Así se robaron a Corhuila
Por el momento cursan dos investigaciones en Fiscalía por presuntas irregularidades que comprometieron recursos de la universidad por más de ocho mil millones de pesos.

Empresas y fundaciones fachada, creadas por docentes de la misma institución, fueron la plataforma para literalmente exprimir a Corhuila.
Roque González Garzón fue traído a Corhuila para salvar la institución y a eso está dedicado. Con la tranquilidad de la experiencia conseguida en muchos años de trabajo honesto, reconoce que en Corhuila se extraviaron más de 8000 millones de pesos, sin embargo, prefiere no señalar a nadie con nombre propio.
Este ilustre palermuno, matemático de profesión, advierte que a su llegada encontró que Corhuila no tenía ni reglamento interno de trabajo, pero tal vez lo que más lamenta es que ninguno de los programas que hoy ofrecen tenga registro calificado.
Roque González fue el segundo rector que tuvo la Universidad Surcolombiana y en su brillante hoja de vida figura haber sido director del Icfes, miembro de su junta directiva, vicerrector de la EAN, y gerente del Centro Nacional de Consultoría, entre otras importantes posiciones.
Ahora asume el reto Corhuila -sin que él lo diga- uno de los más grandes y complicados de su carrera, donde además de su talento como académico e investigador, ha tenido que sortear con toda clase de irregularidades.
Desde su llegada a Corhuila y la salida abrupta del exrector Virgilio Barrera, han renunciado dos funcionarios y a dos más les canceló el contrato por prácticas irregulares.
Roque reconoce que no le gusta ser mediático, pero consideró prudente aceptar la entrevista con DIARIO DEL HUILA para contarle a la región, pero sobre todo a los más de cinco mil alumnos que tiene Corhuila, como está arreglando la casa.
¿Cómo recibió Corhuila?
Yo recibí a Corhuila a partir de un ofrecimiento que me hace el consejo superior para que me vincule porque el consejo, y en particular la sala de fundadores, encontró que había problemas de carácter financiero en la institución. Eso hizo que el mismo consejo removiera al rector y así entré a apoyar el proceso. Reconozco que no conocía a Corhuila, aunque soy fundador.
Lo primero que hice fue entrar a conocer qué programas tenía, sobre qué fundamentos legales actuaba académica, administrativamente y financieramente. Ese análisis de lo que había me permitió ver muchas cosas que lamentablemente no se tenían.
Por ejemplo, se regían por un estatuto orgánico anterior al año 1990, que ha debido actualizarse con base en la Ley 30 de 1992 que obliga a las instituciones de educación superior, de carácter público y privado, a modificar sus estatutos en función de la Ley 30 que es la ley rectora de la educación superior.
No tenían reglamento de trabajo, no había procedimientos de orden financiero y contable y otra serie de vacíos que ameritaban un análisis y modificaciones para salir adelante.
¿Cuántos alumnos tiene hoy Corhuila y cuántos programas?
5300 estudiantes en 8 facultades y una especialización en Calidad.
¿Qué tanto ha logrado enderezar las cosas en el poco tiempo que lleva al frente de la universidad?
Hemos avanzado mucho, no teníamos registro calificado de un programa en Pitalito, con todos los inconvenientes que esto acarrea para todos, pero ya se logró.
Ya aprobó la sala general el estatuto orgánico que por ley debe ser aprobado por el Ministerio y en ese proceso estamos. Ya se aprobó el reglamento interno de trabajo (ya está en cartelera)
Obtuvimos el registro calificado de Pitalito y obtuvimos otro que no estaba funcionado, que es el de Administración Bancaria, también para Pitalito.
Hemos creado otros procedimientos para poder actuar. Procedimientos para el manejo de recursos, de compras, etc., igual hemos mejorado en planta física, no como yo querría, pero puedo decir que por lo menos hemos hecho aseo en la planta física.
¿Ha salido de Corhuila gente que le resultaba incomoda?
Sí han salido y las puedo citar con nombre propio. Salió el ingeniero Oviedo, salió el administrador Cabrera Tejada, renunció al igual que el ingeniero Repizo, fue una renuncia voluntaria y sí le cancelé el contrato a Oviedo y al economista Gamboa. Esto en razón a irregularidades que se presentaron. Yo no soy amigo de estar llamando a la prensa ni estoy de acuerdo que las cosas se solucionen de manera mediática. La prensa contribuye a difundir, pero además tiene una gran responsabilidad, como la tengo yo también.
¿Qué tan graves son las irregularidades administrativas detectadas?
