Donald Gualy, un hijo del arte huilense
Donald vivió los horrores de la guerra en Santander para llegar al Huila y sanar las heridas de la violencia a través del arte. En el 2009 transgredió el Museo de Arte Contemporáneo del Huila con 'Los paradigmas del Museo', un proyecto de tesis que le valió méritos pero también odios. El próximo mes, espera viajar a Europa para ser curador de la segunda fase de la exposición Colombiasur 2015 Cultura de paz en tiempos violentos, mujeres que cuentan y reconstruyen memoria.

“Yo nací en Oiba, un pueblo ubicado al sur de Santander, un pueblo pequeño, históricamente muy importante para Colombia porque fue allí donde se reunían los comuneros para la revolución. En la escuela siempre me inculcaron que si éramos de Santander, ya teníamos sangre revolucionaria”, dice Donald Gualy, más conocido como Donathello Gualy, un joven artista plástico de 27 años egresado de la Academia Superior de Artes de Bogotá de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas. Hoy, en el Huila, que ha sido como su segunda tierra natal, desenfunda toda su experiencia como artista, la misma que hoy lo tienen proyectado en espacios artísticos nacionales e internacionales.
En Oiba vivió hasta los 11 años. Allí, en el campo, el drama de la guerra lo sintió cerca, cuando las balas rozaban el aire y los cultivos que bordeaban la finca donde pasaba los días y las noches con su familia. “Había momentos en que la guerrilla o el Ejército llegaba a acampar a la escuela, entonces era una situación que se estaba volviendo muy tensa. Con el tiempo, a nuestra finca la guerrilla comenzó a pedir vacunas, eso se mezcló con unos problemas familiares, entonces nos tocó irnos porque realmente en la situación en la que estábamos, la vida de nosotros peligraba”, relata. Tiempo después y por la agudización del conflicto, él y su familia se trasladaron a Palermo donde su abuelo materno los recibió. “En Palermo terminaron todos los trastoques desagradables de la violencia, porque en Santander ocurrieron episodios muy feos. Uno a la larga termina entendiendo que la vida en realidad es muy frágil y que esas cosas tampoco se olvidan”, añade.
En Palermo terminó el colegio en 2005 y fue el segundo mejor ICFES del departamento, razón por la cual le fue concedida una beca académica para empezar la universidad. En 2006 comenzó sus estudios de arte en Bogotá. “Siempre he creído que el arte puede colaborar mucho en lo cultural pero también en la solución o el reflejo de esos fenómenos sociales como la violencia, no solo la que se vive en el campo sino la de género. Entonces decidí que mi trabajo artístico se centrara en lo social y en hablar un poco de eso”. En Bogotá tuvo que acudir a diferentes trabajos, desde mesero en un bar hasta repartidor de volantes por las calles. Para él, salir de un pueblo para ir a estudiar a Bogotá había sido muy difícil, pero siempre pensó que estas situaciones eran momentáneas y que todo pasaría en cuanto terminara su carrera profesional como artista.
“El paradigma del museo”
“Yo pasé un proyecto en Neiva para el Museo de Arte Contemporáneo del Huila (MACH), en ese tiempo la secretaria de Cultura era Nubia Monje. En el proyecto quería saber cuáles eran las anomalías dentro de un museo y resolver diferentes dudas como porqué existía el museo, para quién y si estaba siendo bien ejecutado dentro de las normativas generales y globales de cómo es un museo a nivel mundial”, explica Donald sobre su proyecto de tesis que realizó en Neiva. Con el proyecto, ingresó a dirigir el Museo de Arte Contemporáneo del Huila (MACH), y aunque la figura con la que llegó obedecía a auxiliar de montaje, en la práctica ejecutaba las labores de un director.
Donald encontró el primero y mayor problema existente: la deficiencia de las colecciones en materia de preservación. “Muchas de las obras las habían robado, otras estaban en mal estado, con hongos, se habían roto sus marcos, varias acuarelas estaban rasgadas porque sus marcos de vidrio se habían roto”, señala. Dentro de su primer diagnóstico determinó que las bodegas del museo no tenían unas adecuaciones físicas específicas y profesionales para salvaguardar las obras.
El paradigma del museo fue el nombre de la curaduría con la cual Donathello se propuso evidenciar todas las anomalías que había alrededor de este espacio concebido para la cultura visual del departamento. Tenía como objetivo decirles a las personas que las obras estaban siendo maltratadas por la ineficiencia administrativa y de todas aquellas personas que estaban a cargo del lugar. “Las obras que yo expuse fueron las de colección privada del museo. Lo que yo hice fue una exposición de todos esos factores que habían dañado la obra artística del MACH y que desmitifican la idea de museo, el cual solo lo tienen como un nombre y no como una institución real constituida formal y profesionalmente”, dice. Las fichas técnicas las cambió de acuerdo al estado de cada obra, dependiendo si el daño había sido producto de la polilla, de la intervención de un vidrio roto o sencillamente abandono (óleo con incidencia de vidrio roto; Técnica, rasgamiento de óleo con daño colateral; Autor, desconocido; Dimensiones, considerables).
