Sacar las inversiones de China, ¿buena idea o camino a la recesión?
En el 2017 Estados Unidos tenía depositados 107.600 millones de dólares en China en forma de inversiones extranjeras directas.

A finales de agosto el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ordenó a través de su cuenta en Twitter a las empresas estadounidenses que 'abandonen' China.
"La gran cantidad de dinero hecha y robada por China a Estados Unidos, año tras año, durante décadas, debe y tiene que parar. En consecuencia se ordena a nuestras grandes empresas que empiecen a buscar inmediatamente una alternativa a China", escribió.
Este tuit ha provocado acalorados debates en la opinión pública estadounidense y los medios de comunicación acerca de si Trump puede o no ordenar a las empresas que salgan de China. El secretario del Departamento de Tesoro, Steven Mnuchin, y el director económico de la Casa Blanca, Larry Kudlow, comunicaron que Trump puede autorizar esta movida aunque precisamente el Congreso suele tomar las decisiones respectivas.
La Ley de Facultades Económicas para Casos de Emergencia Internacional del año 1977 otorga al presidente estadounidense facultades extraordinarias para que el proceso de la toma de decisiones no se atasque de manera perpetua en el Congreso.
La principal cuestión ahora es si Trump continúa cumpliendo su 'orden' o se retracta. El segundo escenario es el más probable, dado que las inversiones estadounidenses en China son demasiado grandes para caer, considera el periodista David Fickling en su artículo para Bloomberg.
En el 2017 Estados Unidos tenía depositados 107.600 millones de dólares en China en forma de inversiones extranjeras directas, según la Oficina del Representante de Comercio. Esta suma probablemente sea aún más grande ahora a pesar de las tensiones comerciales que hay entre ambos países. Además, hace falta agregar 81.200 millones y 2.500 millones de dólares que el país norteamericano tiene invertidos en las economías de Hong Kong y Macao, respectivamente.
¿Qué implica el posible castigo de Trump?
La ley del 1977 ha sido utilizada mayoritariamente para congelar activos de países específicos y prohibir a las empresas de Estados Unidos realizar transacciones que involucran a estos Estados. En cualquier caso, la intención de Trump sería obligar a las empresas estadounidenses a sacar sus recursos de China
El resultado es que la venta caótica de activos estadounidenses en el país asiático bajará su precio. Aparte de eso, compañías como General Motors, Caterpillar y Boeing, que califican a China como uno de los mayores mercados, sufrirán pérdidas considerables en sus ingresos. Por si fuera poco, esta salida forzosa causaría problema relacionado con el servicio de préstamos que fueron tomados por las empresas para adquirir activos en China.
"Claro está que tal escenario es tan dramático que es imposible de cumplir. Dada la existencia de distintos enfoques sobre el gigante asiático en Estados Unidos, el escenario en el que las relaciones económicas entre Pekín y Washington se reducen gradualmente durante los años venideros parece ser más viable", escribe el autor del artículo.
Incluso Trump probablemente no continuará cumpliendo su orden porque esta movida tendría efectos demasiado serios sobre la frágil economía mundial. La idea de la retirada de China puede ser atemorizante para las empresas de Estados Unidos.
Consecuencias de la guerra comercial
Aparición de nuevos aranceles y restricciones comerciales mutuas: En efecto se verán reflejadas en precios y exportaciones que ambos países hacen a otras regiones.
Una reducción significativa del crecimiento económico mundial: Los expertos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) pronostican que el crecimiento económico en China y Estados Unidos puede ser en promedio un 0,2-0,3% más bajo en 2021 y 2022, si los países no dejan de imponer los aranceles que socavan la previsión del crecimiento económico mundial.
Un acercamiento más rápido entre China y Rusia: Según los expertos, la guerra comercial entre Washington y Pekín podría dar un impulso para acelerar el acercamiento entre Rusia y China que había empezado antes de la introducción de aranceles, pero las acciones del presidente de EEUU pueden ayudar a acelerar este proceso.
Agravamiento de la “guerra” tecnológica: El enfrentamiento comercial entre Estados Unidos y China afecta el campo de las tecnologías y las grandes empresas de ambos países.
Una de las mayores perturbaciones en este ámbito se produjo cuando Trump incluyó el gigante tecnológico chino Huawei en su lista negra. Este paso hizo que varias compañías grandes cesaran la cooperación con Huawei, incluida Google.
Auge de la xenofobia: En el contexto de los desacuerdos entre los dos países, hay un aumento de sentimiento antichino en Estados Unidos, y uno antiestadounidense en China. Es una consecuencia lógica de la propaganda que tiene lugar en ambos países en relación al adversario comercial.
Agravamiento de la situación geopolítica en Asía Pacífico: La confrontación comercial entre EEUU y China tiene un impacto en su interacción con otros países. Una guerra comercial puede exacerbar la situación en la región de Asia Pacífico, donde hay muchos conflictos no resueltos y disputas territoriales.