domingo, 14 de septiembre de 2025
Regional/ Creado el: 2019-03-10 03:14 - Última actualización: 2019-03-10 03:19

Se ‘hundió’ turismo en Yaguará

Mientras cada día se hace más notoria la soledad, terruños de este municipio al centro del Huila rememoran con desconsuelo el paisaje verde de las arroceras, sus cosechas que aportaban significativamente a la generación de empleo y bienestar, pero que desde la construcción de la represa Betania, el agua sepultó para siempre.

Escrito por: Caterine Manchola | marzo 10 de 2019

“Por aquí ya no viene nadie”. Comerciantes y comunidad de Yaguará lamentan que el turismo y potencial de esta tierra cuna de grandes personalidades, se haya ido en declive y no se hayan gestado acciones para poner freno a la problemática.  Betania, que era en un comienzo un enorme castillo de esperanza, se derrumbó.

Mientras cada día se hace más notoria la soledad, terruños de este municipio al centro del Huila rememoran con desconsuelo el paisaje verde de las arroceras, sus cosechas que aportaban significativamente a la generación de empleo y bienestar, pero que desde la construcción de la represa Betania, el agua sepultó para siempre.

También resaltan que una vez Yaguará fue el segundo municipio que más aportaba al sector ganadero del Huila con excelentes razas bovinas; prueba de ello es el quesillo que ha logrado seducir el paladar de todo aquel que se anima a probarlo.

Pero el panorama actual es desalentador según percepciones de quienes son hoy herederos de toda esta historia. Se sienten solos y aseguran que “Por aquí ya no viene nadie”.

Para el comerciante Carlos Falla, Yaguará era la Capital Ganadera y Arrocera del Huila entre 1930 y 1970, pero ahora las personas ya no están sembrando cultivos y la esperanza de muchos es lograr empleos por medio de la Administración Municipal pues las mejores tierras están justo debajo del embalse.

“Al yaguareño no lo han enfocado hacia el turismo”, dijo.

Señaló que sector ganadero se ve afectado por el clima que se presenta desde la construcción de la hidroeléctrica, y los arroceros no tienen garantías en los precios del cereal.

La mejor opción fue optar por sacarle provecho a la presa por medio del turismo y la pesca. Pero esto tampoco ha dado resultados, agregó.

Y es que según Orlando Guevara, “ahora el pescado se ha agotado y las regalías para el pescador agricultor ya no se ven. No hay ayudas”.

Este oficio depende del nivel del embalse y es precisamente ese uno de los mayores inconvenientes que manifiestan quienes ganan su sustento de la venta de pescado.

El vendedor, quien  compra a los pescadores artesanales, lleva cuatro años con este empleo y según su experiencia “uno a jurito sale a ras con el pedido, más bien queda uno debiendo”, refiriéndose a las ganancias.

Esto sucede porque ya no hay igual de oferta de pescado que antes y fue fruto “de la contaminación que trajo El Quimbo, eso ha causado la mortalidad de peces entonces tenemos que sacar las más pequeñas y ya no hay muchas para que se reproduzcan”, explicó.

“Ahora ya no viene la gente a comprar, se van para otra parte. Eso nos quitó la mayoría de turismo aquí”, dijo Orlando Guevara mientras acomodaba algunos peces en canastillas, en el puerto de la represa Betania.  

“El señor coge las mojarras más pequeñitas y esas son las que más se reproducen”, señaló otro de los presentes.

“Ellos están acabando con eso”, sostuvo.

Por su parte el pescador argumentó que debía hacerlo “porque ya no hay grandes”.

Y frente al proceso de cultivo de alevinos de Emgesa, dijeron que no ha dado resultados.

En el puerto además se aprecian algunas lanchas, unas dentro del agua y otras a un costado y averiadas.




“Esas son lanchas para montar los turistas y mírenlas cómo están… aquí el turista no viene por eso, porque aquí es un hueco, ¿por aquí qué pasa? Nada. En la carretera principal no hay nada, Yaguará está muerto”, lamentó otro de los comerciantes.

Señaló además las casetas del puerto, que según los conocedores hace 20 años eran “la sensación. Esto era muy chévere, pero ahora está acabado”.

“Lo mismo pasa con el Ferry que lleva más de cuatro sin uso, está allá arrumado”, dijo mientras señalaba hacia la maltratada infraestructura que permanece aparcada en la orilla.

 Kennedy Colllazos, también concordó que antes la economía tenía una mejor dinámica de empleo y el clima era más fresco. Fue pescador durante 20 años “dejó” el oficio por problemas de salud.

“Desde que un alcalde no gestione el turismo, no hay nada”, expresó.

Por su parte los pescadores informaron que antes lograban las 50 libras de pescado, pero ahora “un día bueno es cuando pescamos 20”.

Decrecimiento económico

En el sector hotelero también se ha presentado un decrecimiento, según manifestó Griselda Castro González.

Narró que su hotel, que abrió las puertas en 1987,  ya no recibe la misma afluencia de personas que en otras épocas.

“El turismo ha disminuido mucho, pero eso se da por esa represa que mantiene seca. Yo me imagino que en los otros hoteles también se presenta la misma situación. Y el alcalde no ha hecho nada por el turismo, eso es lo que pasa. Cuando estaba el Ferry al menos venían más personas con el anhelo de montar ahí, pero ahora la gente viene, da una vuelta y dice que no hay nada qué hacer, entonces se van”.

Algunas casetas desocupadas a la ribera del embalse, también ponen en evidencia la poca demanda turística de la localidad.

“De esas 5 casetas solo ponen a funcionar dos, cada 15 días. Eso fue construido hace más de 10 años y la gente venía y eso era muy bueno. Las señoras sacaban ventas de comida, pero ya hace mucho tiempo que no. Ya Yaguará se acabó, no vienen turistas”, dijo con desesperanza una comerciante del lugar.



El “naufragio” del ferry

Desde que llegó la moderna embarcación para quienes viven del turismo en Yaguará, se vio como una tabla de salvación dado el atractivo turístico que representaba y porque se conocían experiencias de embarcaciones similares en otros proyectos hidroeléctricos; sin embargo la dicha duró poco tiempo.

La  barca fue adquirida por la multinacional italiana Impregilo, después de la inauguración del complejo hidroeléctrico de Betania en septiembre de 1987 como parte de la restitución de vías; su uso inicial primero fue para transporte de carga y paso vehicular y luego fue adaptado como atractivo turístico.

Hoy, la embarcación está sumida en el abandono y quien la administraba turísticamente que era Comfamiliar ha determinado que debe ser vendida dado que viene siendo un activo improductivo de la entidad. El ferry dejó de funcionar y por tanto promocionarse desde 2015.

En pocas palabras sus años dorados ya pasaron a mejor vida. Algunos moradores de Yaguara recuerdan que para el turista nacional o extranjero que llegaba a la localidad, era el plan obligado por el recorrido que se hacía por el embalse además de las fiestas temáticas y otros actractivos.

Hoy, el proyecto no cuenta con Registro Nacional de Turismo y producto del abandono en el que ha estado sus costos de mantenimiento y demás son millonarios y no tiene doliente alguno.




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