Cuando se quiere… se puede
Javier San Juan es un ejemplo de emprendimiento. En su finca del corregimiento de Bruselas (Pitalito) produce uno de los cafés más suaves y apetecidos del mundo. Gracias a su trabajo y empeño, el Fondo Emprender le otorgó un crédito que le permitió tecnificarse y hoy hace maquila a todos los cafeteros de la zona.
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“El negocio no está en vender café, está en vender el mejor café”. Con este básico y elemental criterio, Javier San Juan logró convertirse en uno de los caficultores más exitosos del Huila y Colombia.
Su producto “San Juan BosCafé” ha llegado a los exigentes mercados de Japón, Inglaterra, Estados Unidos, Tailandia, Noruega, Ámsterdam y Canadá, entre otros países, comprado por prestigiosos catadores y baristas que descubrieron en cada grano que brota de la finca de Javier San Juan, un producto de la más alta calidad.
En el año 2009, cuando la libra de café se cotizaba en bolsa en menos de un dólar (unos $2000), Javier logró vender su microlote en 13 dólares con 10 centavos la libra (unos $26.000), fue en este mismo año cuándo alcanzó el segundo puesto en el concurso Taza de la Excelencia, solo superado por un café del departamento del Meta.
Y fue este reconocimiento el que le abrió los ojos, pero además muchas puertas. El premio le permitió viajar a Estados Unidos y al Reino Unido, donde conoció experiencias exitosas, pero sobre todo a los compradores de su café, a los del paladar más exigente, a los que lo alaban cada que saborean un sorbo de su cosecha. Fue una total motivación, el inicio de un proceso que hoy no tiene reversa ni freno.
A su llegada del Reino Unido decidió estudiar en el SENA una carrera técnica en Cafés Especiales, un proyecto académico de 400 horas que lo enriqueció y que sin duda hoy es parte fundamental del proyecto que adelanta.
“Con lo aprendido en el SENA y con la experiencia conseguida, elaboré un proyecto que presenté al Fondo Emprender. En el 2013 me lo aprobaron y gracias a esto logré adquirir una trilladora, un molino, una tostadora y una selladora, todo de última tecnología, elementos que me permiten producir un café de calidad, además de prestar el servicio de maquila a muchos de los cafeteros de Bruselas y de todo Pitalito”, dice Javier con un evidente orgullo.
Durante la charla, sentados a un lado de la tostadora, degustando el suave olor de un café especial, Javier insiste en que otro secreto de su éxito está en hacer parte de toda la cadena productiva.
Javier produce el grano en condiciones amigables con el medio ambiente, alquila su finca para hacer agroturismo, abrió tres tiendas de café donde vende bebidas frías y calientes extraídas de sus finos granos. Ahora su proyecto está encaminado a la producción de cerveza de café, una bebida que aunque en etapa experimental, ya empieza a ser reconocida entre los huilenses, especialmente entre los laboyanos.
“Y si Dios me sigue ayudando como hasta ahora, quiero vender la franquicia de mi café, inaugurar 20 tiendas “San Juan BosCafé” en el país y unas tres en el exterior… ese es mi sueño”.