Riesgo ambiental por termoeléctricas a carbón en Japón
Una central termoeléctrica de carbón que forma parte de un ascenso gradual de la energía a base de carbón, algo inaudito en una economía avanzada. Es consecuencia imprevista del desastre nuclear de Fukushima de casi una década, que fue el motivo principal de obligar a Japón en la cancelación del programa de energía nuclear. Ahora, Japón, planea construir hasta 22 nuevas centrales termoeléctricas de carbón, una de las fuentes de energía más contaminantes en 17 diferentes zonas en los próximos cinco años, en el precisamente cuando el mundo necesita a gritos combatir el calentamiento global.

Las 22 centrales termoeléctricas emitirían al año la misma cantidad de dióxido de carbono que todos los automóviles de Estados Unidos. No sobra recordar que para los juegos olímpicos de verano en Tokio, Japón en campañas publicitarias ha promovido la concientización ecología; entonces, la construcción de estas plantas ¿contrasta con el empeño de Japón en dar la imagen de que los Juegos Olímpicos de verano en Tokio? ¿Si serán unos de los más ecológicos de la historia?
El proyecto ha provocado un rechazo poco común en Japón, donde los grupos de ambientalistas se oponen principalmente a la energía nuclear. Pero los residentes locales están demandando al gobierno por haber aprobado la nueva central termoeléctrica de carbón, con la esperanza de que sea el inicio de un combate al carbón en la isla.
Los demandantes afirman que el gobierno japonés aprobó el proyecto sin realizar una evaluación ambiental correcta. La querella es relevante porque sostiene que la planta no solo deteriorará la calidad del aire en la localidad, sino que pondrá en riesgo a las comunidades al contribuir a un cambio climático severo.
El principal causante del calentamiento global es el dióxido de carbono porque es liberado a la atmosfera y retiene el calor del sol. La combustión del carbón por sí sola, es una de las fuentes más grandes de emisión de dióxido de carbono.
El país del sol naciente ya está viviendo efectos graves derivados del cambio climático. Científicos señalan que por una ola de calor en 2018 hubiesen muerto más de mil personas y no ocurrió porque aún no llega a su tope máximo el grave daño al planeta. Debido a la preocupación relacionada con el calor, el Comité Olímpico Internacional fue obligado a cambiar los eventos del maratón de los Juegos Olímpicos de Tokio a una ciudad más fresca casi 1100 kilómetros al norte.
Japón ha utilizado los Juegos Olímpicos para dar a conocer su transición a una economía más resistente al clima, mostrando innovaciones como carreteras que reflejan el calor. Los organizadores han dicho que la electricidad para los Juegos provendrá de fuentes renovables.
Las inversiones en plantas que funcionan con carbón amenazan con socavar ese mensaje.
“Japón promociona unas Olimpiadas de bajas emisiones pero, el mismo año, comenzará a operar cinco nuevas centrales eléctricas de carbón que emitirán mucho más dióxido de carbono que cualquier estrategia que las Olimpiadas puedan compensar”, dijo Kimiko Hirata, directora internacional de Kiko Network, un grupo que aboga por la acción climática.
Esta política distingue a Japón de otras economías desarrolladas. El Reino Unido, el lugar de nacimiento de la revolución industrial, está decidido a eliminar de manera gradual las centrales de carbón para 2025, y Francia ha señalado que cerrará sus centrales de carbón incluso antes, para 2022. En Estados Unidos, los servicios públicos están retirando con rapidez la energía a base de carbón y no se están construyendo centrales nuevas.
No obstante, Japón depende del carbón para más de una tercera parte de sus necesidades de generación de energía. Y aunque empezarán a retirar las centrales más antiguas, lo que a la larga reducirá la dependencia generalizada del carbón, este país todavía espera satisfacer más de una cuarta parte de sus necesidades de energía eléctrica con el carbón en 2030.