Una visita a la Unidad Mental
La Unidad de Salud Mental del Hospital Universitario de Neiva Hernando Moncaleano, recibe pacientes de todos los departamentos del sur del país.
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Los techos se están cayendo, las paredes se deshacen y los baños están en pésimo estado. A pesar del buen capital humano con el que cuenta, la infraestructura dificulta la atención.
La gran mayoría de los que se han acercado al Hospital Universitario Hernando Moncaleano Perdomo, han podido observar un extenso patio enmallado en el que se suele extender ropa, junto a la Facultad de Salud de la Universidad Surcolombiana. Muy pocos saben que esas prendas que penden de hilos cual si fuera el patio de cualquier casa de barrio de Neiva, son de los pacientes de la Unidad de Salud Mental.
Los rostros que residen detrás de esos alambres que cercan el patio y de los muros que no permiten a los transeuntes observar más, son tan diversos como los que se suelen encontrar en la calle. Mujeres y hombres de todas las edades, condiciones físicas, creencias y estratos, conforman el grupo de pacientes, con 32 personas hospitalizadas y 20 que asisten solo de día.
Contrario a lo que suele mostrar el cine, la unidad mental no es un lúgubre lugar de paredes blancas, gritos, personas despeinadas y camisas de fuerza. Tampoco un centro de tortura donde se realizan particulares experimentos cual escena del film La Naranja Mecánica. Por el contrario, se encuentran espacios abiertos, jardines, música, paredes decoradas con las cerámicas y pinturas que los propios pacientes han realizado.
La primera causa de hospitalización el año pasado fue esquizofrenia paranoide, la segunda fue transtorno psicótico secundario del consumo de sustancias psicoactivas (un trastorno que aumenta en el Huila) y el tercero fue transtorno afectivo bipolar. A esto se suman casos de retardo mental con déficit en el control de impulsos y transtorno de la personalidad con sintómas psicóticos.
El hospital brinda esta atención a los pacientes que ya tienen enfermedad mental en fase aguda. "Aquí ingresan cuando generalmente están agresivos e irritables, o tienen ideas suicidas, por ejemplo. Nosotros hacemos el proceso de intervención y acompañamiento. Una vez superamos la fase aguda, remitimos al paciente a otra institución o empezamos un tratamiento solo de día", explica Lina María Sánchez, psiquiatra de la Unidad de Salud Mental.
El tratamiento de "Hospital día" como suelen llamarlo los médicos de la unidad, consiste en atender a los pacientes en la mañana y la tarde, para remitirlos después en la noche a sus hogares; el fin es que se logre una completa reinserción a la sociedad. "Nuestro mayor logro es que nuestros pacientes se puedan reintegrar a la sociedad. Por otro lado, a pesar de las limitaciones de la estructura física, hemos aumentado el número de pacientes. El personal está completamente dispuesto pero el edificio nos está quedando pequeño", aseguró la psiquiatra.
Antes de la Unidad de Salud Mental, existía el hospital San Miguel, que era específicamente psiquiátrico. Pero un incendio provocado por uno de los pacientes pirómanos acabó con dicho lugar. Los pacientes fueron remitidos al Hospital Universitario como una solución transitoria, después se construyó la Unidad Mental que hoy se encuentra muy deteriorada en su estructura física, por los más de 37 años que lleva de existencia. "En el momento fue una buena solución, pero ahora la instalacion ya no cumple con las normas para una unidad mental, está obsoleta", asegura la psiquiatra Lina María Sánchez.
La nueva unidad mental
Para la nueva Unidad de Salud Mental del Hospital se necesitan aproximadamente $5000 millones. El objetivo es que sea una Unidad Neuropsiquiatra, en la que esté integrada la intervención neurológica y la atención psiquiatrica, dividida entre niños y adolescentes, pacientes que consuman sustancias psicoactivas y pacientes adultos.
$280 millones costó el anteproyecto que pagó el Hospital Univesitario desde su rublo. Faltan los planos y el calculo específico de los costos. Sin embargo, el tiempo presiona y la demanda del sur del país es cada vez mayor. El sur de Colombia necesita con urgencia una nueva unidad mental, pues en la actual, a pesar del muy buen capital humano con el que cuenta, la estadía no es siempre placentera, pues los techos se caen, los baños se encuentran en pésimas condiciones, el espacio es pequeño y muchas actividades no se han podido desarrollar porque la estructura no es segura.
La actual unidad atiende pacientes de Caquetá, Cauca y Putumayo, entre otros departamentos. "Necesitamos dignificar el trabajo que hacemos con los pacientes, tenemos una gran demanda, en el sur solo estámos nosotros y el hospital de Nariño que nos suele enviar pacientes", enfatiza la psiquiatra Lina María Sánchez.
Cuatro paredes con muchos mundos
Miles de historias se encuentran en la Unidad de Salud Mental, cada persona es un universo con cientos de vidas dentro de sí, como si tanta imaginación, tanto mundo, no bastara en sí mismos; por eso se desborda y los absorbe su fantasía entremezclada con realidad. Retazos de vida que se dibujan y desdibujan dependiendo del nivel del trastorno.
