'No sé qué están haciendo en el partido los que dejaron de creer en él'
La precandidata conservadora a la Presidencia de la República, Martha Lucía Ramírez, estuvo en Neiva dar a conocer los planteamientos que la llevan a aspirar a ser la candidata oficial del Partido Conservador, luego de varios años de esta colectividad sin saborear las mieles del poder. DIARIO DEL HUILA dialogó con ella.
¿Cómo va la campaña?
Ha sido difícil porque lo primero es lograr que el Partido Conservador recupere su vocación de poder, siento que el partido ha perdido la autoestima y es inaceptable porque el Partido Conservador tiene en su ideología y en sus banderas lo que Colombia necesita hoy. No hay nada más necesario para los colombianos hoy que una institucionalidad que nos garantice seguridad, justicia y desarrollo económico que es lo que al final del día le da trabajo, empleo y emprendimiento a la gente.
Si nosotros tenemos seguridad, justicia y si la gente tiene trabajo tiene la posibilidad de una vida digna y eso es lo que nos lleva a la paz de Colombia, por esa razón esos ideales del conservatismo tenemos que rescatarlos, un partido debe tener vocación de poder, el Partido Conservador debe tener vocación de poder. Algunos congresistas han resuelto entregarse a la reelección del Presidente Santos, pero yo me pregunto ¿Por qué no van y buscan otro partido? ¿Por qué no montan un club de amigos? o ¿Por qué no montan un tertuliadero de políticos?, pero un partido político mientras sea un partido debe tener vocación de poder.
Nuestra primera meta es lograr que el partido decida tener una candidatura propia, ese va a ser un pulso difícil el 26 de enero en Bogotá, porque los congresistas que están apoyando la reelección lo están haciendo con una buena dosis de mermelada, eso pesa mucho en la decisión de ellos pero no en las bases del partido, porque ellas han tenido el carácter de defender el partido, lo que le conviene a Colombia.
¿Cómo va la campaña? No me atrevo a asumir posiciones triunfalistas ni tampoco, de ninguna manera, derrotistas. Si yo veo cómo va la campaña en función del fervor de las bases del partido, yo digo vamos bien, si vemos la presión de los congresistas y el presidente Santos y el Ministro de Hacienda, claro estamos preocupados.
¿No cree que el Partido Conservador debería descontaminarse primero y después pensar en volver al poder?
Esa es la tesis de algunos, por ejemplo el senador Efraín Cepeda dice “esperémonos a ver si nos mejoramos, nos organizamos, nos limpiamos, nos fortalecemos, definimos nuestras propuestas y después busquemos el poder”, eso era lo que esperábamos de él cuando fue presidente del Partido, ha sido presidente del Partido Conservador dos veces, uno no busca dignidades sino uno busca ejercer las responsabilidades con verdadero compromiso. Este es un partido que tiene la ideología que necesita, la gente que no nos gusta habrá que ver cómo le buscamos otros escenarios, pero la manera de rescatar esas banderas y esas ideologías no es haciéndonos a un lado sino metiéndonos de frente a dar la pelea.
El senador Hernán Andrade ha venido repitiendo que él apoya la reelección de Santos ¿Debe separarse del Partido?
Si ellos dejaron de creer en su partido, si ellos dejaron de creer en las banderas que el partido representa, yo creo que lo más coherente sería que estuvieran en el Partido de la U, que es un partido que adapta su ideología dependiendo las circunstancias y a la conveniencia de turno. Pero creo, que el Partido Conservador, que es el que los ha honrado a ellos con dignidad, que es el que los ha avalado, no puede servirles simplemente para darles un aval y después dejan el partido a su suerte. Si dejaron de creer no sé qué están haciendo en este partido.
El escenario que se ve a nivel nacional del Partido Conservador es una total división y el conservatismo no logra enfocarse hacia un solo punto ¿Qué hacer para orientarlo?
