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Regional/ Creado el: 2020-03-30 07:20 - Última actualización: 2020-03-30 09:20

USCO: 50 años de un sueño hecho realidad I Parte

Hoy, la Usco sigue emergiendo con fuerza, aportando al desarrollo y al crecimiento de la región y del país.  Hace 50 años surgió un sueño, hoy es una realidad fehaciente con proyección internacional.

Inicio construcción de la Biblioteca. Fotos: Suministradas por revista Usconexion. 

Escrito por: Redacción Diario del Huila | marzo 30 de 2020

Por: José Eliseo Baicué Peña – Magister en Historia

Neiva ha pensado en una Universidad, y hasta se le ha bautizado antes de nacer con el nombre de Colegio Mayor de Santa Librada de Neiva. No se sabe de su forma, no se sabe de los medios que habrán de arbitrarse, pero Neiva ha pensado en su Universidad. Yo creo en el poder de las ideas, confío en el valor dinámico de estas pequeñas modalidades del espíritu del hombre. Esta idea hay que repetirla, hay que sembrarla profundamente en el alma de los Neivanos, hasta que se convierta por su mismo poder intrínseco en energía primero, luego en calor y finalmente en llama inextinguible […]. 

Con estas palabras el presbítero Jenaro Díaz Jordán, a mediados del siglo XX, anunciaba ya la necesidad de que la ciudad tuviera una Universidad para los bachilleres que egresaban de colegios como el Técnico y el Santa Librada, quienes no tenían la posibilidad de continuar estudios superiores en una comarca como el Huila. 

Claro, que el historiador Jairo Ramírez Bahamón, asegura que esta necesidad se suplía desde mucho antes, otorgando becas de estudios profesionales en otras universidades del país y, más adelante, en 1934, con la creación de las escuelas de artes llamadas “complementarias”. Fue después de mitad de siglo cuando apareció la primera propuesta para crear la Universidad del Huila, emanada del Centro Cultural Huilense, organización que encomendó dicha tarea al ingeniero agrónomo Pedro José Alarcón Charry. 

Alarcón, por su parte, sostenía que la cifra de 369 profesionales residentes en el departamento era muy baja para los requerimientos de su desarrollo, pero que, además, entre estos no había ni agrónomos ni veterinarios. 

Surge ITUSCO 

El proyecto empezó a tomar forma finalizando el año 1967, cuando el grupo cultural denominado ‘Entrada Libre’, integrado por el profesor Misael García, el ingeniero Ricardo Castaño, los maestros Ligia Paredes y Fernando Ardila Peña, la activista Política y Cultural Stella Paredes, y el director del Sena Regional Huila, Rafael Cuellar Lara, sacó la idea de los recintos académicos y la debatió en varios círculos sociales.  El grupo se reunía para desarrollar tertulias alrededor de determinado tema o invitaban conferencistas del país, entre ellos estuvieron los nadaistas Gonzalo Arango y Jota Mario.

Ese aire cultural que le impregnaban al Huila les mereció respaldo y reconocimiento en la sociedad. Mucho se había hablado de la necesidad de la Universidad, pero nada concreto se había hecho al respeto, hasta la mañana del 28 de diciembre de 1967, cuando el profesor Misael García amaneció con la idea de darle vida a este proyecto, pensando, sobre todo, en modificar el ambiente cultural de la ciudad. Una vez Misael les comunicó la idea a los demás compañeros del Grupo, entre ellos, Alberto Vargas, Fernando Ardila, Cesar Lozada y Gerardo Bermeo, redactaron un manifiesto titulado “1968: año de la universidad del Huila”, mediante el cual invitaban a fundar la universidad; enseguida imprimieron 5 mil copias, luego se distribuyeron en grupos y empezaron a distribuirlos por todos los bailes de año nuevo. 

Luego de una asamblea llevada a cabo la primera semana de 1968, en el Club del Comercio, se fundó simbólicamente la Universidad, y se “designó” al doctor Reinaldo Polanía Polanía, como primer Rector, y al doctor Rafael Azuero Manchola, presidente del Consejo Superior Universitario, tal como lo relata el periodista e historiador Jorge Alirio Ríos, conocido también como Jonathán de la Sierra.