Entres los casos más particulares está el de un contador que después de ayunar toda la Semana Santa, se sintió "enviado por Dios", su delirio es místico, dice escuchar voces divinas que le enconmiendan misiones y se rehusa a comer. Permanece encerrado en la penumbra de su cuarto, mirando impetérrito el suelo y con una camándula colgando de su cuello. Las enfermeras lo atienden con suero intravenoso y hacen esfuerzos para que coma. "Esta es una recaida, la familia piensa que no es una enfermedad, entonces no le dan los medicamentos y el paciente tiene que volver a ingresar a la unidad", dijo Lina María Sánchez.
Y esa genialidad desbordada, ese tormentoso e inquieto mundo interno cual río caudaloso, se plasma en pinceladas, en obras de cerámica, en pasos de baile o hasta en malabarismo. Los pacientes de la Unidad participan en distitnas actividades que les permite desahogarse. Cabe resaltar que algunos de los mejores artistas sufrían trastornos, como el pintor Van Gogh, que en una de sus crisis se cortó una oreja, o Edvard Munch, el pintor del famoso cuadro El Grito.
La Unidad de Salud Mental desarrolla varias actividades artísticas y recreativas para asegurar una eficaz reintegración a la sociedad. Es así como los pacientes pintan, hacen música, crean cerámicas, y elaboran collares para perros que son vendidos en distintas tiendas de la ciudad, y que les pertime no sólo enseñarles a los pacientes un medio de sustento, sino también financiar algunas actividades internas, como celebrar el cumpleaños de algunos de los pacientes, para el transporte de los pacientes que solo van de día o para celebrar días festivos.
Al patio solo pueden salir los pacientes que tienen mayor avance en su tratamiento, pues los de estado crítico tienden a escapar, en especial aquellos que consumen sustancias psicoactivas. "En muchas ocasiones el abuso de sustancias genera o detona una enfemerdad mental, muchos buscan las drogas para relajarse o calmar su ansiedad pero al final resulta que empeora y terminan agudizando el malestar", explicó la psiquiatra.
Al finalizar la visita, uno de los pacientes corrió angustiado hasta donde estaba la psiquiatra, para preguntarle si aquellas cámaras y la presencia de la periodista se debía a él. "¿Vienen por mí?, ¿hice algo malo? Yo estoy bien", decía angustiado.
¿Cómo está el Huila en salud mental?
El Huila tiene los niveles más elevados de suicidio en el país con un 4,4% siendo la tasa nacional de un 4,1% . La capital, Pitalito y San Agustín son los municipios que más registran casos. De los 16 a los 19 años son las edades en que más se comete este acto. El envenenamiento por sustancias altamente tóxicas es el método usado en el 42,3% de los casos; seguido del ahorcamiento con un 38,5%; suicidio por arma de fuego 15,4% y método desconocido el 3,8%.
"El consumo de sustancias psicoactivas y alcohol, son dos conductas preocupantes en el Huila. En ambos se encuentran registros de niños de 9 años que inician su consumo. Muchos de estos casos desembocan en trastornos psicóticos por consumo de sustancias", aseguró la psiquiatra Lina María Sánchez.
Las patologías que más afectan la salud mental de los pacientes según los especialistas son la esquizofrenia, los trastornos bipolares y la depresión. Por otra parte, se encuentra que dichas enfermedades no son hechos aislados, sino que están estrechamente relacionadas con el contexto social inmediato del paciente. Es así como los robos, la inseguridad, la represión, entre otros, producen sentimientos de zozobra, miedo y sensaciones paranoides, que se pueden agudizar.
Una definición de las patologías que más se atienden en la Unidad de Salud Mental:
La esquizofrenia paranoide: las personas con esquizofrenia paranoide manifiestan una pérdida del contacto con la realidad, pueden tener creencias equivocadas (delirios) de que una o más personas están conspirando contra ellas o sus seres queridos. Es difícil o imposible para los demás convencerlos de que ellos no son el blanco de cualquier acción. Suele ir acompañada de alucinaciones auditivas y celos delirantes.
Transtorno psicótico secundario del consumo de sustancias psicoactivas: cuando la persona abusa del consumo de sustancias psicoactivas puede perder el contacto con la realidad, sufre alucinaciones auditivas, autoabandono e ideas delirantes.
Transtorno afectivo bipolar: es una afección en la cual una persona tiene períodos de depresión o períodos en los que está extremadamente feliz o malhumorado o irritable. Afecta por igual a hombres y mujeres, y generalmente comienza entre los 15 y 25 años. Los patrones de cambios del estado de ánimo pueden ser cíclicos, comenzando a menudo con una manía que termina en una depresión profunda.
Detrás de las cámaras
Aquella imagen del paciente amarrado al que electrocutan sin piedad, genera aversión a los centros de reclusión mental. Pero en la Unidad de Salud Mental del Hospital no se presenta una escena tan escalofriante. La terapia electroconvulsiva bajo anestesia y sedación es pasar electricidad a baja frecuencia durante menos de 25 segundos, a nivel cerebral.
"Hace una repolarización a nivel cerebral, y los neurotrasmisores funcionan mejor, entonces la ideación delirante que tenía el paciente disminiye y entran otra vez en contacto con la realidad. Se utiliza con los pacientes a los que no les ha servido el diagnóstico farmacológico y con las mujeres embarzadas, que no pueden tomar medicamentos por los efectos adversos", asegura la psiquiatra Lina María Sánchez.