viernes, 12 de septiembre de 2025
Neiva/ Creado el: 2014-10-23 04:48

Una maestra entregada en cuerpo y alma a sus alumnos sordos

Es la historia de Ángela Andrade, una docente de la Normal Superior que desde hace varios años trabaja con niños sordos de esa institución. Clases de panadería y la consecución de ayudas para el colegio, son algunos de los logros de esta maestra.

Escrito por: Redacción Diario del Huila | octubre 23 de 2014

Ángela Andrade, una maestra huilense quien empezó a ejercer su labor hace 8 años en la Normal Superior de Neiva, ama a sus alumnos como si fueran parte de su familia, los comprende y hasta ha conseguido por sus propios medios, varias ayudas para el plantel educativo y la comodidad de sus niños. 

Fue el 27 de marzo de 2006 cuando Ángela, madre de familia, esposa, hija pero sobre todo maestra, empezó a formar a niños pertenecientes de la Normal Superior de la jornada de la tarde y los cuales según ella, han sido parte esencial de su proceso como docente. “Fue algo muy satisfactorio porque aprendí a trabajar con personas sordas, no soy excelente en lengua de señas pero me defiendo casi que perfectamente. Los entiendo, los acompaño, les colaboro, les doy todo”.

Desde ese momento la huilense empezó a percibir que varias cosas hacían falta en la institución como un encerramiento al planten que garantizara la seguridad de los pequeños pues cualquier extraño podía acceder a ellas, salones para generar conocimientos en mejores espacios, un portón que ayudara a la seguridad de los estudiantes y cursos como el de panadería para que estas personas tuvieran mejores oportunidades al terminar su proceso educativo.

Las obras conseguidas

“Con el exconcejal Iván Sandoval y con el gobernador de esa época Luis Jorge Sánchez logramos conseguir el encerramiento del colegio” el cual según la maestra se realizó en tiempo récord pues “empezó más o menos en septiembre, en diciembre había que entregarlo y así fue”.

Además del encierro, en el colegio hacían falta salones pero “por intermedio del senador Hernán Andrade logré conseguir seis aulas nuevas y con una gran satisfacción porque en este momento tenemos los salones para tener los estudiantes sordos de preescolar a quinto de primaria que son los que tienen acompañamiento”.

Del mismo modo, la maestra manifestó que uno de los logros que a ella la llenan de más satisfacción es haber podido poner en el colegio un portón que permite a los estudiantes salir por una calle donde hay menos congestión, donde los padres se pueden ubicar a esperar a los niños y el cual ofrece mayor seguridad.

Ángela Andrade, inicio este año un curso de panadería con los niños de cuarto de primaria con el fin de ofrecerles diferentes conocimientos. “Ellos están muy satisfechos con este curso” revela la docente quien suministra los insumos para la preparación del pan y quien además, compro los hornos necesarios para llevar a cabo de una manera satisfactoria el proceso de aprendizaje pero al parecer Ángela será trasladada a otra institución de la ciudad porque según dicen allá la necesitan más.

La maestra será trasladada

Su amor por los alumnos sordos que desde hace varios años educa, es según ella, incalculable y con lágrimas en los ojos expresa que alejarse de las personas que de una u otra manera se han convertido en su familia es muy difícil, más aún cuando no le permitieron finalizar el año escolar para lograr culminar el curso de panadería por el que tanto ha luchado con sus estudiantes.  “Para trabajar con discapacidad necesitamos una trayectoria larga, aprender mucho y por eso esperaba terminar mi vida como maestra en la Normal”.

En pocos días, será trasladada a otro lugar y deberá, en contra de su voluntad, alejarse de sus sordos como ella amorosamente los llama, despegarse de una institución por la que durante tantos años luchó y de personas que ajenas a ella, le enseñaron cosas desconocidas de la vida.