jueves, 11 de septiembre de 2025
Salud/ Creado el: 2019-04-01 02:35

No juegue con su salud al auto medicarse

La automedicación es el manejo de medicamentos por iniciativa propia , sin ninguna intervención por parte del médico; es un hábito común en la sociedad y no está exento de riesgos. Sin embargo, todos tienen efectos secundarios que se potencian, lo cual crea que el medicamento pierda su eficacia.

Escrito por: Redacción Diario del Huila | abril 01 de 2019

La automedicación es una práctica cada vez más corriente. Para las enfermedades benignas, puede parecer eficaz, pero conviene saber que la automedicación no lo puede curar todo, puesto que un tratamiento no adaptado no aportará sus frutos.

Al comprar medicamentos sin receta o sin haber sido prescritos por un médico, usted se está automedicando. Si toma medicamentos por consejo de un amigo o de una persona que no es su médico habitual, ni farmacéutico, se trata también de automedicación. Lo mismo ocurre si decide por usted mismo tratar una enfermedad eligiendo los medicamentos, a la espera de una consulta con el especialista.

Los riesgos de la automedicación

Supongamos que ha tomado cualquier medicamento a la espera de la consulta con su médico.

Cuando sea atendido por este, hará que su labor sea más difícil todavía a nivel del diagnóstico, porque los síntomas que tiene pueden estar enmascarados y de ofrecerte un tratamiento, pueden existir interacciones con los medicamentos que haya tomado por su cuenta.

Además, si toma medicamentos sin receta, los resultados de los análisis indicó el médico pueden no ser los verdaderos, lo que dificultará un diagnóstico certero. 

Cuando elige un medicamento, hay varios parámetros que debe tener en cuenta: antecedentes médicos, alergias, medicamentos a largo plazo, entre otros.  La automedicación lo expone al riesgo de sufrir una interacción medicamentosa nociva para la salud.

Los peligros de la automedicación

La automedicación puede provocar una nueva enfermedad. En efecto, una molécula ha sido concebida para una patología particular. Si no se utiliza correctamente, el principio activo puede crear otras reacciones. Lo mismo ocurre si no se respetan las contraindicaciones escritas en el prospecto.

Aunque parezca inocuo, también debe tener cuidado con las sobredosis, en caso de automedicación con empeoramiento de los síntomas, debe acudir inmediatamente a su médico de cabecera.

Es cierto que ir a la farmacia o al botiquín de primeros auxilios del baño de nuestro hogar, es más rápido para "aliviar" nuestros síntomas en comparación al tiempo de espera para una consulta con el médico. Sin embargo, automedicándose puede que esté generando un nuevo problema a su organismo en lugar de solucionarlo.

Medicamentos más frecuentes en la automedicación

La automedicación es un problema de grandes proporciones y de la cual se estima el ciudadano promedio gasta un cuarto de su quincena en medicamentos sin receta, generalmente, para la tos o lo que denominan “males menores”.

Los medicamentos de los que más se abusa son los analgésicos, los antibióticos, los antiinflamatorios y los tranquilizantes.

Analgésicos

El ácido acetilsalicílico (aspirina), el paracetamol y el ibuprofeno son los fármacos más utilizados. Además de analgésicos, son todos ellos antitérmicos. El dolor de cabeza, el dolor de espalda, el cansancio y los dolores articulares son las patologías en las que más se utilizan. Pero, aunque son eficaces si se administran correctamente y cuando es necesario, pueden ser muy peligrosos si se abusa de ellos o si los pacientes presentan alguna patología previa que los contraindique.

Antibióticos

Los problemas más frecuentes en la automedicación con antibióticos son el de la indicación y la duración del tratamiento. Su abuso, sin indicación médica, suele realizarse en los procesos febriles que tienen un origen vírico, para los que no son efectivos y, por lo tanto, innecesarios.

La toma de antibióticos debe durar, al menos, siete días. La interrupción prematura del tratamiento es un error frecuente que da lugar a resistencias bacterianas, un fenómeno que perjudica al paciente y a futuros usuarios de ese mismo fármaco.

Antiinflamatorios

Las enfermedades reumáticas, los traumatismos y los dolores musculares y articulares son las indicaciones más frecuente de este tipo de medicamentos.

Aunque su eficacia está probada, la mayoría de estos fármacos tienen un efecto lesivo sobre la mucosa gástrica. El uso indiscriminado de estos preparados puede alterar el aparato digestivo, retener líquidos y alterar la función hepática y renal. Su uso debe ser controlado y dirigido por un especialista.


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