José Yovanni, el paciente más caro de Comfamiliar
Pese a que no presenta una patología complicada, la IPS Comfamiliar le ha pagado en medicamentos, vitaminas, zapatos, cremas, gafas y hasta colchones, la no despreciable suma de $1.147’128.795. Su secreto, la tutelitis.

Todos los días escuchamos de injusticias de parte de las entidades prestadoras de salud para con los pacientes, pero pocas veces encontramos historias como ésta, en la que la damnificada es la EPS y todo gracias a la ‘habilidad’ de un paciente, quien en menos de tres años y a punta de tutelas, ha logrado que le paguen más de mil cien millones de pesos, el equivalente a 1’047.000 pesos por día.
El personaje es José Yovanni Sáenz, un laboyano de 56 años de edad, quien apenas logró estudiar hasta cuarto grado de educación básica primaria, lo que no ha sido obstáculo para que maneje la tutela a su antojo. El menudo hombre, de apenas 1,5 metros de estatura y tono de voz muy fuerte, ya es reconocido en Comfamiliar como el “paciente problema”, el “agresivo”, quien incluso amenaza con sus palabras de grueso calibre y el bastón que porta a quien no acceda a sus pretensiones.
Entre el año 2010, cuando logró afiliarse a la EPS Comfamiliar y la fecha, ha instaurado 18 tutelas, cinco que han terminado en condena para Comfamiliar y las 13 restantes que no le prosperaron, pues todo indica que en el Palacio de Justicia de Neiva ya saben que su más grave patología es la “tutelitis”.
En realidad José Yovanni no padece de una enfermedad terminal, no tiene cáncer, ni necesita diálisis, ni tratamiento de alto costo que amerite la exorbitante cifra recibida.
Él padece de dolencias en una de sus rodillas, al parecer fruto de un golpe que recibió cuando cargaba un bulto de café. Recientemente ha registrado tensión alta y principios de diabetes, enfermedades que tratadas a tiempo y con medicamentos normales, permiten mantener una vida normal.
Pero él no lo ve así si busca más de la cuenta. José Yovanni, por orden judicial, recibe de Comfamiliar complementos vitamínicos como Ensure y Ensoy en cantidades exageradas. En menos de dos años le han entregado 170 tarros de Ensure que le han costado a la EPS $10’859.180. También 55 de Ensoy que tienen un costo de $2’166.580.
Pero además ha logrado que le formulen ‘Ganocafé’, un ‘medicamento’ naturista que supuestamente sirve para desintoxicar el cuerpo. Los 52 sobres de Ganocafé le han costado a Comfamiliar $5’199.000.
Igualmente ha logrado que le formulen Cicatricure para algunas manchas en su piel, en total 172 tubos de crema que tienen un costo de $6’481.600.
Colchones, zapatos y más
Y la lista sigue. El muy hábil laboyano, quien vive en una habitación en la Avenida Circunvalar con calle cuarta de Neiva, logró que un juez obligara a Comfamiliar a suministrarle zapatos ortopédicos. En los últimos tres años ha recibidos 8 pares que le costaron a la EPS $3’450.000. Se trata de calzado en cuero, con refuerzo y en los colores que él los pide.
También ha logrado el suministro de cuatro pares de muletas por valor de $330.000 y un par de lentes que sumaron 659.000 pesos.
Pero tal vez lo más anecdótico de todo es el suministro de colchones. En menos de dos años Comfamiliar le ha tenido que entregar tres colchones, uno ortopédico que tuvo un costo de $7’192.000; uno ‘antiescaras’ que costó $3’712.000 y también una colchoneta ortopédica semirrígida que costó $1’324.800, para un total en colchones de $12’228.800, una cifra que haría dormir muy bien a cualquiera.
Y ahora lo estético
Pues no contento con esto, José Yovanni acudió a la tutela para que Comfamiliar le mandara a arreglar sus desgastados y poco cuidados dientes. En 13 sesiones realizadas en la Sociedad Odontológica del Huila, le implantaron nuevamente todos los dientes, le hicieron una especie de diseño de sonrisa, todo por la no muy módica suma de $34’280.000.
En este largo proceso, Comfamiliar asegura que ha logrado defenderse de nuevas acciones legales, pero que las falladas inicialmente siguen desangrando la empresa e impidiendo en muchos casos el suministro oportuno de medicamentos y tratamientos a personas que sí lo necesitan.
En decenas de carpetas donde se encuentra el historial de excentricidades de José Yovanni, también reposan múltiples quejas de médicos y funcionarios que señalan los atropellos y groserías de él, como también algunas certificaciones de galenos que manifiestan haber sido engañados por José Yovanni, artificios que le han servido de sustento para entablar tutelas y lograr sus oscuros objetivos.
La médica Luz Alba Tovar de Gómez fue una de ellas. En una misiva radicada en Comfamiliar, asevera que José Yovanni acudió a su consultorio a una cita, remitido por la IPS Comfamiliar y que al momento de la formulación de medicamentos le dijo que le recetara medicinas por fuera del POS, que él tenía suficiente dinero, que se desempeñaba como prestamista y que era propietario de una finca ganadera en Pitalito.
