Rebusque en tiempos de crisis
Son varias las personas que hoy tuvieron que decidir en incursionar en otros negocios con el fin de generar ingresos, pues a la mayoría de ellos les tocó cerrar sus establecimientos con el fin de evitar la propagación del Covid-19. Conozca la historia de algunos de ellos.

Por Catalina Durán Vásquez
La crisis económica y social generada por la pandemia del coronavirus ha tocado a todos los sectores económicos que de una u otra forma devengan ingresos; de esta cruda realidad no ha sido ajena para todos aquellos comerciantes que anteriormente tenían su establecimiento legalmente constituido.
DIARIO DEL HUILA, abordó algunas personas que hoy por necesidad les tocó cambiar de oficio y “rebuscarse” el dinero por otro lado, debido al aislamiento obligatorio decretado a nivel nacional desde hace más de un mes.
Roxana Martínez
Ella es la propietaria de la discoteca Ddjavu que lleva ya más de un mes totalmente cerrada, y sin contar cuando puedan reabrir sus puertas pues el sector de bares sería el último en reestablecer su economía, por eso ella decidió crear una empresa de domicilios junto algunos empleados para así sobre llevar un poco esta crisis que se vive a nivel mundial.
“La epidemia nos cogió de sorpresa y escuchando las decisiones del gobierno, el sector nocturno no tiene muchas esperanzas, se habla hasta de 11 meses sin funcionamiento, lo que con seguridad será la quiebra para muchos, como empresarios todos nos debemos reinventar, por nosotros, nuestros sueños y nuestras familia, el sustento económico no te deja sentarse a pensar en tiempos, debemos actuar ya, cómo propietaria de Ddjavu aproveché el tener tantos seguidores y formar una empresa legalmente constituida de domicilios llamada “Beep Beep” , si, así como el corre caminos, lo recuerdan ? nos ha ido muy bien, tenemos la ayuda del que todo lo puede, Dios, el que no deja que mi pasión, proyección e imaginación se acabe, también se está logrando algo que amo hacer y es generar empleo, muchos tienen sus motos al día y quietas, y están con ganas de trabajar, tienen la disposición y “Beep Beep” como empresa estamos formando un excelente equipo de trabajo”, indicó Roxana.
Desde hace una semana que empezó “Beep Beep” ya cuentan con 10 personas que realizan domicilios, la mayoría de ellos son mujeres, pues Roxana le apuesta a tener en su negocio mujeres para así brindarles la oportunidad de laborar.
Carlos Quintero
Carlos junto con su esposa tenían un restaurante en el barrio Santa Inés, ahí mismo en su vivienda, y debido a la pandemia del Covid-19 desde hace más de un mes no han podido tener ingresos por ningún lado, por eso desde hace una semana decidieron realizar “comidas rápidas” a domicilio.
“Apenas estamos teniendo clientela pues desafortunadamente poca gente nos conoce entonces al publicar nuestras comidas por redes las personas no nos identifica, además a la mayoría le da miedo contagiarse pues se cohíben de comprar cosas por fuera, nosotros tenemos un domiciliario propio, él es el que nos compra todo, y pues nos hacen entrega de los domicilios que nos piden, siempre tenemos cuidado con todo, con las medidas necesarias de higiene, vendemos productos muy económicos como el churrasco, pechuga gratinada, cosas así, de a poquito a poquito tenemos que llenarlos los bolsillos, porque de brazos cruzados no nos podemos quedar”, manifestó Carlos.
“Augusto Fast Food” como es el nombre de su negocio, lo están dando a conocer por redes sociales, plataforma que ahora todo el mundo utiliza para poder brindar sus productos.
Milena Mejía Camargo
“La gorda Milena” como todo el mundo la conoce por su restaurante ubicado en el barrio Caracolí de Neiva siempre se ha destacado por su buen sazón y en la especialidad de hacer caldos para diferentes ocasiones, ella lleva toda la vida viviendo de hacer almuerzos y comidas; en su restaurante, le generaba empleo alrededor de 10 personas, pero pese a la situación que se está viviendo por el Covid-19 “La gorda Milena” tuvo que cerrar sus puertas desde hace un mes.
“Nosotros vendíamos caldo de bagre, de pajarilla, costilla, pollo, pericos de sangre, carne asada, chunchullo, almuerzos diariamente desde las seis de la mañana hasta las dos de la tarde, pero ahora no podemos trabajar, este negocio es un núcleo familiar porque aquí trabajan mis sobrinas, mis hijos, y además le genero empleo a mis vecinos, entonces desde hace ocho días decidimos hacer tamales a domicilio con 10 empleados que tenía ahora solo tengo 3 para que me ayuden hacer los tamales, desde las tres de la mañana nos levantamos hacerlos, y los ofrecemos por redes sociales”, sostuvo Milena.
