El hombre que se dejó seducir por la arena
Raimundo Charris, un barranquillero de pura cepa, descubrió el inigualable amor que sentía por la arena, hoy en día es uno de los escultores más importantes del país.

Hace más de 20 años, cuando Raimundo Charris pasaba gran parte del tiempo compartiendo con su familia en las playas de su tierra natal, realizar figuras en arena era quizás lo que el más disfrutaba a la hora de llegar al mar.
Hacía figuras pequeñas, sin mayor dificultad pero que sin ninguna duda dejaba con la “boca abierta” a todo el que pasaba por el lugar y observaba el don que este hombre poseía para transformar la arena en arte.
Como muchos, Raimundo Charris llegaba a la playa a disfrutar de las olas, del olor a ceviche y del agua salada pero como pocos, pasaba horas y horas tratando de hacer detalles que no solo impactaran a la vista de los transeúntes, sino que lo llenaran a él de satisfacción.
1998
Con el paso del tiempo, las figuras de Raimundo empezaban a tornarse más elaboradas, con detalles más finos y mucho más profesionales por lo cual fue el primer año en el cual este hombre dio inicio a su carrera como escultor de pesebres en arena.
Bogotá fue la primera ciudad por conocer oficialmente este arte, que si bien necesita de técnicas importantes a la hora de llevarlo a cabo, genera cientos de emociones en niños, jóvenes y adultos que se acercan a contemplar la divinidad de cada una de las piezas que con amor y paciencia fabrica el escultor.
La virgen María, José y los animales que los acompañaban dentro del establo donde nació el niño Jesús, también son diseñados por este hombre que no deja escapar ni un solo detalle a la hora de trabajar con su fiel acompañante, la arena.
Con perseverancia todo se logra
Durante todos estos años de carrera formal e informal, Raimundo Charris ha logrado perfeccionar su técnica a medida que pasa el tiempo. Figuras que vayan en forma piramidal, estén hechas con amor y tranquilidad, son algunos de los tips que tiene este barranquillero para que sus ilustraciones queden plasmadas de la mejor manera y así ser reconocido a nivel nacional por su trabajo que para él significa su vida entera.
Su familia siente orgullo por su labor, que si bien es poco convencional, tienen claro que hace feliz a este hombre de 54 años y que desde muy joven se dejó seducir por la arena.
Su mayor logro fue de un busto que alcanzó a medir 2.20 metros de altura y que representa para él una motivación inmensa para que cada segundo de su vida, sus figuras se vean mejores.
Neiva, escenario perfecto
La Navidad es una época cargada de amor y felicidad y en Neiva estas fechas no pasan desapercibidas. Hace un mes, Raimundo Charris arribó a la capital bambuquera de Colombia para empezar a fabricar cada uno de los pesebres que adornarían las calles de varios barrios de la ciudad.
“Los niños se acercaban y se les veía la felicidad al ver todo lo que yo estaba haciendo” cuenta con gran alegría este hombre que si bien disfruta al realizar su trabajo, su mayor satisfacción se deriva de la emoción que su labor le genera a quienes lo admiran.
Barrios como Las Palmas, Los Mártires y Fronteras del Milenio tuvieron el privilegio de presenciar la realización de estas esculturas que estarán exhibidas durante toda la época navideña para que todos los neivanos se acerquen y disfruten de esta técnica innovadora que por primera vez llega a la capital del departamento del Huila.