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Dominical/ Creado el: 2015-04-11 08:55

Alberto Castillo, un destacado académico

Alberto Castillo Castañeda, decano de Facultad de Gobierno y Relaciones Internacionales de la Universidad Santo Tomás, es un huilense que a sus 31 años ha asumido grandes retos académicos y laborales lo que le ha valido una hoja de vida brillante.

Escrito por: Redacción Diario del Huila | abril 11 de 2015

El neivano Alberto Castillo Castañeda es un analista político y del contexto internacional con diversas publicaciones académicas y de opinión. Profesor, investigador, politólogo e internacionalista con áreas de interés y especialización en estudios de paz y seguridad, gobernabilidad e institucionalidad, estudios regionales de América Latina, DDHH y DIH, desarrollo y cooperación internacional. En los últimos años he residido en Italia y España donde se ha formado académicamente y colaborado con varias organizaciones públicas y privadas en el asesoramiento y elaboración de diversos estudios. Candidato a doctor en Relaciones Internacionales con investigación sobre la Consolidación de la Paz y Seguridad Regional: las Medidas de Confianza Mutua en Suramérica.

Es usted muy joven, sin embargo cuenta con una hoja de vida brillante ¿Cómo ha alcanzado tanto logro profesional y académico?

La clave es la optimización del tiempo y aprovechar las oportunidades que llegan. Mientras estaba cursando mi segunda maestría me requirieron para trabajar en la universidad y entonces empecé a compaginar estudio y trabajo. Es importante no tenerle miedo a los retos, por el contrario hay que lanzarse y aprovechar cada oportunidad.

¿Y le ha tocado sacrificar algo para tener ese éxito profesional?

Mucha gente piensa que porque a mis 31 años tengo muchos títulos y una trayectoria profesional soy un tipo aburrido, pero no es así. También salgo con mis amigos, me divierto y estoy en constante comunicación con la gente que aprecio. A pesar de mi trabajo y mis estudios tuve tiempo para construir una relación estable y casarme con la mujer que amo. No creo que haya tenido que sacrificar nada, lo que pasa es que en algunos momentos de mi vida he tenido que priorizar unas cosas que otras.

¿Entonces cómo se divierte?

Viniendo a Neiva a visitar a mis papás, volviendo a encontrarme con mis amigos de juventud. Me gusta salir mucho con mi esposa, ir a cine, teatro, conciertos, recorriendo a Colombia, aprendiendo de su gente. Y también hay espacio para fiesta, rumba y baile, aunque no es tan seguido.

¿Siempre fue un buen estudiante?

Siempre fui muy dedicado. Lo de buen estudiante se veía reflejado en las calificaciones de las materias, en algunas más que otras, pero desde mi bachillerato en el Colegio Salesiano tuve mucho empeño y disciplina.

Usted es docente, ¿qué destaca de ese campo?

La causa principal de la superación de la pobreza, de la inequidad y de la construcción de paz es la educación. Considero que a través de la docencia puedo ayudar a crear nuevos ciudadanos, una nueva generación que pueda transformar al país.

Dio clases en España, ¿en qué se diferencian los sistemas educativos de Colombia y España?

Una de las ventajas fundamentales del sistema educativo europeo es la autonomía que se le da al estudiante; un docente es solamente una guía en ese proceso de aprendizaje. No le está dosificando el conocimiento a los alumnos sino que lo está acompañando en su formación y son ellos mismos quienes van tomando las herramientas que le va sirviendo a la realidad social. Esto le permite crear su propio criterio y reflexión crítica frente a cualquier asunto.

¿Qué le falta a Colombia para alcanzar ese modelo?

Un tipo de docente comprometido en el sentido de nuevos modelos pedagógicos en los que se utilice más la innovación. En Colombia hay muchas capacidades y personas brillantes, tanto alumnos y docentes, pero tenemos que salirnos de esa zona de confort para poder reflexionar y hacer preguntas, no comer entero.

Usted es uno de los decanos más jóvenes del país. ¿Qué representa esto para su vida profesional?

Es una gran responsabilidad. Cuando me hicieron el nombramiento no sabía lo que me esperaba, es una función que me restringe mucho en cuanto a tiempo y me exige mucho de mí, pero es un trabajo que me está retando día a día, por lo tanto no es algo monótono y me pone en una posición de relevancia no solamente académico sino en el plano político, social y económico de Colombia.

