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Neiva/ Creado el: 2014-03-15 10:59

Fabián: una vida sin límites

Hace tantos años Fabián Andrés Vásquez quedó inválido al caer de un árbol, su golpe contra el mundo fue fuerte pero su espíritu lo fue aún más. Hoy ya es licenciado en Educación Física y tiene un club deportivo con el que pretende ayudar a más personas que compartan su situación.

Escrito por: Redacción Diario del Huila | marzo 15 de 2014

Fabián Andrés Vásquez jamás imaginó que esa noche realizaría su última caminata. Hacía mucho viento y la luna estaba llena, en esa fase en la que se torna amarilla y gigante, haciendo más claras las noches de Neiva. Su placer era realizar recorridos nocturnos disfrutando de esos placeres naturales. En compañía de un amigo decidieron subirse a un árbol, recordando las aventuras de niños.


“Teníamos ganas de treparnos en un árbol, estar más cerca de la luna que estaba hermosa, sentir el viento y disfrutar del sonido de las hojas. Me trepé una rama más arriba que mi amigo y al acomodarme se partió, caí a una altura aproximada a cuatro metros y medio, en un terreno inclinado rocoso, ahí una piedra me desplazó la columna en un 89% pulverizándome una vértebra, lo que produjo en mi cuerpo una paraplejia. Lo último que recuerdo es un zumbido muy fuerte en mi oído y un dolor insoportable en la espalda", narró Fabián.


Hay personas que saben convertir una dificultad en oportunidad. Andrés Fabián, a sus 25 años, es una de ellas. Siendo estudiante de quinto semestre de Educación Física sintió que el mundo le cerraba las puertas al estar en situación de discapacidad pero él ha aprendido a abrirlas de nuevo a través de esfuerzos y perseverancia.


"Las psicólogas, algunos amigos y compañeros me decían que dejara de estudiar Eduación Física, que esto no me iba a servir para nada, que en la silla de ruedas era imposible. Sin embargo yo decidí terminar mi carrera porque es lo que me gusta. Fue una experiencia positiva para los profesores que tuvieron que enfrentarse a una clase de deportes con un estudiante en silla de ruedas como para mí", recordó.


Al despertar en el hospital, su familia no sabía como informarle la trágica noticia, les deprimía ver al deportista de la casa en una cama sabiendo que jamás podría volver a caminar. Sus hermanos lloraban y ninguno fue capaz de contarle. Fabián se enteró por el médico que con palabras técnicas le explicó la situación, su respuesta fue de fortaleza, decidió no manifestar tristeza para no aumentar la depresión de sus seres queridos.


La universidad no fue sencilla, tuvo que dejar de ver varias materias que le gustaban pero también pudo desafiarse a sí mismo y conocerse mejor. "Fue difícil, pero no imposible, busqué la manera de vivir las experiencias de otra forma. Los espacios no estaban adecuados para las sillas de ruedas, incluso aún en la facultad de Educación no existen baños para personas en situación de discapacidad física. Pasamos derecho de petición con otro estudiante en situación de discapacidad pero aún no han realizado los cambios. Todo esto nos dificulta la vida, porque uno busca ser independiente y libre y es feo tener que depender de otras personas para desplazarte a cualquier parte", comentó.

Un club deportivo lleno de sueños


En 2012 constituyó el ′Club deportivo sin límites para personas con discapacidad física′ inciando con una escuela de natación para niños, de diferentes barrios vulnerables, en situación de discapacidad física.
"Les enseñábamos a nadar buscando que empezaran una práctica deportiva tan integral que les servía no sólo para su rehabilitación físíca, también para su rehabilitación social. Además tuvimos baloncesto en sillas de ruedas y participamos en un evento de talla internacional, cuando se impuso las cuarenta horas continuas de baloncesto en sillas de ruedas, pero desafortunadamente después de eso las entidades se olvidaron del asunto y quedamos solos", expresó con tristeza Fabián.


Actualmente la fundación continua impartiendo clases de natación a un adulto y tres niños, e iniciará un proceso deportivo con tenis de mesa. Como proyectos a futuro está el finalizar una investigación en la que se identifican y caracterizan las personas con discapacidad física en las comunas de Neiva.


"Para nadie es un secreto que muchas de las personas en discapacidad tiene difíciles situaciones económicas, la idea es poder ayudarles, algunos ni cuentan con silla de ruedas. En el club varios han dejado de asistir porque no tiene cómo llegar a los entrenamientos, ni nadie que les haga el favor de llevarlos. A veces es lo del taxi o lo del almuerzo. Entonces terminan sumidos en el olvido, en una cama", manifestó.
"Con el club no estámos mendigando nada, estámos exigiendo un derecho, queremos sentirnos acogidos, poder hacer deporte también, arte, académia, ser productivos y aportar desde nuestras particularidades, aportes valiosos para una sociedad justa y equitativa", enfatizó el joven que tiene espíritu de río, sabe dejar la vida fluir, deja que la corriente se lleve las dificultades y como río nunca puede estar quieto.


El 22 de febrero de 2013 se graduó como licenciado en Educación Física, Recreación y Deportes, demostrando a muchos de los incrédulos que era posible avanzar en el pregrado a pesar de su nueva condición física.


Rolo de nacimiento pero opita de corazón, está acostumbrado a viajar de un lugar para otro desde niño. Él y sus dos hermanos menores vivieron en varias ciudades en las que era contratada su madre, que es enfermera. Hoy su familia viajó a Chile, su madre aceptó la propuesta laboral en el extranjero y se llevó consigo a los hermanos de Fabián.


Él decidió quedarse en Colombia por amor a su club y a su novia, que también es amante del deporte y nadadora destacada. "Yo no podía dejar el club iniciado, no podía dejarlos a ellos, a mis compañeros. Yo viví esto y sentí que estaba mal hecho, así que mi principal meta es hacer que el club crezca".

 

El amor llegó


A su novia Karen Cardoso la conoció en el marco de la reforma a la Ley 30, cuando él lideraba una mesa de discusión estudiantil. Al verse los dos fueron flechados por el interés y la conversación los unió.
Karen es una destacada nadadora que tuvo que abandonar su pasión por una lesión. Sin embargo, el amor al deporte los hace más compatibles.
"Nos gustamos, empezamos a hablar, ella me comentó su problema de la columna y decidimos hacer natación juntos. Al final nunca nadamos, pero eso nos dió para conocernos, salir y hablarnos. Me enamoré de esta chica que pudo quedar en silla de ruedas pero fue una guerrera y venció la silla. Ahora estudia dos carreras, Derecho e Ingeniería Ambiental, es muy activa e inteligente, además de hermosa", afirmó Fabián sonriente.

 

Quienes quieran colaborar con el ′Club deportivo sin límites para personas con discapacidad física′ pueden marcar al 3158104515.