miércoles, 10 de septiembre de 2025
Neiva/ Creado el: 2014-03-18 09:21

Los trillizos estarían sin techo

Dicen que cada bebé es un milagro, una bendición que trae un pan debajo del brazo. A Kahterine Galvis Holguín, de 21 años, el milagro le llegó triple en un solo parto. Dos niñas y un varón vinieron a aumentar su núcleo familiar que ya contaba con 4 niños.

Escrito por: Redacción Diario del Huila | marzo 18 de 2014

En el Hospital Universitario de Neiva, a las cinco de la mañana, nacieron los trillizos de Katherine Galvis y Duverney Suárez, una joven pareja que vivía en zona de invasión del barrio Alberto Galindo y que hoy se encuentra sin techo. Los trillizos, dos niñas y un varón (prematuros pero sanos en términos generales), son la nueva alegría y preocupación de la pareja, pues implican gastos que no tenían contemplados y que al parecer no podrán asumir.


Duverney es un joven de 26 años que trabaja como taxista, además padre de dos niños más, uno de 5 años y una niña de 2. Katherine es una bella muchacha de 21 años y actitud tímida. Su rostro aún conserva rastros de niña y su movimientos evidencian el cansancio del parto. Estudió hasta octavo grado de bachillerato en la Institución Educativa Gabriel García Marquez, a sus 16 ya era una desertora escolar porque no le gustaba estudiar.


El tiempo libre y las amistades la impulsaron a enamorarse con prontitud, siendo madre por primera vez a sus 18 años de una activa niña que bautizó con el nombre de Fernanda. Su novio del momento y padre de la niña, abandonó la responsabilidad y le dio la espalda. Afortunadamente Katherine contó el respaldo de su familia y pudo sostener a su bebé. "Después, a los 20 años, tuve a Nicole, mi segunda hija. Fue la misma historia, conocí al papá y después de quedar embarazada me dejó. Mi papá y mi mamá de nuevo me ayudaron".


Su familia es de Medellín, está conformada por sus padres y tres hermanos menores, dos hermanas de 19 y 11 años, y un hermano de 17 años. Llegaron a Neiva hace 5 años a causa del desempleo y la difícil situación económica. Después de no poder pagar el arriendo de la casa que escogieron en la ciudad opita, se vieron obligados a desplazarse a la invasión Dolcey Andrade, aledaña al barrio Galindo (norte de la ciudad). Allí han vivido hasta semana pasada, que la lluvia arrasó con el rancho de ella y de su madre. "El rancho era de polisombra y de guadua, se cayó", expresó triste. Actualemente Katherine y Duverney están sin hogar.

Jasbleidy, Gisella y Duverney


El amor golpeó de nuevo la puerta y Katherine se enamoró. Con Duverney jamás imaginaron tener trillizos, en sus planes no estaba quedar embarazada. "Yo sí tuve vómitos y algunos síntomas, pero pensé que era que me hacía daño la gaseosa. Al final me hice una prueba de embarazo y salió positiva. Tenía 10 semanas cuando la ginecóloga me dijo que eran tres, mi esposo se asustó. Ahora está contento, todos los días va a verlos", comentó la joven madre.


Hospedada en la casa de su hermana menor, en un humilde hogar en Villa Marcela, Katherine llora en silencio su preocupación de madre, pues ella y su esposo no tienen dónde vivir ahora y por ende no pueden ofrecer un techo a sus bebés que pronto saldrán del hospital. Además, los gastos económicos tampoco los deja dormir tranquilos, pues los bebés ensucian 12 pañales diarios, necesitan cobijas, cremas y no tienen ropa. Además todos los días Katherine se desplaza para visitar a sus hijos.


"Son hermosos, las niñas pesaron 850 gramos y el bebé 720 gramos. Ya escogimos los nombres, las dos niñas se llamaran Jasbleidy y Gisella, el varón se llamará como el papá: Duverney. Sabemos que la invasión no es un lugar apropiado para los bebés, la quebrada crece mucho en épocas de lluvia y en cualquier momento se puede deslizar el rancho, es peligroso. Nos preocupa que no tenemos para los pañales, las cremas, con qué vestirlos, ni siquiera dónde acostarlos. No tenemos nada, ni un techo. Y si ahora prematuros gastan 12 pañales diarios no me quiero imaginar cuántos gastarán mientras crecen", concluyó.
Quienes estén interesados en colaborar para que la suerte de estos tres bebés prematuros mejore, pueden llamar a sus padres al 3132453015 o 3218858391. O visitarlos en la casa donde los están acogiendo por el momento, ubicada en Villa Marcela, en la carrera 1C número 81-B12.

 "Estámos a la intemperie, ayer mi madre y mis hermanos durmieron sin techo en un rancho que improvisaron en la invasión" afirmó Katherine Galvis.