En apoyo a la creación de la universidad, el 20 de junio de ese año se llevó a cabo una manifestación gigantesca, en la cual participaron profesores, alumnos y padres de familia de todos los colegios y escuelas de la ciudad, e incluso participaron delegaciones de los municipios vecinos. Exhibían pancartas y coreaban consignas alusivas a la creación de la universidad. Empapelaron a Neiva con carteles, y, desde un avión de la empresa TAO, lanzaron millares de hojas volantes. 

Al poco tiempo, el parlamentario Guillermo Plazas Alcid, elaboró un proyecto de ley mediante el cual se creaba el Instituto Tecnológico Universitario Surcolombiano, ITUSCO, y envió una copia al grupo de pioneros. Luego de analizar el documento, llegaron a la conclusión de que el instituto no satisfacía las aspiraciones de los huilenses que deseaban una universidad, y menos sus deseos. Guillermo Plazas les explicó que era lo más adecuado debido a que el Presidente de la República, Carlos Lleras Restrepo, no estaba dispuesto a crear más universidades, por lo tanto, no tenía sentido elaborar una ley que con seguridad el Gobierno iba a devolver.  Días después, y luego de ajustar el proyecto, el doctor Plazas Alcid, lo presentó al Congreso bajo el nombre de Instituto Universitario Surcolombiano, es decir, le quitaron la palabra Tecnológico, dejando abierta la posibilidad de convertirlo en Universidad; sin embargo, la sigla conservó la letra T. 

El 17 de diciembre de 1968, mediante la Ley 55 nació el Instituto Universitario Surcolombiano, ITUSCO, pero los meses pasaban y el instituto no empezaba labores. Los impulsores, preocupados por el retraso, decidieron montar una ‘fábrica de telegramas’ para presionar al director del Icfes. Todos los días redactaban telegramas y los hacían firmar por personalidades importantes de Neiva, recuerda el profesor Misael García. 

El director del Icfes, Juan Francisco Villareal, empezó a recibir decenas de solicitudes, hasta que envió a Neiva una comisión a finales de 1969, encargada de elaborar el plan de desarrollo de Itusco. Luego del estudio, la comisión determinó que se necesitaban carreras en el área de la salud, la educación y en el campo agropecuario. 

 

Con pancartas y arengas, huilenses exigen universidad.

Manifestaciones de la comunidad pidiendo universidad

Primeras clases 

El Icfes había llegado a la conclusión de que no había dinero para crear programas como agronomía o medicina, entonces debían abrir carreras ‘TTL’, es decir, de tiza, tablero y lengua. Por esta razón, Itusco inició labores con Administración Educativa, Contaduría Pública y Administración de Empresas; todas a nivel tecnológico y con tres años de duración. 

Así las cosas, y luego de dos años de espera, el 30 de marzo de 1970, ITUSCO comenzó labores académicas con el doctor Marco Fidel Rocha Ramírez como rector. 

Las clases tuvieron lugar el 30 de marzo de 1970 en las instalaciones del Colegio Departamental Femenino a las 6:30 de la tarde, con 305 estudiantes. Las oficinas del área administrativa operaban en las instalaciones de la Biblioteca Departamental “Olegario Rivera”. Después se tomó en alquiler una casa enseguida de la Clínica Neiva, donde funcionó la Biblioteca del Instituto y las dependencias administrativas, pero las clases continuaban en el Colegio Departamental.  

Vale mencionar, que la intendencia del Caquetá, también venía luchando desde 1963 por tener una universidad, pero al saber sobre la creación de ITUSCO, elevaron una solicitud y las directivas aprobaron la apertura de una sede en Florencia, la cual comenzó a funcionar el primer semestre de 1991.  Hoy, se conoce como la Universidad de la Amazonia. 

Desarrollo Institucional y Reconocimiento Social 

A partir de 1976, con la transformación a Universidad Surcolombiana, a través de la ley 55 de este año, la Institución empieza a fortalecerse y a cualificar y cuantificar significativamente la oferta académica. Primero, con la profesionalización de las carreras tecnológicas, y segundo, con la creación de nuevos programas, entre ellos Ingeniería de Petróleos y Medicina, los cuales –a pesar de las dificultades en su nacimiento- le merecieron gran reconocimiento y le abrieron las puertas para el impacto social en la región. 

