Dos huilenses luchan contra los efectos de la vacuna del Papiloma Humano
Dos huilenses que se consideran víctimas de la vacuna del papiloma humano cuentan sus historias luego de haber sufrido los efectos adversos que esta les generó. Ambas aseguran que el Ministerio de Salud les está mintiendo a las mujeres en Colombia.
A Raquel Milena Ortiz Prada, una madre de familia huilense, su vida le cambió drásticamente desde que en junio de 2012, a su hija, que para ese entonces contaba con apenas once años, le fue aplicada la vacuna contra el virus del papiloma humano, el cual genera el cáncer de cuello uterino.
Previamente al día de la vacunación, a Raquel le habían enviado una nota solicitando la autorización de alguno de los padres de familia responsables para que le fuera aplicada la primera dosis. Raquel no se opuso, pues ya conocía el caso de unos familiares de Bogotá, a quienes también se las habían aplicado pero no habían sufrido ninguna reacción adversa. “Yo no me tomé el tiempo de leer en internet sobre esa vacuna y autoricé que la primera dosis se la aplicaran a mi hija”, contó.
Era un día de clases normal, como cualquier otro en el Liceo Santa Librada de Neiva. Una a una las estudiantes acudían al personal de salud para efectuar las vacunas. Cuando la menor caminó hasta su puesto empezó a sentir que todo le daba vueltas hasta caer desmayada sobre la silla. Un estado catatónico se apoderó completamente de ella. Sus amigas, incrédulas, pensaron que les estaba tendiendo una broma, hasta que se dieron cuenta que la pequeña se estaba orinando; no se movía, tenía los ojos abiertos y su piel se tornaba pálida y fría.
“Milena, que su hija se desmayó en el colegio, por favor vaya que a ella le aplicaron esa vacuna”, le habían dicho. “Fui y la encontré completamente pálida, sudaba frío. La niña me dijo que se había desmayado después de que se le aplicaron”, narró la madre. Ninguna menor sufrió síntomas similares. “La llevé al médico y allá me dijeron que era que la niña era muy nerviosa”, añadió Raquel Milena.
Pasó un mes y la mujer decidió ir a la Secretaría de Salud Departamental para que le aclararan el tema de la segunda dosis y los posibles efectos adversos que le había generado la primera a su hija. Allí le dijeron lo mismo que los galenos habían afirmado anteriormente, que la vacuna no ocasionaba esos efectos y que la sintomatología respondía al estrés y a los nervios de la menor “porque había mucha bulla y las niñas gritaban, su hija es muy nerviosa, la segunda dosis llévela al centro de salud de Cándido para que ella esté solita y relajada”, le indicaron los funcionarios de esa dependencia. “Yo no sabía si aplicársela o no, y como borreguito al matadero fui y dejé que le aplicaran la segunda dosis. Eso fue como el 15 de julio de 2012”.
Una semana después de aplicada la segunda dosis, Raquel observó que su hija se había levantado a las 11 de la noche. Entró a su cuarto y de repente empezó a decirle que estaba mareada. “Lo primero que sentí fue un golpe y la agarré ya desmayada. La acostamos en un mueble y lo mismo, con los ojos abiertos, pero no reaccionaba, le pusimos alcohol, los médicos nos dijeron lo mismo, que era por que la niña era muy nerviosa”.
Ante la difícil situación, Raquel llevó a su hija a varios especialistas. Una doctora negó que su estado fuera consecuencia de la vacuna y la envió a que le fueran practicados diferentes exámenes médicos. “Todo muy bien, le hicimos exámenes de sangre y salió con un poquito de anemia, pero de resto bien. Cuando a ella le dan esos desmayos dura tres días en componerse otra vez”.
La hija de Raquel sigue presentando mareos y aunque no se ha vuelto a desmayar en los últimos meses, su estilo de vida cambió considerablemente. “Le tenemos que hacer caldos y comidas especiales, mantenerla hidratada constantemente, comprarle medias de compresión para venas várices, no puede hacer filas ni frecuentar lugares públicos donde haya mucha gente, si ella siente mareos hay que hacerle unos ejercicios específicos y acostarla en cama. A ella le cambió el comportamiento, no duerme, todo esto ha sido realmente complicado”, narró Raquel y añadió que la última sintomatología presentada, fue la hinchazón de las plantas de sus pies. “Cuando se inflaman no puede caminar, le duelen mucho, yo le hago masajes y le dejo los pies en agua fría”.
