“Queremos un país de propietarios”
El nuevo Registrador de la Oficina de Instrumentos Públicos de Neiva llegó hace cinco meses a la ciudad. Le gustan los insulsos que acompañan el asado huilense y está a gusto con su equipo de trabajo. DIARIO DEL HUILA conversó con él.

Jairo Sánchez Soler cada día entre semana se sienta en una silla giratoria frente a un escritorio de madera. Su oficina tiene un gran ventanal con persianas que dejan ver el tráfico de la calle Sexta entre carreras Cuarta y Tercera de Neiva. Nació en Fusagasugá hace 50 años y el 1 de marzo de 2014 se posesionó como Registrador de la Oficina de Instrumentos Públicos de Neiva. Su tono de voz no es muy fuerte y mientras habló conmigo sostuvo en sus manos un lapicero negro.
Sonriendo orgulloso dice que viene de la tierra de Lucho Herrera, de la ciudad jardín de Colombia. Es abogado de la Universidad INCCA de Colombia y realizó postgrados en Gestión Pública con la ESAP, Desarrollo Organizacional en la Universidad de Cundinamarca y Derecho Laboral en la Universidad Nacional de Colombia. Litigó cerca de diez años y después se mantuvo el mismo tiempo en su tierra con el mismo cargo que ahora ocupa en la capital del Huila.
A Neiva había llegado en dos oportunidades por las festividades sampedrinas y luego la eligió como su lugar de trabajo al estar entre los primeros lugares de un concurso de méritos de la Superintendencia de Notariado y Registro. De la ciudad le gustó el clima y de la gastronomía local, los insulsos. Su vínculo con la tierra opita ahora será mayor después de tener a su hija y registrarla acá.
¿Cómo inicia su trabajo en el sector de Registro de Instrumentos Públicos?
Estaba como abogado litigante en Fusagasugá y debido a que la Registradora de Instrumentos Públicos fallece, me piden el favor de que colabore en la Oficina y empiezo a trabajar directamente como registrador.
Después de diez años como Registrador de Instrumentos Públicos en Fusagasugá, ¿cómo llega a la Oficina de Neiva?
Para llegar acá a Neiva me presenté a un concurso en el que participamos más de seis mil abogados y entre ellos quedé como duodécimo. En la audiencia pública opté por el municipio de Neiva.
¿Por qué Neiva?
Ya había venido aquí en dos o tres ocasiones a las ferias sampedrinas y me había parecido una ciudad muy agradable y la gente muy amable. De esa manera dije: si de capitales se trata escojo Neiva porque es una tierra que me gusta.
¿Tuvo otras opciones?
Cali, Popayán, Santa Marta, bastantes porque son 32 capitales y tenía quince para escoger. Sin embargo, dentro de mí siempre hubiera escogido Neiva, no me hubiera decidido por ninguna otra ciudad.
¿Cómo encontró la oficina una vez se posesionó?
Bien, esta oficina estaba muy bien gerenciada, tiene buen personal, mi antecesora era muy dedicada. Se están trabajando los documentos dentro de los tiempos, se aplican los procedimientos en los plazos que requiere el registro de instrumentos públicos. Se cumple totalmente la normatividad y eso hace que la Oficina preste un buen servicio al público.
A partir de ese buen panorama, ¿cómo se planteó su plan de trabajo?
Cuando inicié como registrador llegué con unos retos y fueron bastante altos precisamente por las condiciones en las que encontré la Oficina. No es solamente continuar con el buen servicio que se viene prestando sino mejorarlo, tener una Oficina de Registro adaptada a las nuevas tecnologías, estar más cerca al público, hacer una rotación de personal para que haya más dinamismo. Otro de los desafíos es poder orientar a los usuarios y hacerle los trámites más fáciles.
¿Cuáles han sido los avances en estos meses como registrador de instrumentos públicos?
En estos cuatro meses ya hemos encontrado mejorías en la Oficina de Registro. Se habilitó un Digiturno y estamos trabajando para la implementación del sistema de archivo digital -que nos trae más seguridad jurídica-. Igualmente entramos en conversaciones con las notarías, nos reunimos una vez al mes con ellos. Esa comunicación permite que los documentos se ajusten a la norma, se hagan menos devoluciones y así agilizar los procesos. A nivel de la comunidad estamos siendo más participativos para generar la cultura del registro. Queremos un país de propietarios, que es la política desde la Superintendencia de Notariado y Registro.
Cada día se ve llena la Oficina, ¿qué tanto trabajo hay?
Hay bastante trabajo porque Neiva está en un desarrollo urbanístico y eso hace que las obligaciones contractuales inmobiliarias sean bastante amplias. En promedio están entrando 120 documentos aproximadamente. Es un nivel estándar en el país y un nivel alto respecto a otras oficinas principales como las de Casanare y Vichada.
La Oficina de Registro de Instrumentos Públicos de Neiva abarca a la capital huilense y a municipios aledaños, ¿cuál es la participación de cada una de las localidades en ese dinamismo?
Aparte de Neiva se está moviendo bastante Rivera, Campoalegre y Palermo. En estos municipios que están más cerca hay más cultura de legalizar el predio. Aquellos donde más se encuentra la informalidad son los totalmente agrarios y que están más alejados como Colombia y Baraya. Hasta allá va a llegar la Superintendencia.
¿Se está presentando represamiento en los procesos?
No. El único inconveniente que tenemos es que el sistema con el cual trabajamos para el registro de documentos SIR -totalmente centralizado- a veces falla y la Oficina queda sin poder realizar los registros y hay un colapso. Sin embargo, creamos estrategias para poder evacuar y en este momento estamos al día en el sentido de que estamos entregando documentos en cinco días, incluso sin importar si no son hábiles.
¿Con qué frecuencia se está presentando este problema del sistema?
Se presentan bastante porque es un sistema nuevo -iniciamos con él desde el año pasado- y hasta ahora se está adecuando. Lo estamos sorteando y no nos ha ido mal.
Finalmente, Jairo Sánchez Soler con la misma comodidad de toda la conversación, confiesa que no deja de sentir nostalgia por dejar a Fusagasugá, una ciudad en la que tiene a su familia y amigos.
No obstante, “Neiva me ha recibido muy bien, hay mucho calor humano, me ha parecido una ciudad organizada y me fascina el clima. Creo que la mejor decisión que pude haber tomado fue venirme para la capital del Huila. Si no se presentan situaciones adversas, vengo acá para un buen periodo”, advierte.