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Neiva/ Creado el: 2014-06-11 11:07

Sólo quiero vivir mejor

Es el caso de Leydi Collazos una humilde habitante de Neiva que se encuentra Hospitalizada por una enfermedad que la tiene paralizada. Hace más de 30 años padece de Úlcera Varicosa.

Escrito por: Redacción Diario del Huila | junio 11 de 2014

REDACCIÓN CIUDAD
Diario del Huila, Neiva

Para Leydi Collazos la vida tomó otro rumbo desde el momento que empezó a sentir un dolor inexplicable en su pierna izquierda, se tornaba oscura y no podía estar mucho tiempo de pie.
Desde los 7 años le diagnosticaron Úlcera Varicosa, todo fue sorpresa cuando su médico leyó paso a paso el dictamen y las condiciones que en pocos años ella podía padecer. Su madre estuvo al tanto de los cuidados y las visitas con frecuencia al especialista.
Leydi es una mujer cabeza de hogar y madre de una joven de 17 años. A su corta edad ya se encuentra postrada en una camilla en el quinto piso del Hospital Universitario Hernando Moncaleano Perdomo, a la espera de una curación inmediata.
Collazos es una mujer de bajos recursos, toda su vida trabajó lavando ropa en casas ajenas. Con dolor y lágrimas en ojos recordó aquellos momentos en los que realizaba sus labores postrada en una silla hasta lavar la última prenda. Cansada y quejándose de su pierna Leydi tomaba rumbo a su vivienda en el barrio Las Palmas donde vive con su hermana que generosamente le brindó un techo para ella y su hija.
Clínicamente la úlcera es producida a mujeres a partir de los 30 años provocada por un traumatismo o infección localizada. A ella la úlcera le fue producida pese a su corta edad por un deficiente funcionamiento del sistema venoso a lo largo de la zona distal de la pierna. Hace quince días se le presentó un rompimiento de la vena enfrentándose a una nueva hospitalización debido a la gravedad de la herida provocada por el traumatismo.
El dolor cada día es más intenso, su herida se agranda y su pie tiende a recogerse por la pérdida de tejido que produce las curaciones e irrigaciones de las heridas.
Teme que su herida se complique con una infección incurable y su paso a seguir sea amputar la pierna.
Solo espera que sus heridas sanen pronto, retornar a su casa y descansar de los dolores que la herida le ha causado. Pero aún más sanar las heridas de su corazón, la depresión que le ha ocasionado el estar postrada en una camilla tantos días, el no estar pendiente de su hija menor de edad y tampoco buscar los recursos para que termine su colegio.
Para Leydi la mejor respuesta de la generosidad y del buen corazón de las personas sería la donación de una silla de ruedas para poder movilizarse y evitar el dolor que le causa el apoyar su pierna.