El drama de María del Pilar
En el 2013, María del Pilar Pomar Rivera, de 34 años, una huilense que actualmente reside en Cartagena, le fue aplicada la vacuna contra el papiloma humano. En enero de 2013, Profamilia llegó hasta su oficina promoviéndola y ella, sin pensarlo, decidió aplicársela. María del Pilar asegura que solo hasta la tercera dosis sintió los fuertes síntomas. “Un día estando de pie me desmayé y perdí la conciencia, desde ese momento no he parado de desmayarme, mi tensión arterial tiene cambios grandes cada vez que cambio de posición, perdí la fuerza en mis manos y piernas y el vértigo, las parálisis, convulsiones (movimientos tónicos clónicos), la pérdida de concentración, la intolerancia a la luz y la fatiga crónica se volvieron constantes así como muchos otros síntomas afectando mi vida social, laboral y familiar”, escribió en una carta dirigida al ministro de salud Alejandro Gaviria, exigiéndole también la suspensión de esta vacuna. Hoy, es integrante de la Asociación de Mujeres Víctimas por la vacuna del papiloma humano Reconstruyendo Esperanza y allí es activa defensora de los derechos de las mujeres en el ámbito de la salud.
Ella también aseguró que los síntomas que presentó son los mismos de más de 700 mujeres reportadas en el país, incluyendo la hija de Raquel Milena. “Todas las mujeres que sufrimos de estos efectos afirmamos lo mismo, además que se nos genera un afectación al sistema inmunológico. La vacuna del papiloma humano hace que las mujeres que presentan reacciones adversas sufran un síndrome que se llama Síndrome de ASIA (Síndrome Autoinmune Inflamatorio Inducido por Adyuvantes, hidróxido de aluminio), producto del hidróxido de aluminio presente en las dosis, que actúa estimulando el sistema inmunológico atacando el organismo y ocasionando enfermedades neurodegenerativas, entre otras”, indicó.
A la hija de Raquel Milena, mediante un test de mesa basculante, se le diagnosticó un síncope neurocardiogénico, producto de ese daño severo a su sistema nervioso autónomo. María del Pilar, por su parte, desarrolló una neuropatía desmienilizante, que se traduce una enfermedad neurodegenerativa al igual que daños a su sistema nervioso autónomo.
En febrero de este año, Yehuda Shoenfeld, científico israelí y autoridad mundial en investigación de enfermedades autoinmunes, ya había mencionado el síndrome ASIA como uno de los generados tras los efectos adversos de dicha vacuna. “Tenemos indicadores que hacen saber que una persona puede desarrollar efectos colaterales en la primera vacuna, luego, no se debe continuar con el proceso”, afirmó en su momento. El israelí también aseguró que las entidades que hasta el momento han analizado dichos efectos tienen múltiples intereses de por medio y son, incluso, los que las patentan y aprueban para que salgan al mercado.
“El Ministerio de Salud nos está mintiendo a las mujeres”
A María del Pilar, ningún organismo le ha desmentido que su diagnóstico no sea producto de los efectos adversos de la vacuna contra el virus del papiloma humano. Inclusive, varios médicos que la han analizado han concluido que existe relación de causalidad entre los efectos de la vacuna y su diagnóstico, asimismo, la literatura médica internacional le ha avalado su condición.
Tras el daño sufrido a su sistema nervioso autónomo, que es el que controla todos los órganos del cuerpo, María del Pilar asegura las personas son incapaces de regular un cambio de temperatura, controlar la frecuencia cardíaca, presión arterial y más, ocasionando disautonomía. “La Asociación tiene reportes de 4 mujeres fallecidas en el país. Carmen Durán en Bogotá; Adriana Amézquita en Cali, Sofía Tovar en Carmen de Bolívar, quien se suicidó por un cuadro de disautonomía, es decir ese daño completo al sistema nervioso autónomo y que deja al organismo completamente incapacitado; además por la falta de atención del Gobierno Nacional, quien afirmó que lo que sufren las mujeres ante estos efectos es un cuadro de psicogenia, pues ella decide quitarse la vida”. La última víctima fue Astrid Carolina Méndez, de Bogotá.