Como es un negocio familiar, uno de sus sobrinos realizó los trámites para sacar el permiso y así poder hacer los domicilios, hasta el momento hacen 300 tamales para venderlos los días viernes, y según ella si la venta mejora así mismo le sube a la cantidad de tamales por fin de semana.
“Ojala podamos aumentar los tamales a 500, esos son bendiciones de mi Dios, tengo mucha clientela entonces espero que todo pueda mejorar, vamos a ver si la otra semana puedo vender los caldos a domicilio, la gente me conoce y sabe que son muy ricos”, concluyó.
Socorro Castaño
Socorro, una mujer que se ha dedicado casi toda su vida a la costura, antes de la pandemia realizaba vestidos y ropa sofisticada, en su taller ubicado al sur de la ciudad “Tatacoa Taller”, hoy tras las crisis que vive la región ella decidió cambiar los vestidos por tapabocas pues desde hace algunas semanas se dedica a realizar tapabocas y a comercializarlos vía internet.
“La situación por la que estamos pasando genera la necesidad proveer a las clientas no solamente sus vestuarios de calle, sino también este accesorio que es casi que imprescindible en estos momentos para la protección de su salud”, sostuvo Socorro.
Los tapabocas están hechos de tela de algodón con anti fluidos y tiene un costo de 3.000 mil pesos y el otro tipo de algodón esta hecho de tela quirúrgica con anti fluidos a un costo de 2.000 mil pesos, cada tapaboca tiene un estampado diferente.
“Nosotros tenemos una página en Facebook que se llama Tatacoa Taller y por ahí estamos publicando el producto constantemente para su debida comercialización, hacemos el domicilio en cualquier parte de Neiva y se le cobra 2.000 mil pesos adicional”, indicó.
Cristin Ferreira
Ella es de Fortalecillas, es una mujer que tenía su negocio independiente a la entrada del corregimiento llamado “Producto de mi Huila Ferreira” y desde hace mucho tiempo sostiene a su familia vendiendo bizcochos, cucas, quesillos, cortado de leche, panderos, y manjar, debido a la cuarentena obligatorio decretada a nivel nacional a ella le tocó cerrar su negocio, pues ya lleva más de un mes sin sacar a ofrecer sus productos.
“Desde que no he podido abrir mi negocio, decidí hacer domicilios aquí en Fortalecillas y los lunes que puedo ir a Neiva, entrego a las personas que me encargan por Facebook, pues constantemente público los productos por ahí para que así también desde Neiva me puedan comprar, lo bueno es que yo no cobro el domicilio entonces, eso llama más clientela”, sostuvo Cristin.
Ella siempre que sale a entregar a domicilio sus productos maneja todos los equipos de bioseguridad, como lo son, el antibacterial, alcohol, guantes, tapabocas y además, los papeles de su negocio y de su vehículo los tiene al día.
Cristin, como muchos neivanos se rebuscan la vida en esta cuarentena pues debido a la pandemia tienen cerrados sus establecimientos, por lo tanto han buscado opciones para llevar el sustento a sus familias.
Joan Sebastián Onatra
“Lechonería Onatra” es una empresa familiar que se dedica a vender los platos típicos del departamento del Huila en diferentes eventos sociales, ellos están ubicados en el barrio Gualanday de Neiva, donde tienen su negocio, ellos nunca se habían dedicado a realizar domicilios, pues siempre tenían su clientela que los llamaban para algún evento o solo iban a consumir los alimentos allá; desde hace tres semanas decidieron vender la lechona a domicilio, promocionarlo por redes sociales y a sus diferentes clientes.
“Como podemos ver el sector de eventos será el último en reactivarse, nosotros tenemos varios convenios pero desafortunadamente con toda la crisis que está pasando eso pronto no se podrá hacer, por eso decidimos realizar domicilios, ofrecer la lechona por redes sociales y a nuestros clientes para que así también nos conozcan nuevas personas, gracias a Dios nos ha ido bien, hay gente que no conocía nuestra lechona y ahora lo está haciendo”, indicó Joan.
Todos los días ellos realizan cojines de lechona de 30 platos para ofrecerlos, y los fines de semana realizan una lechona de 100 platos pues son los días donde más ventas tienen, aunque las ventas no son las mismas esta dinámica les ha servido para suplir necesidad como el arriendo y la alimentación de esta empresa familiar.
“Hay que mirar las cosas buenas y malas que se vienen presentando, antes teníamos buenos clientes pero ahora con la oportunidad de los domicilios nos ha permitido que personas nuevas nos conozcan, esperamos que toda esta crisis termine rápido y que las cosas mejoren para todos, porque somos muchos los que no ha afectado esta situación”, sostuvo.
Para poder realizar los domicilios, realizaron el trámite para sacar el permiso donde los autoriza a movilizarse por la ciudad sin ningún problema como domiciliarios de un negocio, la persona encargada de realizar estos domicilios cumple con todas las normas de bioseguridad y sus implementos como guantes, tapabocas, antibacterial.