China: el resurgimiento de una potencia económica
Se llevará a cabo una conferencia el 19 de marzo en el Centro de Eventos de la Biblioteca Luis Ángel Arango.

Más temprano que tarde la economía china, medida por el PIB, será más grande que la de EE. UU. Se estima que para el 2015 se convierta en la primera del mundo, desplazando al país norteamericano del primer lugar.
Sin embargo, esto no significa que automáticamente los EE. UU. pierdan el liderazgo como poder hegemónico. A finales del siglo XIX, cuando Gran Bretaña era sobrepasada por los EE. UU. en cuanto al tamaño de su economía, los ingleses conservaron su supremacía muchas décadas más.
El primer campanazo que advirtió el inicio de la crisis en los EE. UU. se dio con su derrota en la guerra en Vietnam a mediados de los setenta del siglo pasado. El inicio del declive del imperio británico se dio cuando más crecía en extensión el reparto del mundo colonial, como desbalance entre los aspectos político, militar y económico.
Todas estas reflexiones las hizo Alcides Gómez, catedrático emérito de la Universidad Nacional (UN) de Colombia, quien agregó que de la pasada crisis de 2008, China salió bien librada. “Si la crisis en Grecia produjera un ′efecto dominó′ y cayeran, una a una, las economías de los países capitalistas avanzados, evidentemente la economía china resistiría la disminución de la demanda del resto del mundo”.
El investigador sostiene que los esfuerzos de China por volcarse hacia su mercado interno sostendrían una alta tasa de crecimiento de su PIB, pues allí el horizonte de crecimiento urbano es tremendamente grande, teniendo en cuenta que su población rural equivale a más de la mitad de la población total (1350 millones), según un reciente censo.
En 1950, China era considerada uno de los países más pobres del planeta, junto a la India. Cuando se revisan las cifras mundiales de pobreza, se observa que está disminuyendo en el mundo, pero cuando tales cifras excluyen a China e India, el resultado es contrario: la pobreza en el mundo está en aumento y el peso de la población afecta los promedios en todos los órdenes.
Desde 2004, China es la segunda economía más grande del planeta, pero su PIB per cápita es aún muy bajo y los niveles de pobreza, por tanto, son muy altos.
Según Gómez, el calificativo para China de “economía emergente” no es apropiado, se trata más bien de un país que busca recuperar su liderazgo mundial. Pues en 1820 China participaba con el 30% del PIB mundial de ese entonces y Gran Bretaña, cuna de la Revolución Industrial, apenas tenía el 5%.
En 1980, el PIB de la China per cápita era de US$250 y en el 2011 fue de US$8430, es decir que en 30 años –según el Banco Mundial– el PIB del gigante asiático se ha multiplicado 33 veces. Se calcula que para el 2030 este indicador llegará a los US$15.763.
También hay que recordar que China es el mayor tenedor de deuda exterior estadounidense, y que sus reservas de bonos de tesoro de EE. UU. están por encima de Japón y del bloque de países exportadores de petróleo, con 1314 billones de dólares a diciembre de 2013.
La conferencia titulada “China: el resurgimiento de una potencia económica” hizo parte de la primera actividad de la Cátedra China durante el 2014. Su directora, la profesora Diana Gómez del Instituto de Estudios Políticos y Relaciones Internacionales (Iepri) de la UN, recordó que esta actividad académica cumple tres años, en los cuales han pasado conferencistas expertos de disciplinas como medicina, filosofía, artes y economía, todos relacionados con este país asiático.
La próxima conferencia se llevará a cabo el 19 de marzo, en el Centro de Eventos de la Biblioteca Luis Ángel Arango, y su tema central será el origen y desarrollo de los institutos Confucio en el mundo.