Es muy fácil lograr la unificación del partido si recupera su esencia, su razón de ser, el partido no puede estar entregado a las vanidades ni a los intereses del poder de unos pocos, el Partido Conservador tiene que estar al servicio de Colombia. Si uno ve que hay un gobierno de unidad nacional, que no representa las ideas del partido entonces lo que tiene que hacer es priorizar las ideas que le sirven a Colombia y concentrarse todos en sacarlas adelante. Vemos desafortunadamente unos congresistas nuestros que se sentaron a la unidad nacional y renunciaron a las banderas del partido, es vergonzoso que ante la crisis de la justicia, con la impunidad tan alta que tiene este país, el Partido Conservador no haya cogido esa bandera que es su bandera. Vemos unos congresistas sentados de una manera totalmente oportunista, viendo a ver si se atreven o no a hablar de los temas que el país necesita. Ellos no tienen que pedirle permiso al gobierno nacional, ellos tienen una obligación con lo que el país necesita. Si el partido tiene que hacer sacrificios hay que hacerlos, inclusive a costa de algunos de ellos dejen de estar en el partido, será muy doloroso pero el partido tiene que estar dispuesto a hacer el sacrificio.
¿Cómo convencer a un país como Colombia, con una marcada tendencia machista, que es la hora de elegir a una mujer como presidente?
Yo no tengo una aspiración por ser mujer, yo, como cualquier otra mujer lo que he hecho es prepararme, trabajar siempre, mostrar resultados y estoy aquí como una mujer que se ha preparado, porque tengo carácter. Yo fui ministra de Defensa, la política de seguridad democrática la lideró el presidente Uribe, recibió cosas muy valiosas del presidente Andrés Pastrana como un Ejército fortalecido, más profesionalizado, pero mucha de esa política viene de mi cabeza, el tema de la desmovilización de lo cual se siente tan orgulloso el presidente Santos me lo inventé yo y cuánto le ha servido a Colombia. El tema de ser mujer u hombre no es lo importante, lo importante es una preparación. Yo estoy segura que cuando la gente recuerde mi experiencia como ministra de Defensa no tiene por qué tener esas dudas de si una mujer le puede o no a este país.
¿Cómo ve hoy la seguridad democrática?
La veo semiabandonada, porque cuando uno diseña las políticas públicas sabe que tiene que estar haciendo ajustes periódicamente, para mantenerlas a tono con las circunstancias cambiantes del país. Hace doce años las circunstancias eran otras.
¿Cree en el proceso de paz?
Creo que es necesario un proceso que dé fin al conflicto, tanto lo creo que quedó escrito en la política de seguridad democrática, pero ese momento de la negociación llegaría cuando se hubiera llevado a las Farc a un punto de quiebre totalmente irreversible, donde se le hubieran cerrado todos los espacios. Nuestra estrategia era integral que atacaba a las Farc en lo militar desde la justicia y desde el campo económico, quitándole los recursos del secuestro, del narcotráfico. Lo que siento hoy por hoy es que ese proceso se empezó extemporáneamente, le faltaba una dosis adicional de contundencia del Estado, le faltaba más justicia, sobre todo le faltaba apretarlos más en el campo económico. Para que esto funcione el presidente de la República está en mora de ponerles un plazo, tienen que tener condiciones, no pueden seguir reclutando menores, no pueden seguir utilizando minas antipersonales porque ese es un crimen de guerra. ¿Creo en el proceso? Sí, creo que es necesario. Que este proceso que se está llevando en La Habana le va a dar la paz a Colombia, no creo; y qué me preocupa de este proceso, la oscuridad de este proceso, no conocemos la letra menuda de lo que se ha negociado, ni siquiera sabemos si van a entregar las armas.
Yo le veo un discurso muy cercano al expresidente Uribe ¿Por qué no está ahí?
Porque yo creo en los partidos, que la política hay que hacerla con instituciones para el largo plazo, porque considero que la ideología del Partido Conservador justifica ser una fuerza para el largo plazo, prefiero apostarle desde adentro del partido a ayudar a corregir sus vacíos y defectos que estar desde afuera tratando de arrancar algo desde cero.
¿Qué futuro le ve al Centro Democrático?
El Centro Democrático está demasiado recargado sobre los hombros del presidente Uribe, está dependiendo demasiado de su trabajo. Un partido político para el largo plazo necesita algo más que una lista exitosa al Senado.