Sena le pone sabor a dieta para pacientes renales
En el Día Mundial del Riñón, el Sena presentó una propuesta orientada a la preparación de menús apropiados para el tratamiento de personas con enfermedades renales. En la capital huilense, hasta 2013, había 880 personas en diálisis.

Durante la celebración del Día Mundial del Riñón (conmemorado cada segundo jueves del mes de marzo), un inquieto grupo de aprendices Sena presentó su aporte a la prevención y el tratamiento de este mal.
Se trata de veintitrés jóvenes, futuros técnicos en Cocina, quienes dieron a conocer el portafolio de menús para pacientes renales en el cual trabajaron durante los últimos seis meses.
El ejercicio, fruto del proceso de formación adelantado por ellos, derivó en una propuesta agradable al gusto y a la vista y, lo mejor, saludable para los pacientes que, de acuerdo con la Asociación Colombiana de Nefrología, han ido en aumento, por la falta de información sobre esta patología que es considerada un enemigo silencioso.
"Cada día hay más pacientes con Enfermedad Renal Crónica, infortunadamente en estado terminal; más o menos uno de cada 10 colombianos puede tener algún grado de enfermedad renal (estaríamos hablando de alrededor de cuatro millones y medio de personas); más de 20.000 se encuentran en tratamientos de diálisis y hay cerca de 3.500 trasplantados", asegura Adriana Robayo, miembro de la Asociación Colombiana de Nefrología.
Un panorama bastante desolador, en el cual el aporte de los aprendices del Sena cobra importancia.
La propuesta de los jóvenes consiste en preparar menús especiales para estos enfermos, quienes deben controlar el consumo de líquidos y alimentos ricos en fósforo, potasio y sodio, lo cual hace que, de acuerdo con los expertos en la materia, ésta sea una de las dietas más difíciles de manejar.
“Es una idea bastante innovadora. Es muy complicado que el paciente entienda la importancia de la alimentación dentro de su tratamiento renal, porque la ve con muchas limitaciones. Pero, hoy comprobamos que se puede comer de una manera agradable y con variedad”, afirma María Clara Mejía, nutricionista de la Unidad Renal Nefrouros.
Cifras preocupantes
Las estadísticas relacionadas con esta patología, aunque son escasas y difíciles de encontrar, dan cuenta de una problemática que está aumentando, de la mano de otras dolencias como la diabetes, la hipertensión y la obesidad.
Un artículo publicado en la revista The Lancet asegura que la Enfermedad Renal Crónica (ERC) es una epidemia mundial que afecta a más del 10 % de la población, es superior al 50 % en ciertas poblaciones de alto riesgo y su prevalencia es subestimada.
En Colombia, por ejemplo, la incidencia de la Enfermedad Renal Crónica es de 55 por cada 100.000 habitantes, promedio superado por el Huila, donde se calcula que la padecen 88 de cada 100.000 habitantes, mientras que Neiva se ubica como la tercera ciudad colombiana con mayor número de enfermos renales crónicos. En la capital huilense, hasta 2013, había 880 personas en diálisis.
“Al comienzo, uno se afecta mucho psicológicamente. Es duro, pero no imposible aceptar el cambio de vida. Hoy le doy gracias a Dios por iluminar a alguien, para que preparara a estos chicos, que nos presentan una alternativa no sólo para pacientes renales, sino para tantos enfermos que hay. Es un detallazo”, dice Nohora Valderrama, una huilense de 59 años de edad, quien es paciente renal desde hace cinco años, sometida a hemodiálisis durante los últimos dos.
“Estamos orientando no sólo la formación en Cocina, para fortalecer la seguridad alimentaria, sino para darles respuesta a requerimientos especiales, para pacientes que tienen necesidad de consumir ricos platos, bien presentados, bien balanceados, pero sin que les produzcan alguna afectación”, considera el director Regional del Sena en el Huila, Luis Alberto Tamayo.
De acuerdo con el funcionario, el propósito es ampliar la variedad de alimentos para este tipo de personas, que deben someterse a una dieta rigurosa, con tal de preservar su estado físico y garantizar un buen nivel de vida.
Una gran ayuda
“A los muchachos se les da todo el entrenamiento en gastronomía hospitalaria, de todo tipo de pacientes, pero esta vez el énfasis fue en pacientes renales. La idea es continuar con esa formación y poderles aportar a los enfermos otras opciones”, manifiesta Beatriz Iriarte, instructora de esta institución del Estado.
Según su versión, el interés de los aprendices y los instructores que lideran el proceso es ése, precisamente: trabajar en una alternativa de solución para una población cada vez más grande.
“Estos ejercicios permiten sembrar la semilla del comer bien, del comer sano, del comer saludable. La alimentación es uno de los pilares del tratamiento de personas enfermas, sobre todo de pacientes renales. Brindar comidas agradables a la vista y al paladar, además de saludables, es una ayuda muy grande, que va a impactar de forma positiva en la calidad de vida de nuestros pacientes”, puntualiza Milton Darío Ibarra, nefrólogo pediatra del Hospital Universitario de Neiva.