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Tendencias/ Creado el: 2020-07-17 05:21

Ciudades inteligentes, en avance

Una ciudad inteligente pone a las personas en el centro del desarrollo, incorpora las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) en la gestión urbana.

Escrito por: Redacción Diario del Huila | julio 17 de 2020

Desde la última década del siglo XX los versados hablan de Ciudades Inteligentes – Smart Cities-, tiempo durante el cual las ciudades pioneras han desplegado cientos de kilómetros de fibra óptica alrededor de ellas introduciendo tecnología para proteger la naturaleza, mejorar su vida y la de los ciudadanos en numerosas posibilidades, principalmente en atención ciudadana, economía, educación, eficiencia energética, medioambiente, movilidad y transporte, salud, sanidad y seguridad.

Una ciudad inteligente pone a las personas en el centro del desarrollo, incorpora las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) en la gestión urbana y utiliza estos elementos como herramientas para estimular el diseño de un gobierno que incluye la planificación colaborativa y la participación ciudadana, según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

Una Smart City es ‘aquella que utiliza la tecnología para prestar de la forma más eficiente los servicios urbanos, mejorar la calidad de vida de los ciudadanos y transformar la relación entre entidades locales, empresas y ciudadanos, facilitando una nueva forma de vivir la ciudad’, en palabras de los expertos consultados por Telefónica; para el DNP una Ciudad Moderna es aquella que brinda calidad de vida a sus habitantes. En las zonas urbanas en el mundo, en 1960 vivía el 33,6% de población, en contraste con el 2020 cuando cerca del 60 por ciento de la población vivía allí. Para 2030, 5 mil millones de personas vivirán en áreas urbanas (ONU, 2017). En Colombia en 2016 cerca del 79 por ciento de los habitantes vive en centros urbanos.

Algunas ciudades se han convertido en ejemplos de Smart Cities, otras apenas transitan hacia esa tecnología, hallándose en su primera etapa de crecimiento; en Nueva York desaparecieron los tradicionales teléfonos públicos, reemplazados por el sistema LinkNYC, que utiliza kioscos o tótems llamados links, dotados con servicio gratuito de WIFI, llamadas telefónicas, una tablet para acceder a mapas y servicios de la ciudad, así como también puertos de carga. En el caso de Londres, tienen el plan Smartgrid para ajustar la demanda y la oferta de energía evitando sobrecargas y el plan Smart London que busca que todos los ciudadanos puedan hacer parte de la economía. En Ámsterdam, donde el alumbrado urbano se alimenta de pàneles de energía solar y molinos eólicos, en el parque Atlas, las personas que transitan en bicicleta, controlan la luz de las farolas del alumbrado público desde su teléfono inteligente.

En México, Guadalajara es la primera ciudad con vocación de ciudad inteligente; Montería, Colombia, es pionera de ciudad inteligente, transformando su sistema de salud y educación; en Bogotá, catalogada como una de las diez ciudades más inteligentes del continente, según el Índice Cities in Motion (ICIM), aunque se han instalado cientos de zonas wifi y miles de cámaras de seguridad, en 2015, obtuvo calificaciones inferiores al promedio internacional en movilidad, seguridad, atención de emergencias, e-gobierno y limpieza. En Medellín desde 2018 a través de una aplicación móvil gratuita, los ciudadanos preservando su identidad, pueden grabar videos de escenas de algún crimen, que son vistos en tiempo real por las autoridades. En Vitória, en el sureste Brasil, se implementó una solución de botón de pánico para reducir la violencia doméstica. La ciudad-estado Singapur en Asia, està por convertirse en una sociedad que no usa el efectivo, implementado la iniciativa “Cashless Society” que tiene por objeto que el 100% de las transacciones se realicen mediante medios electrónicos.

Aunque la promoción de una Smart City en principio es responsabilidad del respectivo alcalde, son diversos los actores que a ello contribuyen, como la academia, empresas, especialmente las dedicadas a las TCI y emprendedores; quienes para lograr su propósito deben acudir a los datos, o mejor al “Big Data”, referido a “una gran cantidad de datos que se pueden analizar y utilizar para tomar decisiones” (Rafferty et al., 2016) y que “juega un papel importante en el descubrimiento del conocimiento urbano y apoyo a la planificación” (Thakuriah et al., 2017).