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Neiva/ Creado el: 2014-05-07 06:24

“Empezamos con una silla Rimax, un espejo y unas tijeras”

Trece años tenía Jazmín cuando se fue a vivir con Mauricio, un peluquero de profesión.

Escrito por: Redacción Diario del Huila | mayo 07 de 2014

“Nos conocimos y nos enamoramos”, esas son las palabras con las que Jazmín Gualtero define el inicio de su relación con Mauricio Cruz, un hombre que desde hace 6 años dedica sus días a su esposa y a su hijo.

A los 13 años de edad Jazmín Gualtero decidió empezar a forjar un futuro con Mauricio; casi a los 15 años dio a luz a su primer hijo, Samuel Mauricio, un pequeño de tan solo 3 años y medio que crece feliz en medio de una familia joven pero unida.

Empezaron como empleados de una peluquería y mientras él ejercía, su esposa observaba e intentaba aprender. Poco a poco, cepillando maniquíes y “trasquilando” a algunas clientas, como ella lo dice, empezó a destacarse entre los estilistas del lugar donde laboraba, fue allí cuando decidieron independizarse y empezar juntos a construir su salón de belleza.

Así emprendieron

“Nosotros empezamos con una silla Rimax, un espejo y unas tijeras”, es lo que feliz afirma Jazmín tras ver ahora ya toda su peluquería formada, con 5 empleadas, 3 sillas especiales para peluquería, sala de manicure y pedicure y sillones donde se reúnen con los clientes no solo a tratar temas de belleza sino también a contar sus anécdotas, “algunas clientas vienen a desaburrirse, a pedir consejos y a hablar con alguien, yo soy como una cómplice para ellas”, asegura Jazmín.

Con especial cuidado es atendido quien entra a Mauricio Cruz, asesor de imagen: agua, tinto, aromática y periódico, son algunas de las atenciones que se le hace a cada cliente. Hombres, mujeres y niños, sin ninguna excepción, son especiales tanto para Mauricio como para Jazmín quien en medio de su afán no para de hablar ni de contar chistes, “yo soy una lora, no me callo nunca”.

Samuel, aunque llegó a la vida de esta pareja a muy temprana edad, es la felicidad de la familia pues Jazmín afirma que en ningún momento se ha arrepentido de tener esposo e hijo tan joven “mi hijo es mi felicidad, es mi vida”, asegura mientras su esposo a lo lejos se ríe afirmando con un movimiento en la cabeza lo que su esposa dice.

Esta pareja asegura que con esfuerzo y amor, han ido consiguiendo cosas y que lo que viene para ellos es muy bueno “en 10 días maso menos nos entregan la casa, compramos casa en Timanco”, cuenta Jazmín con emoción pues según ella el hecho de tener casa propia es una satisfacción inmensa, además tienen planes a corto plazo pues más adelante, en escasos dos meses piensan comprarse un carro que los movilice y les permita compartir muchos más momentos juntos.

La joven mujer, madre de familia y esposa, dice que le da gracias a Dios por permitirle tener un esposo tan bueno pues Mauricio más que ser su esposo ha sido su padre ya que en el momento en el que decidieron irse a vivir juntos era quien le enseñaba a cocinar y hacer los quehaceres de la casa, “yo no sabía hacer nada, yo era la consentida de mi casa porque soy la menor de 12 hermanos y las cosas que él me ha enseñado nunca se me van a olvidar”.

El sueño de Jazmín y Mauricio

El sueño más valioso de estos dos jóvenes es dejar de pagar arriendo en el local donde tienen ubicado su negocio para comprar un lugar donde puedan tener una peluquería propia, un lugar más grande y con más espacio para que todo aquel que decida llegar allá se sienta cómodo, tranquilo y feliz. “A mí lo que más me gusta cuando termino de arreglar a mis clientas es aplicarles loción, siempre tengo una en el cajón para que se vayan oliendo rico de acá”, cuenta Jazmín.

Mauricio, con 25 años de edad, y su esposa con 19, aseguran que aunque ha sido duro, aunque sus padres no estuvieran de acuerdo cuando tomaron la decisión de irse juntos y sus vidas han sido muy diferentes a las de otros jóvenes, piensan que los 15 o 20 clientes que llegan diariamente a su peluquería hacen que entre chistes, chanzas y los consejos de Jazmín “no mi reina, hágale”, la plata pase a un segundo plano para que la visita de conocidos y clientes nuevos sea lo más importante.

Las clientas enamoradas

Jazmín cuenta entre risas como algunas clientas no dejan pasar desapercibido a su esposo, “cuando estoy atendiendo a clientas nuevas, muchas veces me salen con que tan lindo ese muchacho que esta allá” y ella sin ningún reparo se ríe y les dice “¿sí cierto? Está lindo”, mientras él desde lejos le hace caras para que diga que ella es su esposa.

A los pocos minutos “Mauricio empieza a decirme amor solo para que ellas se den cuenta que él es mi marido y esas muchachas no saben qué hacer de la pena que les da” y Jazmín entre carcajadas disfruta.

Al final termina diciendo que se siente feliz por todo lo que tiene pero asegura que “si uno en la vida quiere algo lo puede conseguir pero con esfuerzo y dedicación”.