Misa en Guadalupe, terminó en estrados judiciales

Una discusión a la hora de los avisos parroquiales al final de la homilía originó agresiones en la iglesia entre cura y abogada, que ahora investiga la Fiscalía. En el incidente está involucrada una profesional contratista de la gobernación del Huila.

Todo se originó el viernes pasado en la noche al finalizar la última misa del día, cuando el párroco de la localidad, Melquisedec Josa Guaca, al iniciar el último segmento de la homilía, espacio dedicado a los avisos parroquiales, comenzó a cuestionar públicamente una agresión física  de la que fue víctima su secretario Bleiner Gutiérrez, por parte de las hermanas Alba Lucía y Sonia Yamileth Medina Rubio.

La misa fue interrumpida en ese momento por Alba Lucía, quien increpó al sacerdote, produciéndose un enfrentamiento de manos entre cura y feligrés, donde según el sacerdote él fue el agredido físicamente por Alba Lucía y según ésta, abogada contratista de la Oficina Jurídica del Departamento del Huila, ella fue quien recibió los puñetazos del Clérigo.

Ayer tanto sacerdote como abogada instauraron la respectiva denuncia penal ante la Fiscalía de Altamira, por lesiones personales para el caso del cura y por lesiones personales y violencia indiscriminada contra la mujer, por parte de la profesional del derecho.

El origen

El bochornoso incidente se originó por unos ramos de flores que la familia Medina Rubio, recibió como señal de solidaridad frente a la partida de su progenitor a la eternidad que se mantenían en la iglesia y que presuntamente el párroco había ordenado botar.

“Mi padre falleció hace pocos días, y el lunes anterior se llevó a cabo la misa exequial en ese municipio. El padre Melquisedec, por razones de agenda no pudo oficiar la misa, razón por la cual recurrimos a otro sacerdote.

“A la hora de la misa exequial, fueron muchos los ramos que llegaron en señal de solidaridad con nuestra familia y nosotros como es la costumbre en Guadalupe, de  dejar los ramos  frente a la imagen del santo de la devoción del extinto, nosotros lo dejamos  frente  a la virgen de Guadalupe, la santa de  devoción de mi  extinto padre.

“Con gran sorpresa el viernes que regresamos al pueblo, conocimos una versión según la cual el padre Melquisedec, había ordenado botar nuestros ramos pero que gracias a la intervención de algunas amistades de mi padre que  hicieron reversar la decisión del cura la mayoría de estos ramos no fueron a parar al basurero.

“Aunque el ramo que enviaron mis compañeros de la gobernación y otro no se salvaron y fueron botados a la basura quedando como evidencia del despropósito del padre, las cintas de las flores  que una vecina recogió y me las entregó.  

“Con esas evidencias procedimos a reclamarle al secretario de la parroquia Bleiner Gutiérrez, quien nos contestó de mala manera y al salir del despacho parroquial nos gritó ‘El padre de estas damas mal educadas debe estar revolcándose en su tumba por el mal comportamiento de ellas’.

“Esto nos ofendió mucho, pues mi padre fue un gran hombre, a quien adorábamos, nos salimos de casillas y al devolvernos a contestarle al secretario lo ‘mechonié’ porque fui yo quien lo hice y no mi hermana”, manifestó la abogada.

El final del episodio fue la noche del viernes en la iglesia guadalupana, donde según el padre Melquisedec Josa Guaca, el comportamiento de las hermanas Medina Rubio fue de intolerancia, violento y rayó en la profanación.

“Ellas no solamente interrumpieron el final de la misa sino que  me agredieron físicamente en el rostro, como lo voy a demostrar ante la fiscalía y ante las autoridades eclesiásticas”, agregó.

Entre tanto la abogada Alba Lucía Medina, refuta las sindicaciones del cura y manifiesta que producto de la agresión del sacerdote, se le presentó una desviación del tabique, recibiendo una incapacidad temporal de diez días y ayer mismo tras instaurar la denuncia penal contra el sacerdote, viajó a Neiva, a una cita con medicina legal para determinar los efectos de los golpes que presuntamente le propinó el sacerdote.

El padre Melquisedec, hace mes y medio fue nombrado párroco de Guadalupe, tras ser trasladado de Acevedo, donde según los habitantes de ese municipio, se caracterizó por su ferviente fanatismo político.