Los problemas de orden financiero que se han presentado ya están en conocimiento de la Fiscalía. Hay dos denuncias, una de éstas ampliada y el Ministerio de Educación también tiene conocimiento de todo lo que pasó, tiene noción de los problemas académicos porque el mismo Ministerio también está investigando y por todo esto me ha tocado dar respuesta a esos cargos que ha elevado el Ministerio, que no son por culpa mía, no son de mi gestión, son de hechos y administraciones anteriores.
¿Qué pasó con la polémica UDE que operaba en Corhuila y que ofrecía seminarios, diplomados, etc?
Esta organización que lógicamente pertenecía a Corhuila, venía ofreciendo como usted lo dice, diplomados, programas de educación continuada, preuniversitarios etc., y todo eso forma parte de los paquetes que la Fiscalía investiga. Dicen –no me consta- que hay irregularidades. Esa unidad la acabó el Consejo Superior y realmente confieso que dentro de una organización académica se requiere, pero con un manejo totalmente transparente, no así.
¿Pero ésta no fue la única?
Existió otra que llamaron Fundacor que crearon igualmente 10 profesionales de Corhuila y que prestaba servicios a la comunidad y a las empresas, pero utilizando recursos de Corhuila, como los laboratorios, los profesores, etc., esas dificultades se venían registrado desde antes de yo llegar como quedó consignado en las actas del consejo superior, pero debemos dejar claro que esta fundación legalmente no pertenece a Corhuila, aunque sí utilizaron el nombre de Corhuila (Fundación para el Desarrollo de Corhuila, Fundacor), pero Corhuila nunca fue miembro de la misma.
¿Sigue funcionado esta fundación?
Yo creería que no porque el ingeniero Repizo nos informó que él le había solicitado a la asamblea de fundadores que la liquidaran, pero no tengo idea si así fue, no es competencia mía. Lo que sí me compete es mirar qué compromisos adquirió esa fundación a nombre de Corhuila y cómo solucionar las dificultades presentadas, de esto valdría la pena indagar con empresas como Acuapez, que tenía unos convenios firmados con Fundacor y nosotros hemos tenido que cumplir sin que en la realidad tengamos ningún compromiso.
Como todos sabemos Colciencias exige para financiar proyectos que debe existir en el convenio una entidad de educación superior para poder mantener la relación universidad, empresa, estado y Acuapez pensó que Fundacor era de Corhuila y por eso hizo los convenios, pero la verdad no tenemos nada que ver, es lamentable.
¿Hay más empresas de este tipo?
Sí, una más denominada B&T, creada por cinco profesores de Corhuila, para organizar cursos para Corhuila, cobrando. Aquí hay unos postgrados que hicieron en un convenio con España y hay serias denuncias al respecto, instauradas por profesores porque no les cumplieron lo que les prometieron.
¿Hoy está cómodo con la gente que hace parte de Corhuila?
Es una pregunta importante. Como le manifesté hace un momento, cuatro personas se han ido y Corhuila tiene más de 200 personas vinculadas. Seguramente hay muchos comprometidos, no sé, la Fiscalía es la que tendrá que decirlo luego de ese proceso de indagación que adelantan. Pero en la medida que detecte que hay colaboradores comprometidos en las irregularidades, inmediatamente aclaro que no puedo trabajar con ellos.
¿A cuánto asciende el monto del dinero faltante?
Se divide en dos. Hay un paquete que la Revisoría Fiscal detectó que es del orden de tres mil y algo más de millones de pesos. Hay otro paquete que es superior a los cinco mil millones, para un total de más de ocho mil millones de pesos.
¿En cuánto tiempo se habría perdido esta plata?
Es difícil, lo dirá la investigación, pero yo creo que en tres o cuatro años.
¿Qué tan rápido avanza está la investigación?
Pues están avanzando, aquí han venido los del CTI a revisar contabilidades, a ver obras, a mirar detalles, yo no sé qué tanto han avanzado pero sí tengo claro que están trabajando. Pero reitero que esto no lo he hecho yo, ha sido la Revisoría Fiscal la que encontró todo y lo puso en conocimiento de las autoridades.
¿Cómo califica la actual planta de docentes de Corhuila?
Sé que hay docentes con especialización, con maestría, pero yo creo que tenemos que mejorar sustancialmente. Hay que cambiar los procesos de enseñanza, los procesos que están empleando. Necesitamos que el profesor enseñe cosas pertinentes, que el profesor relacione su cátedra con los problemas y los propósitos de la carrera, pero eso es un tema de cultura que hay que cambiar.
¿En cuánto espera tener la universidad que quiere?
