Los pecados del subdirector del SENA en Pitalito
El subdirector del SENA en Pitalito, Henry Liscano, es investigado por la presunta comisión de varios delitos contra la administración pública. En su contra avanza un proceso en el Juzgado Primero Penal de Pitalito.
La Fiscalía 26 y la Unidad Anticorrupción atendiendo las quejas de directivas del sindicato del SENA, reabrieron la investigación en contra del actual subdirector del SENA en Pitalito, Henry Liscano Parra, después que funcionarios del Cuerpo Técnico de la Fiscalía presentaran un informe que denota hallazgos de la presunta comisión de delitos en los que habría incurrido contra la administración pública en donde estarían: peculado por uso, peculado por apropiación, favorecimiento de contratos y tráfico de influencias.
El carrusel de los Achury
De acuerdo con el informe de los investigadores, en las determinaciones administrativas y de contratación en el SENA Pitalito “es notorio el tráfico de influencias del señor Melquisedec Achury, ex alcalde de Isnos, (hermanos, tíos, sobrinos y esposa), en relación con contratos realizados con el SENA”. En denuncia realizada ante la Procuraduría se especifica que los contratos con vicios de irregularidad se registraron en las vigencias 2005 y 2012, y tienen que ver con el suministro de elementos deportivos, de laboratorio, maquinaria y equipos para la cocina, la agroindustria, teléfonos y hasta arreglos navideños.
“Dentro de la relación de contratos desarrollados por el llamado ‘carrusel de los Achury’ se encontró que son proveedores de múltiples elementos y equipos, sin conocérseles en esta ciudad negocios acreditados para la venta de dichos elementos, y sin musculo financiero como contratistas de otras instituciones”, destaca el informe realizado por los investigadores del CTI.
La investigación logró establecer que en el SENA de Pitalito se han realizado contratos sin transparencia y la idoneidad de algunos contratistas, quienes no cumplían con el lleno de los requisitos para cumplir con el objeto contractual contratado.
También se denuncia en el informe, la constitución de una empresa para desarrollar labores al interior del Tecnoparque, cuyo objeto fue cumplido por empleados de la institución.
Las averiguaciones de los funcionarios del CTI comprobaron que en el pago del suministro de material de playa, (balastro, recebo, arena, piedra, gravilla), que hacía el SENA Pitalito para la ejecución de obras de infraestructura, se registraban sobrecostos “en algunos casos superiores al ciento por ciento”.
Entre los hallazgos realizados está el sobrecosto de veintidós millones cincuenta mil pesos en la compra de 2500 guaduas, las cuales fueron pagadas 8900 pesos por encima del precio normal.
Peculado por uso
Los investigadores también establecieron la utilización de instructores y aprendices del SENA en labores pecuarias, avícolas, ganaderas, o de ornato en la finca de propiedad del subdirector de la entidad en el Valle de Laboyos, Henry Liscano Parra.
“Se establece que es un hecho cierto, la utilización de personal contratado por el SENA en labores de la finca del ingeniero Lizcano. Igualmente del Tecnoparque eran trasladadas semillas, herramientas, animales, madera, concentrados para alimentación animal, guaduas, cemento. Lógicamente el personal que aún está contratado en el SENA o tiene vínculo de amistad con el ingeniero Henrry y han desarrollado labores en la finca no van a dar declaración confiable porque está en juego su contrato o amistad”, afirma el informe.
Aprendices denuncian
De acuerdo con el CTI de la Fiscalía, los aprendices de la institución en Pitalito denunciaron que en desarrollo del programa de “Construcción de obras civiles”, se efectuaron dos contratos, el primero de ellos tenía como objeto la ejecución de las obras de acueducto y potabilización del agua para el consumo humano de la institución, y el complejo tecnológico de la información y comunicaciones Biotic, cuya mano de obra fue aportada por los mismos aprendices, quienes aseguran no haber recibido remuneración alguna.
Sin embargo en los registros del SENA Pitalito aparece que para la realización de estas obras se le pagó a un contratista particular el valor doscientos cincuenta y nueve millones de pesos.
En el segundo contrato, de igual manera se ejecutó a todo costo la adecuación de la planta física del ambiente de gastronomía, la plazoleta de comidas y vías de circulación del bio hotel, por el valor de $298’798.000.
En el informe de los investigadores “se sugiere al fiscal hacer la solicitud al ingeniero civil del CTI en Neiva para que determine el valor de estos dos contratos, restando la mano de obra de estudiantes y otros”.
Ante las presuntas irregularidades, las directivas del Sindicato del SENA han solicitado la separación del cargo, o medida de aseguramiento del ingeniero Henry Liscano Parra, mientras se continúe el juicio oral y se dicta sentencia por parte del Juzgado Primero Penal que adelanta el proceso. Por ahora la fiscalía 26 le imputó al sub director en audiencia pública desarrollada la semana anterior, los delitos de peculado por apropiación y peculado por uso.