jueves, 11 de septiembre de 2025
Neiva/ Creado el: 2014-04-29 10:37

Vida de perros

Mientras Paris desfila cual modelo, entre atenciones y mimos, sientiéndose una reina, los cachorros Mono y Turka se pasean por un taller de motos, sucios de aceite y polvo, entre juegos y largas siestas pasan la tarde.

Escrito por: Redacción Diario del Huila | abril 29 de 2014

Historias distintas bajo un mismo cielo viven Paris, Mono y Turka. Mientras la primera desfila con atractivos vestidos por un piso de baldosa, Mono y Turka se pasean entre juegos por un suelo sucio de aceite y lubricantes.


Paris lleva 2 años vivendo con Sergio Murcia. "Llegó a mi vida, gracias a una clienta que me debía dinero, entonces para pagarme me la trajo". Es una Schnauzer que se ha convertido en más que una mascota, es la compañía de Sergio, que la trata como a una hija. Mientras él atiende a sus clientes en el salón de belleza que tiene, el animal se pasea como una princesa, adornada de moños, cintas y vestidos.


Es el centro de atención de mujeres y hombres que visitan al estilista. "Ella es muy tierna, muy cariñosa, muy especial. El mayor dolor es cuando se me enferma, me toca ir donde la veterinaria y pasar angustiosos minutos esperando. Para diciembre a Paris le dio la parvovirosis, se enfermó por primera vez, fue horrible, lloraba todos los días, la llevé a la veterinaria Los Ángeles y la doctora me la salvó, gracias a Dios", expresa Sergio, mientras acaricia a Paris.


Juntos viven bajo el mismo techo y duermen en la misma cama, la can no puede dormir sin ventilador y acostumbra acariciar a su amo para conciliar el sueño. Por su parte, Sergio no duda en darle las mejores atenciones a su fiel y mejor compañera. "Uno para tener a un animal tiene que tener presupuesto, los perros son para tenerlos bien o no tenerlos. Cuando Paris se ha enfermado se me ha ido mucho dinero con ella. Mensualmente en promedio gasto $200.000 porque la mando al estilista, al veterinario, con las vitaminas, la purga, el concentrado, los regalos, etc.".


Asegura que ni las mayores sumas de dinero podrán pagar la alegría que le proporciona su mascota. Siempre en las mañanas es despertado por ella que parece entender las tristezas y alegrías de su amo. "La compañía ha sido lo mejor de estos dos años con Paris y yo sé que ella es feliz conmigo, cuando nos recostamos en la cama a hacer pereza, ambos nos consentimos, ella suspira cuando yo la mimo", sentencia el joven estilista.


Paris también ha sido de viajes, con su amo ha visitado Pitalito, Bogotá, Medellín, Cali, Ibagué, entre otros lugares. A ella le fascina viajar en auto o motocicleta, el viento se desliza por el cabello de sus ojos y boca. Para cada clima, Sergio le tiene un traje especial y le cambia la dieta. "Para donde viajo me la llevo, nunca la dejo sola. Y sé que cuando viaja no puede comer mucho", dice el dueño.


En cuanto al amor, a Paris le aguarda un principe azul que Sergio ha escogido con mucho cuidado. "Esperé a que le diera el primer calor y pudiera vivir bien su paso de niña a señorita. Con el segundo calor ya será mamá", dice con alegría. Tan mimada está la mascota, que no soporta la soledad, por eso cuando su amo sale por más de 3 horas, ella en acto de rebeldía destiende la cama y arrastra las sábanas hasta la puerta de la casa.

Mono y Turka


 width=Octavio Murcia Penagos tenía tres perros criollos: Mono, Negra y Turka. Desafortunadamente a Negra le tocó una vida como su nombre y su destino estuvo lleno de golpes. A pesar de ser perra y no gato, contaba con varias vidas, sobrevivió a los peligros de la calle e incluso una vez fue arrollada por un automovil. A final sería un veneno el que acabaría con su existencia. "Negra ya era muy callejera, quién sabe quién la envenenó", expresa Octavio.


Turka y Mono siguieron viviendo en el taller de motos en el que trabaja su dueño, allí duermen todas las noches, excepto en Semana Santa que Octavio decidió llevarlos a su hogar. "En Semana Santa me las llevé para la casita para que no se sintieran solitos. Ellos cuidan el taller, yo los encierro en la noche para que no se los roben, porque están muy pequeñitos, entonces los pueden sacar, y en el día duermen o juegan, a veces los otros mecánicos las molestan y por ahí se pasean", dice el alegre mecánico.


Debajo de uno de los armarios duerme Turka y Mono se recuesta sin problemas en el suelo. Al día siguiente Octavio tiene que limpiar el cuarto donde duermen y les da una mezlca de purina y sobras de comida. Ámbos perros están vacunados y purgados. "Yo los tengo al peluche para que no se enfermen y les doy no sólo comida, también concentrado para que se pongan chuscos", afirma su dueño.


Ámbos tienen correa, desde la Semana Santa en que Octavio se las compró para llevarlos a su hogar. Mono además, tiene una extraña antena adherida a su correa, como un gesto de sentido del humor algunos responden que es para que reciba señal y otros dicen que es para simular un brazalete de seguridad, de los que entregan cuando un reo tiene libertad condicional. El caso es que al perro no parece molestarle.


Cada 8 días Octavio los baña en el taller con un jabón que compró para ellos, sin embargo el ambiente hace que la limpieza no dure mucho. Al poco tiempo los animales están de nuevo tiznados y con aceite en sus cuerpos, por dormir en el suelo. La comida la tienen en algunas vasijas aisladas y el agua la beben en valdes.


Mono y Turka están destinados a ser pareja, el plan de Octavio es que más adelante se reproduzcan. "Ahí le tengo un saladito al Mono, para que se diviertan", expresa jocoso Octavio. Es común ver a los cachorros rascarse con desesperación, pero en terminos generales se ven animados y juguetones.Traviesos tumban las cervezas de los mecánicos y en algunas ocasiones les muerden los pantalones.

 

Un día especial


Hoy es el Día Mundial de los Animales instituido en conmemoración de san Franciso de Asís que consideraba que todos somos criaturas de Dios, sin importar la diferencia, incluyendo en esto toda la realidad animada e inanimada. La Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) estima que existen aproximadamente 400 millones de perros callejeros, ante esto, la adopción no sólo es una solución, también una respuesta de amor a la naturaleza.