“Quería mostrarles a todos que el problema del museo era gubernamental y político. Las secretarías de Cultura y quienes estaban allí no estaban ejerciendo su trabajo de manera profesional”, expresa Donald. Aunque la exposición tenía una vigencia de 15 días, al día siguiente de su inauguración fue desmontada. Los jurados de su tesis, académicos con pregrados, maestrías y doctorados, como Jaime Cerón Silva quien para ese entonces se desempeñaba como asesor visual en el Ministerio de Cultura, llegaron al museo a evaluar el proyecto, el que le significó su salida de la institución. “Cuando ellos llegaron la estaban desmontando, porque estaba dejando en evidencia el grave desempeño de los funcionarios de esa secretaría para salvaguardar las obras artísticas del Huila”. Ante la situación, los jurados se quejaron ante el Ministerio como una forma de exigir respeto, no solo a los estudiantes que desarrollaban sus tesis, sino también al museo como tal. “Para los jurados la exposición fue un éxito, Daniel Monje, uno de ellos, me dijo que si no la hubieran desmontado no hubiera tenido mayor efecto. Paradigma en el museo termino siendo tesis meritoria”, dijo.
El itinerario artístico de Colombiasur
Después de su paso por Neiva, Donathello ganó una convocatoria para ser guía e investigador de la galería Santa Fé en Bogotá, experiencia que le significó mayores conocimientos en el ámbito de la investigación curatorial, entre otras. Posterior a esto, trabajó en la revista Arteria, considerada la publicación gratuita sobre temas de arte más importante en el país. Allí también se desempeñó como investigador y guía.
Colombiasur, de la cual su coordinador general es el artista Jesús María González, llegó luego de una exposición, la cual fue presentada en el Museo de Arte Contemporáneo. Allí conoció a varias personas con quienes presentó un proyecto al Ministerio de Cultura en 2014, y con el que ganó la beca de circulación internacional de artistas y agentes culturales. La beca consistía en realizar una curaduría en tres ciudades de Suecia: Lund, Estocolmo y Västerås, con el objetivo de integrar a artistas que trabajaran alrededor del tema de cultura de paz en tiempos violentos y cómo a partir de sus experiencias de violencia se podían catalizar en elementos de paz. “Ahí es cuando comienzo a entender que todas esas experiencias que tuve cuando niño se retribuyen ahora, lo que estoy haciendo para el país de forma artística o pedagógica”, expresó Donald.
“Lo que queríamos en Suecia no era mostrar una imagen derrotista del país sino al contrario, decir que bajo estas condiciones también estábamos generando arte, y que queremos cambiar las cosas, porque a través del arte se culturiza y educa un país”, manifiesta.
“Gracias al éxito rotundo que tuvimos en la primera fase en el 2014, el gobierno sueco de la mano de la gobernadora Ula Petterson y los colombianos manejadores de cultura en ese país Daniel Gamboa Esquivel y Andrés Gómez, nuevamente invitaron a los artistas colombianos a desarrollar una propuesta artística”, explica Donald. Por medio del aval de la Casa de la Memoria Quipu Huasi, el proyecto fue presentado ante el Ministerio de Cultura a través de los planes de concertación nacional, siendo seleccionado esta vez.
Colombiasur 2014 fue considerada un éxito. Este año el proyecto volvió a ser seleccionado gracias al impacto y los buenos resultados obtenidos
Cultura de paz en tiempos violentos, mujeres que cuentan y reconstruyen memoria, exposición ya inaugurada en la capital del Huila, es la que se desarrollará el próximo mes de septiembre en Suecia y Noruega, países garantes del proceso de paz en La Habana, Cuba y que hace parte de la segunda fase de exposiciones itinerantes y circulación internacional, de la cual Donathello es su curador. El trabajo fue resultado de una serie de talleres de dibujo, fotografía y vídeo a mujeres víctimas del conflicto armado. Allí, ellas generaron sus discursos, historias y reconstruyeron la memoria. Hoy, Mujeres que cuentan y reconstruyen memoria es un proyecto piloto a nivel nacional y el mejor proyecto artístico de exposiciones en el Huila.
“Las mujeres de este proyecto, víctimas no solo de la violencia sino de otro tipo de violencias como la de género, y además luchadoras, son ahora las artistas. Las obras que ellas crearon son las que se expondrán el próximo mes en Suecia”, manifestó Donald, quien además insiste en la idea de que un artista no es aquel que ha estudiando cinco años en una academia, sino que es la persona capaz de expresar de forma plástica y visual una necesidad, y a su vez, más personas reflexionen acerca de esa necesidad.
A través de talleres con mujeres víctimas de la violencia se consolidó el trabajo de la exposición Colombiasur 2015
Además de ser curador de Colombiasur 2015, Donald Gualy es docente de la Facultad de Educación en el área de Educación Artística de la Universidad Surcolombiana, y profesor en talleres de formación artística en el municipio de Palermo, donde en la actualidad reside. El próximo 2 de septiembre partirá nuevamente a Europa para mostrarles a dos países de ese continente que en tiempos de conflicto el arte también sana y cobra vida.