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