Fueron años de ambiente apacible, sin mayores disputas internas, algunos miembros de la comunidad académica de aquella época la consideran como una especie de “patriarcado”, y muchos la añoran.  El segundo rector de la Institución, Roque González Garzón, era el papá regañón, que les halaba las orejas a los estudiantes cuando no obedecían, y se enfurecía cuando les prestaba el bus para que fueran a la Gobernación a exigir presupuesto y terminaran gritando consignas como “Regalías para educación y no para el clientelismo ladrón”, señala el profesor Ramírez Bahamón. 

Poco a poco iba quedando atrás aquella inseguridad frente al papel de la Universidad, para asimilarla como tal; al comienzo la sociedad no creía que contaba con una institución de educación superior y los estudiantes sentían temor por su futuro reconocimiento como profesionales. 

Fachada de la Facultad de Educación

 

Los albores de la investigación 

En mayo de 1971 se creó el Centro de Estudios Surcolombianos (CESCO), con la finalidad de fomentar la investigación, el asesoramiento y la financiación de proyectos o investigaciones que tuvieran relación con las carreras existentes en la universidad, a fin de tener una mayor integración entre la teoría y la práctica, con énfasis en el desarrollo regional, como lo reseña el profesor Elías Ramírez Plazas en Revista Universidad Surcolombiana de 1979. 

El CESCO empezó a trabajar activamente, y el primer gran proyecto de investigación fue el Atlas Lingüístico del Huila, a la par con otros estudios como los Recursos Deportivos del Huila, Ayudas Educativas en Español y Literatura, y monografías a nivel descriptivo de 29 municipios del departamento. Además, para el año 1978 planeaba investigar sobre la alimentación típica y folclórica del Huila, vicios de la medicina popular, asistencia técnica a las juntas municipales de deportes y hacer un análisis ocupacional del administrador educativo, entre otros proyectos. 

La primera gran experiencia investigativa. Gracias a la colaboración de la Universidad del Valle, durante 1977 la Universidad Surcolombiana, por medio del programa de Español y Literatura, dirigido por el profesor Luís Humberto Alvarado, se puso en la tarea de elaborar el Atlas Lingüístico del departamento del Huila, con la colaboración de los estudiantes de noveno semestre de ese año y del profesor Rafael Cortés Murcia. Con el tiempo, esta investigación fue adquiriendo prestigio e importancia a tal punto de que, en 1980, algunos expertos en el tema ya la ponían al nivel de la investigación Latinoamericana en lingüística. 


Estudiantes caminando dentro de la institución.

Incursión en Educación a Distancia 

La Universidad Surcolombiana fue la primera en todo el país, en asumir el reto de la Educación a Distancia, un programa bandera del presidente Belisario Betancurt. En octubre de 1982 la Usco esbozó una propuesta de educación superior a distancia, iniciativa que llevó a los diferentes entes del gobierno encargados de establecer las pautas para su puesta en marcha. Inicialmente, la propuesta tenía una cobertura de toda la región Surcolombiana pero situaban proyecciones a todo el país. 

Según la naturaleza del proyecto elaborado en la Usco, la Universidad Colombiana Abierta y a Distancia sería una para todo el país y contaría con el respaldo de las instituciones de educación superior que solidariamente convinieran formal, voluntaria y oficialmente desarrollarla en todos los órdenes en beneficio del pueblo colombiano. Su objetivo era ofrecer programas académicos unificados de alta calidad científica y humana, densa documentación y profusa ilustración, que garanticen una formación solvente, diáfana en sus objetivos y estricta en su cumplimiento. 

Luego vinieron nuevas carreras e inicio de los postgrados, lo que permitió un fortalecimiento académico que dieron paso paulatino a los procesos de autoevaluación que llevaron a tener hoy una institución Acreditada de Alta Calidad, con 46 Grupos de Investigación Categorizados ante el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, y más de 200 semilleros de investigación.  

Con esa dinámica, con altibajos y logros, propios de las instituciones en crecimiento, la USCO continuó su avance, cumpliendo los propósitos misionales. 

Hoy, la Usco sigue emergiendo con fuerza, aportando al desarrollo y al crecimiento de la región y del país.  Hace 50 años surgió un sueño, hoy es una realidad fehaciente con proyección internacional.