Tortuga Diego regresó a su isla en las Galápagos
El ejemplar que se calcula tendría unos 100 años, engendró a cientos de crías, lo que le valió los apodos de "súper macho" y "sex symbol" de los Chelonoidis hoodensis, la variedad a la que pertenece.

Por M. Francisca Prieto
Diego, una tortuga gigante considerada un súper macho al salvar a su especie de la extinción en el archipiélago ecuatoriano de Galápagos, fue devuelto a su isla tras reproducirse en cautiverio durante varias décadas, informó el lunes el ministro del Ambiente, Paulo Proaño.
Junto a otros 14 quelonios de su misma especie (Chelonoidis hoodensis), que fueron los únicos hallados hace medio siglo, Diego fue trasladado a la isla Española, su lugar de origen y deshabitada por personas, por técnicos del Parque Nacional Galápagos (PNG).
Una fuente del PNG indicó que las tortugas fueron transportadas a Española (al sur) en bote desde la isla Santa Cruz, en cuya capital, Puerto Ayora, está la sede del organismo donde Diego pasó en cautiverio durante cuatro décadas.
Con un caparazón en forma de montura, unos 80 kg, 1,5 metros (en su máximo estiramiento) y una edad estimada de más de 100 años, Diego es padre de al menos un 40% de las 1.800 crías llevadas a Española.
De San Diego a Española
Encerrado, Diego llegó a ser el único macho en su corral de 180 m2, que compartió con seis hembras de su misma especie, cinco de ellas de las únicas 12 hembras originalmente sacadas de Española por la entidad desde que la provincia de Galápagos fuera declarada reserva natural, en 1959.
En esa isla también fueron hallados apenas dos machos, por lo que fue necesario introducir otro reproductor para restablecer la especie. Entonces, el PNG buscó en los zoológicos del mundo a los que en la década de 1930, antes de que Galápagos fuera un área protegida, se enviaron tortugas.
El "sex symbol" de la especie Chelonoidis hoodensis toma el nombre del zoo de San Diego, Estados Unidos, al que llegó entre 1933 y 1936, y del que fue repatriado en agosto de 1976 para mostrar "sus habilidades reproductivas", de acuerdo al PNG.
Actualmente en la isla Española hay unos 2.000 ejemplares de esa variedad, incluidas unas 200 crías reproducidas en estado natural. Diego es la antítesis de George, el último ejemplar de la especie Chelonoidis abigdoni que murió en 2012 tras negarse a aparearse en cautiverio.