Incoder sería liquidado
En la actualidad el gerente general es el huilense Rey Ariel Borbón Ardila, cuota conservadora de Hernán Andrade. “Hay Borbón para rato”, dijo el congresista.

Ahora se habla de una emancipación del Partido Conservador bien definida de la llamada Unidad Nacional, razón por la cual el partido comenzaría a perder la dirección de entidades como el Incoder, gerenciada por un huilense.
Esto es impensable para el senador Hernán Andrade Serrano, del Huila y Conservador, quien ha defendido a capa y espada las decisiones del presidente Juan Manuel Santos.
Sin embargo, pese a que él piense así, ayer un congresista que prefirió reservar el nombre al periódico El Espectador, afirmó que el Incoder, que cuenta como gerente general al huilense Rey Ariel Borbón Ardila (cuota de Andrade), sería liquidado.
“Ya se anunció la liquidación del Incoder, el ministro de Agricultura ya no es conservador, al presidente del Banco Agrario lo sacaron. La relación entre Santos y el partido está pendiente del delgado hilo que representa el Instituto Colombiano Agropecuario”, dijo el discreto congresista.
“No hay ninguna persecución contra los conservadores, el Incoder tiene falencia pero no es un problema de corto plazo. Y se necesita de un proyecto de ley para que liquiden esta institución y sea una ley de la República. Eso no es un tema de hoy para mañana. Pero no es nada contra la bancada conservadora”, afirmó ayer a DIARIO DEL HUILA, el senador Hernán Andrade.
Aunque el senador huilense no descarta las falencias de la entidad dice que se necesita una ley para cambiar esto. “Redujeron cinco entidades a una, redujeron el personal, es una entidad sobredimensionada que toca ajustar a la realidad. Para crear varias entidades se necesita Ley de la República”.
Por otro lado, cuando se le preguntó por la eventual salida de Borbón Ardila, afirmó: “hay Borbón para rato y donde lo señale el gobierno. Él tiene una muy buena imagen en el escenario nacional”.
Andrade Serrano fue enfático en que el partido no estaba perseguido y en que había que esperar qué iba a pasar. “No me quiero precipitar, es que se precipita uno y no se sabe qué va a suceder. Nadie vive aferrado a los cargos, lo importante es que los objetos sociales se cumplan”.