Una agenda sustentable para Neiva a propósito de sus 408 años
Pensar para donde va Neiva, según Aldemar Macías Tamayo, no puede desconocer el debate que se está dando a nivel mundial en estos momentos sobre la crisis de esta civilización que está poniendo en riesgo la Vida.

Germán Palomo García
El 24 de mayo pasado, Neiva, la capital opita, cumplió 408 años de su definitiva fundación. Su crecimiento y desarrollo ha sido motivo de muchos estudios, proyecciones y planes que muy poco o parcialmente se han llevado a la realidad y que hoy, no solo por las circunstancias que se viven sino porque las nuevas realidades obligan a otras consideraciones y, sobre todo, a un compromiso de ejecución que promueva una ciudad diferente y que atraiga y promueva un nuevo neivano. Consciente de esto, la Tertulia El Botalón invitó a Aldemar Macías Tamayo, un estudioso del Huila y de Neiva con experiencia en el conocimiento del comportamiento social y de las necesidades de los huilenses pero, particularmente, de los neivanos con una visión integral hacia su futuro. Por esto titulamos la tertulia del martes pasado Para dónde Va Neiva 408 años después de su definitiva fundación.
Pensar para donde va Neiva, según Aldemar Macías Tamayo, no puede desconocer el debate que se está dando a nivel mundial en estos momentos sobre la crisis de esta civilización que está poniendo en riesgo la Vida. “Parece que hubiéramos tenido que necesitar de una pandemia en medio de todo el sufrimiento, para darnos cuenta del maltrato que le hemos hecho a la naturaleza en nombre del progreso y el desarrollo”...
El mito del crecimiento vs. el cuidado de la vida
Todos los modelos económicos, independiente de su orientación sociopolítica, que empezaron con la modernidad creyeron que crecer y seguir creciendo solucionaban la pobreza y la marginalidad. Aumentar las tasas de crecimiento medidas únicamente por el comportamiento del PIB sería suficiente para alcanzar progreso y luego felicidad con lo que el indicador de bienestar determinaría el nivel de vida del planeta. Pero no entendían (a lo mejor sí) que el consumismo se convirtió en una carrera frenética por el tener, el consumir y el acumular y, como resultado, estaba generando su propia destrucción. No se dieron cuenta de los recursos finitos por lo que el deterioro de los suelos, los océanos, los bosques, el aumento de la temperatura y la extinción de muchas especies se han incrementado de una manera dramática. Esta realidad constituye una agenda urgente que la humanidad debe atender ya para modificar el rumbo de esta civilización y se provoque una reinvención de un nuevo proyecto de humanidad que priorice el cuidado de la vida.
La pandemia no puede opacar la crisis climática
Para el expositor, la reinvención de un nuevo proyecto humanista, pasa por rehacer la manera como vamos a habitar nuestros territorios. La manera como nos pensemos y actuemos sobre la ciudad y el campo va a ser definitivo en la construcción de un proyecto de sociedad más justa, solidaria y sobre todo sustentable ante la crisis climática global. Si hablamos de un nuevo comienzo, el lento crecimiento de Neiva que ha producido una economía marginal puede verse como una ventaja porque su crecimiento urbanístico no tendrá grandes dificultades de movilidad, de contaminación, de marginalidad y de inseguridad. Esto se acerca más al ideal de ciudades pequeñas (ciudades pequeñas que no sobrepasa los 500 mil habitantes) que, según Macías Tamayo, se pueden convertir en buenos vivideros por su mismo crecimiento a escala humana. En este sentido, la primera recomendación que hizo es que Neiva no expanda más su perímetro urbano aprovechando las áreas existentes para densificar mas su construcción. Ciudades pequeñas y compactas facilitan la prestación en mejores condiciones de todos sus bienes públicos.
Dar la cara a sus fuentes hídricas
Neiva no le puede seguir dando la espalda a sus fuentes hídricas y debe evitar su contaminación y agonía lamentable de ríos, quebradas y humedales. Promover el aprovechamiento de sus residuos sólidos en lugar de seguirlos enterrando en los obsoletos rellenos sanitarios como generadores de abonos orgánicos y energía, tecnologías disponibles dentro del amplio marco de la sustentabilidad.
Claramente lo expuso Aldemar Macías Tamayo: La riqueza de una sociedad no es que tenga plata, sino que cuide y produzca mejores Bienes públicos, que son aquellos servicios que hacen posible la inclusión social y la dignidad humana. El sistema estratégico de transporte debe desestimular el uso de transporte individual motorizado. De no lograrse, vendrá todo una problemática ambiental y de salud pública.
La educación que requiere Neiva
Es definitivo que Neiva trabaje por un currículo más pertinente desde el preescolar hasta la universidad. “Un currículo lineal, asignaturista y desagregado no puede continuar cuando el mundo emigra a la comprensión de los problemas y las preguntas que se construyen colectivamente con los estudiantes, generando más dialogo de saberes, una mayor transversalidad e integración curricular”, aseguró Macías Tamayo y agregó: “Neiva no es una isla en el planeta y debe estar a tono con las revoluciones tecnológicas que ya se nos vinieron encima. La investigación como estrategia pedagógica empodera a las comunidades educativas para avanzar en la innovación y la transformación.
La base económica y productiva debe continuar en la producción de alimentos, la agroecología y la agroindustria para la transformación de materias primas en una perspectiva de soberanía alimentaria y la dinamización de la pequeña y mediana empresa. El petróleo que fue muy importante para la región debe hacer el tránsito a fuentes de energías alternativas. Entre ellas la fusión nuclear que viene teniendo avances muy significativos. Incluso en salud ha tenido avances muy importantes en sistemas de prevención y la prestación de servicios y tratamientos de alta complejidad.
Se mostró a favor de la renta básica como complemento de la estrategia de colocar el cuidado de la vida en alta prioridad. Esto puede ser el paso para transitar hacia un modelo de economía más solidaria donde la renta y la riqueza se distribuya con mayores principios de equidad
Finalmente, para Macías Tamayo, El tejido social será la mayor riqueza de una sociedad en la que se debe redignificar la existencia, que construya un buen vivir que no es más que la armonización de las necesidades materiales con las espirituales y nos desacelere de esa sociedad del hiperproductivismo e hiperconsumismo que está generando una sociedad del cansancio con muchos malestares psíquicos y emocionales. La pandemia nos invita a parar en seco y reinventar la vida de otras maneras.