¿Cree que es una ventaja ejercer este cargo siendo tan joven?

Siempre he dicho que puedo tener cierta inexperiencia para algunas cosas, pero tengo menos mañas que otros de más edad.

Además es investigador, ¿qué destaca de esa faceta?

El investigar permite crear conocimientos y base empírica para poder tomar decisiones. Lo importante es empezar a crear ese acervo científico y académico con los que se empiecen a dar reflexiones en torno a la realidad. La investigación hoy en día debe tener mayor relevancia e impulso de parte de los gobiernos.

 

Es experto en temas de conflicto y paz, ¿ve con buenos ojos el proceso de paz de La Habana?

Creo que el proceso de paz es bastante ambicioso y se va a dar porque los actores están haciendo las paces, pero construir la paz es otra cosa, requiere del esfuerzo de todos los colombianos, de los actores sociales y políticos, tanto públicos como privados, y es necesario empezar a luchar por aquellas cosas que están originando ese tipo de conflicto: la inequidad, la educación, la salud. Aunque se firme el cese de las hostilidades directas seguirán latentes algunas problemáticas como la exclusión social y eso genera bandas criminales, guetos y otro tipo de circunstancias que agravan la construcción de una paz verdadera y sostenible.

En cuanto a política, ¿cree que las discrepancias afectan la institucionalidad?

El debate en ningún momento afecta la institucionalidad y por el contrario fortalece la democracia. Lo que pasa es que cuando se da un debate que no admite ningún otro punto de vista, cuando se da por opacar las decisiones y opiniones de los otros sin ofrecer una alternativa viable, sí es dañino. Por otro lado panorama político del país se está viendo opacado por situaciones de legitimidad, la ciudadanía se encuentra descontenta. El problema es que cada vez se está separando más la política de los ciudadanos; la política vive alejada de lo que pasa realmente en el día a día de los colombianos, y

cuando se rompe esa conexión debemos recordar que quienes están representando los intereses del Estado son personas que han sido elegidas por nosotros.

¿Por qué es buena la política?

La política es la herramienta con la que podemos dirimir nuestras diferencias por medios pacíficos y no violentos. Precisamente la falta de política fue la que originó el conflicto armado en el país. No estoy justificando ningún hecho violento, pero esa falta hizo que un grupo de ciudadanos se alzaran en armas.

¿Cómo ve la comunidad internacional a Colombia?

Con muy buenos ojos. No solamente por la coyuntura del proceso de paz, sino que Colombia es un país estratégico para la comunidad internacional. España y la comunidad europea ha dado un apoyo no solamente en el ámbito monetario y financiero sino a través de sus dirigentes; hemos visto aquí a expresidentes como Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero que han puesto de manifiesto el apoyo al presidente Santos para realizar una gran coalición a favor del proceso de paz.

Nuestro país tiene un gran potencial, estoy hablando de un crecimiento de más del siete por ciento, tenemos además una inversión extranjera directa y la puerta de acceso con diferentes TLCs, y somos unos socios estratégicos para el mundo.

Perfil

Es profesional en Ciencias Políticas y de la Administración, de la Universidad Complutense de Madrid (España), y Ciencias Internacionales e Instituciones Europeas, en la especialidad de Instituciones y Organizaciones Internacionales de la Università Degli Studi Di Milano (Italia).

Magíster en Política Internacional: Estudios Sectoriales y de Área, en Desarrollo y Ayuda Internacional, de la Universidad Complutense de Madrid. Actualmente cursa un doctorado en Ciencias Políticas -Relaciones Internacionales.

Se ha desempeñado como investigador asociado del Departamento de Política Internacional, Seguridad y Comunicación del Instituto Complutense de Estudios Internacionales; director académico y de investigación de ese mismo centro de estudios; coordinador académicp del IX Magíster en Género y Desarrollo en colaboración con el Instituto de la Mujer - Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad, del Instituto Complutense de Estudios Internacionales, en donde además fue becario de investigación del Departamento de Desarrollo y Cooperación del ICEI.

Ha sido docente en las universidades de la Salle, Sinú y el Instituto de Altos Estudios Europeos.

Actualmente es el decano de Facultad de Gobierno y Relaciones Internacionales de la Universidad Santo Tomás.