Esa es la pregunta del millón. Primero no sé cuánto dure en el cargo, de pronto pocos meses. Pero en una universidad nunca se puede decir que se llegó a la cima, al máximo y que los directivos están satisfechos. Las universidades, todas, deben buscar la excelencia todos los días, por eso no puedo dar un plazo, pero lo claro es que sí nos tenemos que fijar unas metas, por ejemplo hoy no tenemos registros calificados para los programas, es decir no tenemos ese sello de calidad que otorga el Gobierno para garantizar a la sociedad que el programa es de óptima calidad.
Este año esperamos aplicar en cuatro programas. Pero eso significa que debemos tener buenos docentes, buenos laboratorios, buena biblioteca, etc.
¿La universidad hoy goza de tranquilidad y solvencia económica?
Yo creo que sí. Es decir, no teneos dificultades económicas, pero tenemos metas y retos de desarrollo que valen plata. Estamos en eso, necesitamos mejorar la planta física, tenemos un reto de crear un plan de desarrollo que nos trace un rumbo y que podamos cumplir. Desarrollo en número de estudiantes, pero no queremos crecer tanto, queremos mejorar la calidad, la masificación no es la calidad. Es un proceso integral que esperamos presentar en septiembre al consejo superior.
¿Cero ferias, se acabaron las fiestas dentro de Corhuila?
(Risas) Nosotros debemos hacer cosas que le reporten beneficios académicos. Cero trago en la institución, cero fiestas. Confieso que a mí me gusta esporádicamente tomarme unos, pero dentro de la universidad no y no. Hay sitios, hay espacios para eso, pero no puede ser la universidad. Estoy totalmente de acuerdo con las actividades de bienestar, entendidas como todas aquellas que hacen amable la estadía del estudiante, de los profesores y administrativos en la universidad. Bienestar es contar con buenos baños, con buena biblioteca, con espacios de calidad, conciertos, concursos de arte, pintura y a eso estamos dispuestos a meterle plata, a todo eso que esté ligado al bienestar.
¿Cómo es hoy su relación con estudiantes, docentes y directivos?
Es una universidad de puertas abiertas, como lo ve, sin tapujos. El estudiante entra con tranquilidad a la rectoría y habla con confianza con el rector. Esa es hoy Corhuila.
Nuevos proyectos académicos y administrativos
Se crea la Unidad de Relaciones Internacionales en Corhuila. ¿Cuál es el objetivo?
Uno de los indicadores de calidad de cualquier institución del mundo es la movilidad de estudiantes y docentes, las relaciones que las instituciones tengan con empresas, y no solo a nivel internacional, también nacionales y locales, eso es un indicador fundamental. He nombrado a una persona idónea para eso, pues el proyecto es que nuestros profesores salgan a entrenamiento, se capaciten, se formen, tengan maestrías y doctorados, pero pertinentes, en temas que realmente los requiera la región, en universidades de excelencia, que los estudiantes permanezcan seis meses en una universidad del exterior y regresen o que hagan sus prácticas en una empresa de otra ciudad, a eso le estamos apostando.
¿Crearán más facultades?
Estamos estudiando abrir por lo menos tres carreras más. La apertura de una carrera implica estudios de factibilidad, establecer si el programa es pertinente para la región, etc. Queremos incursionar, pero apenas lo estamos pensando, en Biología, Química, Ingeniería Agroindustrial, comprometida con biotecnología; Ingeniería de Minas, algo más moderno, pensando en que el petróleo se está agotando. Cuando esto lo tengamos más concreto se lo plantearemos al consejo superior y luego el trámite ante el Ministerio de Educación.
¿Qué otra prioridad tienen?
Hay otro proyecto importante que es el seguimiento de egresados. Ellos son vitales en el desarrollo curricular de una universidad. Vamos a arrancar en unos 15 días con un estudio de seguimiento de egresados, queremos saber dónde están, qué hacen, que impacto están generando, qué imagen tiene el empleador de ellos, cómo los ven, cuánto ganan.
Paralelo a esto vamos a realizar un estudio de imagen de nuestra institución de tal manera que podamos tener una línea de base y podamos decir en un año o dos que hemos mejorado en esto y lo otro. Con nuestros egresados hemos logrado una y otra cosa.
Todo esto para correlacionar con el Observatorio Laboral. Colombia tiene este sistema de formación que le permite a las universidades, como a los estudiantes y los padres de familia saber si la profesión X tiene buena remuneración, mercado laboral, si hay demanda o exceso de profesionales, por eso creemos importante saber cómo estamos. Es la única forma de saberlo, con indicadores.