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Neiva/ Creado el: 2014-04-15 08:37

Myriam, entre incienso y mirra

Myriam ha vendido imágenes religiosas en el costado izquierdo de iglesia Catedral la mitad de su vida. Dice que le gusta su empleo, que se siente cerca de Dios y que lo seguirá haciendo hasta cuando el cuerpo resista.

Escrito por: Redacción Diario del Huila | abril 15 de 2014

Casi la mitad de su vida, Myriam Triviño ha vendido imágenes religiosas en el costado izquierdo de la Iglesia Catedral, 24 años de 59 de existencia. Entre imágenes de San Francisco de Asís y la Virgen Milagrosa, entre otros, se ha sentido protegida. A pesar de que ya hace un año no cuenta con la compañía de su esposo, que era su cómplice, amigo y compañero de vida.


Lleva un año viuda, hoy se cumple el aniversario de muerte de su único amor. Desde los 15 años lo conoció y ha sido el hombre dueño de su corazón. Siendo vecinos de barrio se enamoraron entre juegos y pequeñas coqueterías. A sus 17 años quedó embarzada y más adelante formaron con mucho esfuerzo un hogar en el barrio La Isla, ubicado en la Comuna La Floresta, en el centro-oriente de la ciudad. "Cuando lo conocí estaban haciendo el acueducto nuevo de Neiva. Él siempre fue muy trabajador, tenía 23 años, crecimos juntos", afirma Myriam nostálgica.


Finalmente, la cirrosis terminaría llevándose a su marido. A pesar de la larga peregrinación que hicieron juntos a Buga para rogar por su salud, su amigo fiel y pareja de toda la vida, murió al llegar a Neiva. El camino de esta humilde mujer no ha sido sencillo, a pesar de que siempre ha estado en compañía de Dios, como suele afirmar. Desde pequeña, ella y sus 8 hermanos han trabajado fuertemente, vendiendo en las calles de Neiva. "Desde pequeña vendía, porque mi papá no alcanzaba a mantenernos a todos. Llegamos a una casa en arriendo y teníamos que rebuscarnos como fuera.Vendíamos plátanos aquí en la galería o lo que pudieramos", recuerda Myriam, que es de Gigante y llegó a Neiva cuando tenía 10 años.


Al crecer, se dedicó a vender quesillos, pero gracias a un cuñado empezó a vender figuras religiosas y la imagen del Sagrado Corazón de Jesús la conquistó. Entonces empezó a vender de pueblo en pueblo, todas las mañanas tomaba una chiva temprano hacia algún rumbo del Huila, en el camino fantaseaba con posibles futuros prósperos y oraba para que las ventas fueran buenas. "El cuñado tenía un puesto de imágenes religiosas y él me daba para que vendiera, entonces yo me iba a los pueblos, a Vegalarga, Gigante, Palermo. Desde que empecé a vender en los pueblos me gustó, quise dedicarme a esto y dejé los quesillos", narra Myriam.


Al ver que le fue bien, la humilde madre de 5 hijos, decidió empezar a vender cerca de la Iglesia Catedral. "Al inicio me ponían problema, la policia no me dejaba, ni monseñor Rómulo Trujillo. Hasta que el alcalde Jairo Morera Lizcano le dio licencia a mi esposo para que pudieramos vender aqui en esta vitrina. Entonces ya yo vendía con mi hijo pequeño, lo tenía en una cajita cerca mío, lo cuidaba mientras atendía el negocio", cuenta la mujer.


Su vitrina ha ido creciendo en oferta. En esa pequeña caseta ofrece desde camándulas multicolor que brillan en la noche, hasta pequeñas imágenes de Santos de más de 30 centimetros de alto. "Poco a poco con el dinero que ahorraba, empecé a comprar imágenes y santos, mientras que hacia camándulas y pulseras. Después, con mi esposo hacíamos veladoras. Pero ahora que murió, ya me queda grande", expresa la vendedora.


El incienso ambienta su local


En Semana Santa el olor a incienso se perciba más fuerte en la caseta de Myriam. Parece que el aroma atrajera a las personas que llegan preguntando sobre todo por las camándulas, las veladoras y las novenas. "Lo que más da es la novena y la veladora. Las novenas que más se venden son las de la Virgen de Aránzazu, la de la Virgen de Guadalupe y la Sangre de Cristo. Esta última la recomiendo mucho, es bendita. Igual cada uno tenemos nuestro santo, hay unos muy fieles a Santa Marta o la Virgen del Carmen" dice sonriente la fiel comerciante.


"Aquí vienen a comprar todo tipo de personas. Abuelitas, muchachas, jóvenes, funcionarios, etc. Muchachas que uno no cree que vengan a orar y llegan preguntando por santos y novenas. También vienen mucho por motivos de salud, entonces yo les doy imágenes del Señor de los Milagros o la Virgen de Bojacá. De imágenes piden mucho Santa Marta, la Virgen de Guadalupe y la Virgen de Aránzazu, que es muy venerada aquí en el Huila", afirma.


En Semana Santa también se vende mucho el sirio pascual que se utiliza el sábado; el viacrucis y las imágenes de cristo. En su caseta le colaboran dos nietas adolescentes que entre risas y juegos alivianan la responsabilidad de Myriam, la cual afirma que seguirá vendiendo imágenes religiosas hasta que su cuerpo resista, pues su trabajo le da tranquilidad y la hace sentir más cerca de Dios.


De sus 5 hijos, dos trabajan con imágenes también. Uno tiene almacen en el Pasaje Camacho, otro en Florencia, y el menor es vendedor ambulante de mercancía variada.