Foco de inseguridad: necesidad de renovación

Cansados de tanta delincuencia, inseguridad y vivenciar el consumo de sustancias alucinógenas presentándose la comisión de delitos, la acumulación de basuras y la indiferencia por parte de muchos habitantes delbarrio Guillermo Liévano de la Comuna 8, se llevó a cabo una actividad de ornato, embellecimiento y luminosidad.

Es de anotar que esta actividad estuvo liderada por cinco estudiantes del programa de Licenciatura en Pedagogía Infantil de la Universidad Minuto de Dios y la junta de acción comunal de este barrio en representación de su presidente, el señor Virgilio Gutiérrez, quienes oficiaron a la Policía Metropolitana de Neiva para realizar este proyecto de responsabilidad social mancomunadamente. Se resalta el apoyo de diferentes entidades como la Secretaria de Medio Ambiente y Ciudad Limpia, entre otras que aportaron en la recuperación de esta zona verde.

La jornada inició desde tempranas horas de la mañana con la participación de adultos, jóvenes y niños, que poco a poco limpiando, recogiendo y formando senderos con piedras pintadas con cal y la compra de dos reflectores hicieron ver la cara de este gigantesco parque embellecido, acogedor y generador actividades lúdicas, deportivas y educativas.

“El objetivo primordial de esta actividad es crear conciencia y cultura ciudadana, hacer que los habitantes de este sector se apropien del lugar para convertirlo en un espacio en el cual sus hijos y toda la comunidad en general realice  actividades de recreación y sano esparcimiento que alejen a nuestros niños y jóvenes de las drogas y la violencia”, mencionó Marleny Murcia, tesorera de la junta de acción comunal, quien se comprometió junto con la comunidad a preservar y mantener este lugar en óptimas condiciones teniendo en cuenta que se solucionó uno de los problemas que más afectaba este lugar como era la falta de alumbrado.

La líder

Marleny Murcia, tesorera de la junta de accion comunal, madre de familia y estilista, le gusta trabajar con y para la comunidad. Su compromiso desde hace varios años con el barrio donde reside y vio crecer a sus hijos, es de profundo arraigo y considera que vive feliz pese a los focos de inseguridad y la falta de responsabilidad por parte de sus vecinos. Por eso se empeñó en conformar este grupo de trabajo para aplacar el fenomeno que diariamente les apaga sus sonrisas.