Niños: las principales víctimas del narcotráfico
Como víctimas o como victimarios, los niños están pagando un caro precio producto de las acciones criminales del narcotráfico, un flagelo que en el Huila, está siendo fuertemente combatido.

En un informe entregado por la Fundación Ideas para la Paz (FIP) en el que se analiza el problema de la distribución de drogas ilegales y su consumo en Colombia. Expone que entre 2012 y 2018 fueron aprehendidos en el país 50.742 menores de edad por este delito.
*Texto tomado de la Unidad de Investigación Periodistica del Politécnico Gran Colombiano; texto referencia en https://microtraficomenores.
El panorama en el Huila no es ajeno a la problemática del país. El Departamento es visto como un corredor estratégico para el paso de importantes cargamentos de alucinógenos provenientes de departamentos como Cauca, Caquetá y Putumayo. Emplean los narcotraficantes diversas estrategias que van desde sofisticadas caletas al empleo de menores de edad, todo para intentar burlar las autoridades.
Y es que después del hurto, el porte, tráfico y fabricación de estupefacientes es el delito más perseguido por las autoridades, según lo confirman las estadísticas entregadas por el comando de la IX Brigada del Ejército Nacional; allí se expone que entre los años 2017 y lo corrido de 2019, han sido capturadas en el Huila, 233 personas por este hecho punible, de éstas, 50 corresponden a menores de edad.
La preocupación frente al crecimiento del mercado interno de drogas ilegales, el aumento en la oferta de sustancias psicoactivas y el alza en los niveles de consumo, que compromete a los menores de edad, están en la mira de las Fuerzas Militares y de Policía; instituciones que a través de su acción integral adelantan campañas de prevención y mitigación.
Según el coronel Nelson Pérez Avellaneda, Comandante de esta unidad militar, la preocupación de los habitantes del área urbana y rural del Departamento, se intensifica día a día, por los peligros a los que jóvenes y niños están expuestos, permitiendo el aumento del comercio y consumo de estupefacientes en las puertas de los colegios, universidades y parques, además del fácil acceso a sitios nocturnos, de ahí la necesidad del control por parte de la comunidad, que contribuya a fortalecer el accionar de los organismos de seguridad y de la autoridad civil.
Análisis estadístico
En lo corrido del 2019, las tropas de la Novena Brigada han incautado un total de 6 mil 177 kilos de estupefacientes correspondientes a 5 mil 542 de marihuana, 336 de pasta base de coca y 299 de cocaína.
Las estadísticas demuestran que las operaciones, año tras años son cada vez más contundentes; en el 2017 el registro de incautación fue de 8 mil 198 kilos, en el 2018 se logró un aumento de 497 kilos, para un total de 8 mil 695 y un incremento del 6 %.
Igual sucede con el registro de capturas, en la vigencia 2017 se lograron 76 por el delito de narcotráfico, cifra que se incrementó en un 25% en el 2018 con 95 capturas y en los nueve meses del 2019 el dato estadístico es de 62 capturas.
El empleo de menores también parece ir en aumento, de ahí la importancia de fortalecer las políticas para neutralizar el empleo de niños en este flagelo: (En el 2017: 18 fueron puestos a disposición de la autoridad de infancia y adolescencia; para el año 2018 se registraron 19 aprehensiones y en lo corrido de la presente vigencia, el dato es de 13, éste último equivalente al 19.3% del total capturas, a ellos le fueron incautados un total de 82 kilos de estupefacientes.
Si bien con estos menores capturados se ha seguido el protocolo para resarcir sus derechos, no pasa igual con los niños en edad escolar; estos son abordados a la salida de sus instituciones educativas para suministrarles alucinógenos en pequeñas dosis, que los induce a la adicción y muchos de ellos a convertirse en habitantes de calle.
De ahí la necesidad de un frente común, de solidarizarnos con la Fuerza Pública en aras de neutralizar el flagelo del narcotráfico desde sus diferentes eslabones, siendo la información oportuna, la herramienta más eficaz para combatir el delito.
Menores con responsabilidades penales
Entre el año 2013 y julio de 2018 ingresaron al Sistema de responsabilidad penal adolescente (SRPA) 35.969 menores, por el delito de tráfico, fabricación o porte de estupefacientes, consagrado en el artículo 376 del Código penal nacional. Sin embargo, la Dirección de Investigación Criminal de la Policía Nacional y la Dirección de Policía de Infancia y Adolescencia reportan que entre el año 2013 y septiembre 28 de 2018 fueron aprehendidos 40.060 menores por el mismo delito. La diferencia de los datos radica en que no siempre los menores detenidos son puestos a disposición del ICBF para el restablecimiento de sus derechos.
El uso de menores de edad por parte de estructuras criminales -para tráfico, fabricación o porte de estupefacientes- es un fenómeno nacional, como se evidencia en el mapa interactivo en el que se puede explorar el número de aprehendidos entre los años 2012 y 2018, en todos los departamentos de Colombia. El análisis de los datos permite concluir que Cundinamarca, Antioquia y Valle del Cauca son los departamentos que presentan el mayor índice de aprehensiones de menores en el periodo señalado.
Menores en un negocio criminal
La comercialización de drogas en pequeñas cantidades es lo que se reconoce popularmente como micro tráfico. Pero lo que hay detrás de ese fenómeno es de dimensiones macro, debido a que el micro tráfico o narcomenudeo hace parte de los últimos eslabones del narcotráfico, cuyo proceso implica: la producción de drogas, el tráfico de ella, la distribución a redes criminales locales y la comercialización. De acuerdo con caracterizaciones que investigadores del Observatorio de Drogas de Colombia han realizado en los últimos años, los menores ocupan un lugar importante, especialmente en la comercialización, porque les permite a las estructuras criminales, que controlan esos mercados, reducir riesgos, fidelizar clientes (algunas estructuras regalan sustancias para generar enganche), y lograr consumidores problemáticos, es decir, adictos.
A septiembre de 2018, se reportaban 3.500 capturas de menores involucrados en el negocio criminal del micro tráfico de estupefacientes.
¿Por qué los menores?
El Observatorio de Drogas de Colombia ha identificado que los narcotraficantes y sus estructuras involucran a niños, niñas y adolescentes, porque les reduce el riesgo de perder mercancías, debido a que esta población no puede ser requisada fácilmente por las autoridades.
Legalmente, los menores de edad pueden ser requisados únicamente por o en presencia de la Policía de Infancia y Adolescencia. “Por lo mismo, se utiliza mucho a las niñas, pues un policía llega a un parque y requisa más fácil a los adolescentes de 17 años que parecen de 18, que a una mujer menor de edad, pues es muy complejo debido a la vigilancia social que hay sobre esto. Entonces encontramos que a las mujeres las usan más para guardar drogas y armas. En muchos grupos o pandillas tienen siempre a una niña al lado”, explica un experto del Observatorio de Drogas, quien pidió la reserva de su nombre. El mismo experto es enfático en afirmar que “los menores encuentran no en las drogas, sino a través de las drogas, un mundo de posibilidades dentro de las carreras delincuenciales”.
*Texto tomado de la Unidad de Investigación Periodistica del Politécnico Gran Colombiano; texto referencia en https://microtraficomenores.