María del Pilar indicó que en el Huila solo se ha reportado el caso de la menor hija de Raquel Milena pero que no se descarta la existencia de otras mujeres que estén sufriendo estos mismos efectos. “Para llegar aquí a decir que tengo efectos adversos por la vacuna tuve que ser sometida a numerosas pruebas, y donde el Gobierno se ampara ante lo que dice la Organización Mundial de la Salud, que lo que sufrimos nosotras es psicogenia masiva. Mi diagnóstico lo avalan muchos expertos y la literatura médica. El Ministerio de Salud nos está mintiendo sobre esta vacuna y las mujeres tenemos que informarnos sobre lo que nos están ofreciendo los organismos de salud”, manifestó.
María del Pilar y Raquel Milena son insistentes en exigir a las autoridades nacionales que se regulen las vacunas masivas y por el contrario, se hagan pruebas de tolerancia que determinen qué mujeres responden satisfactoriamente o no a esa vacuna. Tanto María como Raquel se han dedicado a afrontar sus vidas; María dejó de trabajar en su profesión como contadora pública para ayudar a las mujeres que ella considera víctimas de esta vacuna, al interior de la Asociación Nacional y ha acudido a instancias nacionales para que no solo sea reconocido el diagnóstico de muchas mujeres en el país como consecuencia de dichos efectos adversos, sino también para hacer que se suspendan las vacunas masivas y se realicen controles sobre la misma. Por su parte, Raquel como madre de familia, se ha puesto al frente de la situación de su hija y teme por su pequeña en un futuro.
“El ministerio de Salud está matando a mujeres como nosotras al negarnos la atención y al estigmatizarnos ante los medios, nos está matando, así de sencillo. Por eso estamos hablando en todo el país porque esto no se puede quedar así”.
Las campañas del Gobierno nacional que avalan la vacuna
En 2014, tras una vacunación masiva contra el papiloma humano, 200 niñas del Carmen de Bolívar sufrieron diferentes alteraciones mentales y físicas, convirtiéndose en un caso de salud pública que prendió las alarmas en el país. El ministro de Salud indicó en su momento que el diagnóstico de las menores obedeció a una psicogenia masiva, similar a las ocurridas con las vacunaciones contra el virus H1N1 en Taiwan y otro en Australia. "La respuesta psicogénica masiva es una especie de sugestión, de temor colectivo que se contagia de un lado a otro y que termina presentando un fenómeno extraño", había explicado el Ministro ante los periodistas.
“¡Que vivan las mujeres! Y que vivan sin cáncer de cuello uterino”, es la campaña nacional que promueve el Ministerio de Salud Nacional para que las mujeres entre los 9 y 17 años, escolarizadas, de instituciones educativas públicas y privadas, obtengan la vacuna contra el virus del papiloma humano, una enfermedad que causa el cáncer de cuello uterino y que según ese mismo ministerio, la meta de Colombia es reducir la mortalidad por cáncer de cuello uterino a 6,8 por 100.000 mujeres en 2015, para de esta forma dar cumplimiento a uno de los Objetivos del Milenio para el país.
Martha Lucía Ospina, Directora de Epidemiología y Demografía del MinSalud, precisó que algunas de las razones para la reducción de las tasas de incidencia y mortalidad por esta enfermedad incluyen la mejoría en las condiciones socioeconómicas, el efecto de los programas de tamización y tratamiento del cáncer de cérvix y el cambio en el conocimiento y el autocuidado de la población.
Por otro lado, DIARIO DEL HUILA se comunicó con el Secretario de Salud Departamental, Carlos Daniel Mazabel, para conocer si desde la dependencia han recibido reportes por alteraciones tras vacunaciones de este tipo y qué acciones se están realizando. No obstante, el funcionario se abstuvo de dar declaraciones y lo único que dijo es que el Ministerio de Salud avala la idoneidad de la vacuna.
Raquel y María del Pilar solo esperan que el Gobierno Nacional admita las verdaderas consecuencias de la vacuna contra el papiloma humano y que las mujeres en Colombia conozcan acerca de esta. Ambas coinciden en que hay otras salidas para contrarrestar el cáncer de cuello uterino, como campañas de salud enfocadas en mayores controles ginecológicos y diagnósticos que permitan prevenir este tipo de cáncer.