Tuberculosis en las calles de Neiva
William Oswaldo Ordóñez, de apenas 28 años de edad, es uno de los 13 habitantes de la calle que padecen tuberculosis en Neiva. La Secretaría de Salud Departamental se pronució ante estos casos.

En la tarde de ayer, el cartón de Garrapiño, El paisa o simplemente William Oswaldo, se encontraba huérfano. Su dueño salió a dar uno de sus recorridos, esos que se regala a sí mismo cuando cae el sol y su cuerpo lo permite. Lleva más de 10 años en esa misma calle, a la que retorna como hijo pródigo. Los comerciantes aledaños recuerdan aquellas épocas en que trabajaba cerca anunciando a gritos las promociones de los locales, invitando a la gente a pasar y mirar ′sin compromiso′, cuando gozaba de salud. Hoy es solo la sombra de quién solía ser, el hambre, la droga y la enfermedad lo mantienen postrado la mayor parte del día en el suelo, sin poder hablar.
A pesar del grave estado en que se encuentra, Oswaldo se rehusa a internarse en un hospital, pues lo considera un encierro similar a la cárcel. Es por ello que ha abandonado el tratamiento en dos ocasiones y dejado muchas citas sin respuesta. Como él, son 12 más los habitantes de la calle que sufren de tuberculosis, según los registros de la Oficina de Vigilancia de la Secretaría de Salud Municipal. En la mayoría de los casos lo pacientes suelen dejar de asistir a los centros de salud una vez se sienten mejor.
El procedimiento
Nancy Milena Aya, coordinadora de Programas Especiales explicó como es el proceso de identificación y tratamiento para los habitatnes de la calle que padecen este mal: "Cuando el paciente se diagnostica hay una información que se carga al Sivigila (Sistema Nacional de Vigilancia en Salud Pública), ellos nos la facilitan también, la IPS, por ejemplo la ESE Carmen Emilia o el hospital, lo diagnosticó con tuberculosis, se le solicita el tratamiento, se le alcanza a suministrar mientras que está hospitalizado, generalmente ellos por sus condiciones patológicas alcanzan a estar hospitalizados 20 días o un mes máximo, ese es el tiempo en el que se les alcanza a dar el tratamiento, pero queda inconcluso, porque el tratamiento completo es mucho más largo. Entonces cuando salen, a veces van máximo una semana más a la ESE y después se pierden y el tratamiento truncado, no lo terminan, va uno a buscarlos pero encontrarlos en Neiva es muy difícil. Usted sabe que un habitante de la calle no tiene un domicilio fijo".
El tratamiento de tuberculosis se maneja a través de un esquema de acortado y supervisado, que consiste en que al paciente se le suministra diariamente la droga por parte de un personal de salud "tiene uno que garantizar que el paciente se tome la pasta delante suyo para asegurse de que pueda tener una curación efectiva. Entonces es muy difícil darles las pastas, sin saber qué va a hacer con ellas, si las va a vender, cambiar o botar. Una de las condiciones que pone el ministerio es que el tratamiento se les tiene que dar viendo que el paciente se está tomando la pasta", afirmaba Nancy Aya.
Esquema al que muchos no se han querido acoger, por ello la Secretaría de Salud se encuentra limitada a la hora de atender estos casos, pues a pesar del gran número de citaciones que se les realiza y los convenios con distitnas instituciones colaboradoras, los enfermos de tuberculosis que habitan la calle, parecen preferir el suplicio de la enfermedad antes que estar internados en algún hospital.
"Por más que se les hace la gestión para darles alternativas que no los haga sentir recluidos, muchos terminan escapando. En los hospitales también se han escapado, cuando han estado recluídos. Tuvimos una paciente que logramos que la internaran porque además de tener tuberculósis tenía problemas mentales, fue hospitalizada y recluída en la unidad mental, sin embargo logró escaparse de la institución", agregó.
Múltiple contagio
Prefieren mitigar el dolor con las drogas que consumen y solo regresan a los centros de salud cuando la recaída es muy grave y ya se sienten muy enfermos "A pesar de que se les explica los daños para su salud y la posibilidad de contagiar a otras personas con lo que conviven ellos no se acogen al tratamiento. Al menos se tapan la boca cuando tocen, pero eso no es todo, la garantía máxima es con el tratamiento".
"Hemos planteado alternativa de solución ante el ministerio y ante la secretaría de salud departamental, lo cual implica recursos. Hemos estado en conversaciones para analizar qué tipo de convenios podemos hacer con una institución que los interne pero en la que no se sientan encerrados para poder al menos garantizar el tratamiento integral. Otra opción que estamos contemplando es con las casas de paso, pagarles el almuerzo y ahí darles la medicina."
En el 2013 la Secretaría de Salud departamental, organizó tres jornadas de atención para habitantes de la calle donde se les hizo toma de baciloscopia para saber si habían más pacientes con tuberculosis, pero curiosamente ninguno resultó positivo en esas brigadas. Se atendieron aproximadamente 200 habitantes. La Secretaría especula que se debe a que son los que están en buenas condiones quiénes asisten, los que se encuentran en un estado más crítico suelen esconderse.
"Una atención para ellos efectiva implica muchos recursos, pues son muy reacios, nosotros hacemos lo que está a nuestro alcance y lo que la norma nos permite, lo otro son otros componentes sociales, comportamentales, muy difíciles de cambiar. Además muchos ni siquiera son de Neiva, van y vienen."