El drama de las madres prostitutas
Según estudios realizados en el país más del 90 por ciento de las prostitutas son madres mientras que el otro 10 por ciento de ellas al quedar embarazas han abortado o simplemente abandonan o regalan sus hijos.

Una de las tantas madres prostitutas que hay en el Huila y a quien llamaremos “Andrea”, es una joven de 25 años proveniente de una familia humilde del Valle del Cauca y quien desde sus 17 años de edad se involucró en la prostitución debido a la situación económica por la que pasaba su familia además del maltrato físico al que era sometida por parte de su padrastro. Para su madre, “Andrea”, se dedica a la venta de ropa y calzado en diferentes poblaciones del Huila y Tolima. Con lágrimas en su ojos “Andrea” dice que “la vida que llevo nunca la quise pero fue en la única en la que encontré como sobre vivir…la primera vez que tuve un cliente fue también la primera vez que tuve relaciones, esa experiencia fue la más desagradable de mi vida, me sentía sucia, pensaba que nada tenía sentido, que era mejor no vivir…ese primer cliente era un hombre de unos 50 años, gordo y muy desagradable, recuerdo que me pago 50 mil pesos y pague 10 mil pesos de la habitación, con la plata que me quedo puede comer por unos días”.
Pese a los cuidados que “Andrea” tuvo a los 4 años de ejercer esta profesión quedo embrazada de uno de sus clientes, en ese momento dice ella que “no sabía qué hacer, no sabía de quien estaba embrazada, sentía que el mundo se me había acabado por completo, la verdad pensé en abortar pero a la vez creí que esa sería la razón para dejar la vida que estaba llevando por lo cual decidí luego de muchos días y sin decirle a nadie que tendría a mi bebé”. Por casi un mes “Andrea” dejo la prostitución y se dedicó a buscar un trabajo del cual no se sintiera avergonzada pero por no haber terminado sus estudios no fue posible encontrar un trabajo, además ya no tenía dinero para comer y mucho menos para pagar el arriendo, por lo cual regreso a la prostitución y en solo un fin de semana consiguió el dinero para pagar el arriendo de la habitación en la que vivía y poder comer. Pasados los años “Andrea” quedo nuevamente embrazada con la diferencia que en esta ocasión si sabia y estaba segura de quien es el padre de su hijo. Este bebé solo tiene un mes nacido y como es obvio el padre no lo reconoce. “Andrea” durante sus dos embarazos continúo en este oficio, consumiendo licor, fumando y sin los cuidados que debe llevar una mujer embarazada, pese a esto sus dos hijos nacieron sin ningún tipo de enfermedad. “Andrea” continua ejerciendo la prostitución durante los fines de semana y le paga a una señora humilde, y, de buenos valores para que cuide durante 4 días a su hija y su bebé de tan solo un mes de nacido al cual no amanta y alimenta solo con una especie de leche que realiza a base de agua, un poco de avena, canela y leche en polvo. “Andrea” en medio de la conversación dijo “he llegado a pensar en regalar al bebé, eso es una decisión que aún no he tomado”.
Otras mujeres que se dedican como “Andrea” a la prostitución y con historias de vida casi similares dicen que es complicado criar a sus hijos porque llega el momento en que preguntan ¿por qué no están los fines de semana?, ¿en qué trabajan?, ¿quién es su papá? y un sin número de preguntas a las cuales ellas dan respuestas falsas o evaden a como dé lugar. Pero así como se encuentran estas historias de mujeres que no quieren que sus hijos sepan de la vida que llevan y otras tantas que reconocen que sus hijas se han dedicado también a la prostitución y que trabajan en el mismo lugar que ellas.
Indagando sobre las estadísticas de mujeres que se dedican a la prostitución, cuántas de ellas son madres y que programas se desarrollan con esta población encontré luego de indagar a varios funcionarios de la Alcaldía de Neiva y la Gobernación del Huila que ninguno maneja esta temática y por el contrario pasan la responsabilidad de una Secretaría a otra. Al parecer en el Departamento del Huila no se ha realizado un estudio juicioso sobre esta población para conocer sus problemáticas y necesidades para poder desarrollar programas en beneficio de estas mujeres y sus hijos.
Según un estudio realizado en 2010 en Neiva por el Observatorios de la Universidad Colombiana, la prostitución en ese entonces se ejercía a los alrededores de las más prestigiosas universidad, donde estas mujeres ofrecían sus servicios a domicilio y con el voz a voz. En esta misma investigación se encontró que en el centro de la ciudad se utilizaban fachadas de establecimientos expendedores de bebidas alcohólicas.