“Manifiesto que fui engañada en mi buena fe por este usuario, quien con sus mentiras está defraudando el sistema de salud”, indica la carta que reposa en los archivos de Comfamiliar y la Superintendencia de Salud.
La EPS tiene lo que parecen evidencias que confirmarían fraudes de parte del usuario, quien habría adulterado formatos, tapando textos con papel y sacando copias, como también repisando, con lo que logra reclamar medicamentos no formulados y en cantidades diferentes, hechos que son materia de investigación y que la IPS analiza para ponerlos en conocimiento de las autoridades.
Las quejas de los centros donde es remitido son repetitivas. El Centro Oftalmológico Surcolombiano, a donde fue enviado una sola vez, se quejó ante Comfamiliar y la Superintendencia de Salud por la agresividad y grosería del paciente. Lo mismo pasó en Mediláser y en otros consultorios de médicos particulares.
Si hubiera tomado todo, estaría muerto
El caso de José Yovanni es definitivamente único en su tipo, al punto que obligó a Comfamiliar a reunir a lo más destacado de su equipo profesional para realizar un estudio técnico que incluyó el análisis farmacológico y químico, llegando a la conclusión que si el paciente José Yovanni Sáenz hubiera tomado en estos tres años todos los medicamentos que a punta de tutelas se ha hecho formular, seguramente estaría muerto.
En total han sido 19 medicamentos, en su gran mayoría fuera del POS y con costos muy elevados. En la actualidad el paciente alega “dolor en miembro”, para lo cual recibe una droga denominada Truxa (60 pastillas valen $1’011.000.). Para el mismo mal le recetaron Fituestimuline, una crema que vale $585.000 y Versatis, parches que tienen un costo de $1’530.000 por caja de 90 unidades (en parches le han dado más de 50 millones de pesos).
También recibe droga para la migraña, para el mareo, para los callos y callosidades y hasta “lágrimas naturales”.
Gracias a los fallos de tutela ha logrado que lo remitan a la Clínica Marly de Bogotá (asegura que las clínicas de Neiva son malas, sucias y que los médicos no son buenos), entregándole además los pasajes terrestres, el dinero para la comida y el hotel que también ha corrido por cuenta de Comfamiliar.
Recientemente el Tribunal Contencioso Administrativo del Huila, donde radicó una tutela, falló en su contra y le negó las pretensiones de la misma. En la acción pedía traslado aéreo a Bogotá, hotel, comida y viáticos, así como la autorización para un examen médico que también se podía practicar en Neiva.
“Todo es falso”
DIARIO DEL HUILA dialogó con José Yovanni Sáenz, quien asegura que se trata de una persecución.
Señala que no tiene las cuentas claras, pero considera que Comfamiliar le ha entregado medicamentos y elementos por unos 20 millones de pesos en los tres años de afiliado, nunca por los más de mil millones de pesos que le ponemos de presente con la relación suministrada por Comfamiliar.
“Yo soy un paciente que llevo 14 años discapacitado, inicialmente afiliado a una Asmesalud del Cauca. En Pitalito tuve un golpe cuando trabajaba en una finca y el médico Rafael Herrera me hizo una cirugía mal y me torció un tendón de la pierna, desde ese momento soy discapacitado y me ha tocado pelear para que me atiendan y para que me den la droga... Eso de la pierna lo demandé y está en casación y la aseguradora me la tiene que pagar…”, asegura el menudo hombre, quien como lo afirman los funcionarios de Comfamiliar, es conflictivo y agresivo al hablar.
“Comfamiliar nunca me ha dado una pasta, ni siquiera un ibuprofeno si no es a las malas, peleando… el problema empezó porque un médico de aquí me remitió a la [Clínica] Marly, a Bogotá y por eso Comfamiliar me ha hecho la guerra… hoy tengo un estimulador para la pierna, tengo diabetes, hipertensión y por eso es que me tienen que dar los medicamentos”, asegura Yovanni, quien efectivamente se moviliza utilizando dos muletas y los zapatos ortopédicos que le da la EPS.
Ante la pregunta de por qué no recibe tratamiento en Neiva y sí en Bogotá, señala de manera violenta que “la Clínica Uros es lo peor. La comida es como para los perros, los colchones donde lo acuestan eso no es ni para pordioseros… yo no entiendo cuál es el malestar si todo eso me lo paga el Fosyga, como lo ordena el Juzgado Cuarto de Neiva. Hay tres tutelas que me amparan el tratamiento integral, tengo ese derecho y es eso lo que le molesta a Comfamiliar”, reitera.
Yovanni niega que le hayan dado tres colchones, dice que fue solo uno de siete millones de pesos y certifica que todo lo que le dan se lo toma. “Yo sé que dicen que yo vendo la droga pero eso es falso… que me lo comprueben”.
Al indagarlo sobre su actividad, dice que no puede hacer nada por su “discapacidad” y que vive de la caridad, de la ayuda de un primo hermano y de una familiar que trabaja en el Palacio de Justicia de Neiva. “Esto es obra de una funcionaria de apellido Solano que me persigue”.
Finaliza su intervención diciendo con orgullo que en el Palacio de Justicia, donde trabaja su familiar, “me dicen que yo soy un verraco”, porque le gano todo a Comfamiliar.