Un lugar donde los perros se convirtieron en víctimas
Son varios los animales que vienen siendo envenenados en este corregimiento que corresponde al área rural del municipio de Gigante, Huila.

Silvania, un corregimiento del departamento del Huila viene siendo blanco de inescrupulosos que al parecer, a través de comida suministran algún tipo de sustancia mortal que está acabando con la vida de varios perros que residen en fincas y viviendas del sector.
Leonor Ospina, una mujer que desde su nacimiento ha residido en este lugar, es quizás, una de las mujeres más afectadas con estas prácticas pues desde hace varios años sus perros han sido los elegidos por esta persona que hasta el momento, no ha sido descubierto.
“Me han matado tres perros, siempre me los envenenan y era muy triste, mis hijos y yo sufríamos mucho por lo que decidimos no volver a tener animales”, cuenta Leonor en medio de tristeza y decepción por este tipo de aberraciones que sin ningún motivo acaban con la vida de animales inocentes.
Vómitos, diarrea, debilidad, respiración rápida, babeo, fiebre, insuficiencia cardiaca y pupilas dilatadas, son algunos de los síntomas generales que los perros empezaron a presentar al momento de ingerir la sustancia venenosa que usualmente, genera fuertes dolores, agonía y una muerte lenta y dolorosa porque a pesar de los múltiples remedios caseros de los cuales hablan (agua dulce, panela, jabón, entre otros), el veneno que fue suministrado a los perros de esta mujer, fue tan letal que en cuestión de 20 minutos acabó con la vida de sus pequeños animales.
Poco tiempo después, la madre de Leonor quien reside en una finca aledaña al pueblo, también perdió a “Pekis”, uno de sus perros que falleció en las mismas condiciones y a pesar de las constantes acciones por parte de sus hijos y nietos para salvarle la vida a este pequeño que no contaba ni siquiera con un año de edad, la sustancia utilizada por este “envenenador” fue letal.
Este año, otro perro blanco con manchas cafés, también propiedad de la madre de Leonor fue envenenado al pasear por Silvania como acostumbraba a hacerlo durante todas las tardes. Bajaba, daba una vuelta y al poco tiempo, llegaba de nuevo a su casa para sentarse bajo la silla de su ama pero ese día no fue igual.
Aunque Hermelina (madre de Leonor) vio llegar a su mascota de forma normal, algo en su corazón la alertaba de que las cosas no andaban bien. “Él llegó, se acostó debajo de la silla y pocos segundos después salió para acostarse debajo de un palo de limón y de ahí no se volvió a levantar nunca”.
Con el paso del tiempo, los envenenamientos siguen siendo constantes pues aunque muchas personas aseguran que en variadas ocasiones son perpetrados por vándalos que llegan a estas poblaciones pequeñas para intentar hurtar las fincas durante las épocas de mitad y fin de año, en meses como abril y septiembre, los perros son asesinados.
Durante el 2014, más de tres perros fueron envenenados en esta pequeña región, lo cual preocupa no solo a Leonor, su mamá, sus hermanos y su familia, sino a todos los habitantes de Silvania que aunque siguen amando a los perros, sienten una preocupación constante al ver que sus animales salen a la calle pero no saben si lograran volver con vida.
A pesar de ser un lugar pequeño, donde la mayoría de sus habitantes se conocen de toda la vida, esta familia no ha podido saber quién es la persona que tanto daño está causando a sus animales y que sin mediar palabra, ha asesinado a tantos perros dejando vacíos enormes en familias enteras.