jueves, 11 de septiembre de 2025
Neiva/ Creado el: 2014-04-05 11:59

“Yo amo mi barra, me hace sentir bien”

Katherine Cárdenas es una bella joven de 18 años que practica la danza del tubo, la cual consiste en sujetarse y bailar alrededor de una barra realizando femeninas y sensuales poses con cada giro. Esta experta da clases privadas en su apartamento.

Escrito por: Redacción Diario del Huila | abril 05 de 2014

Sensualidad, erotismo, coquetería y mucha flexibilidad son algunas de las cualidades que tiene Katherine Cárdenas para practicar pole dance (baile del tubo). Esta joven de 18 años danza con ropa ligera alrededor de una barra de metal girando, ascendiendo e invirtiéndose en atractivas poses.

"El pole dance se tiene que practicar con poca ropa para que la piel se adhiera mejor a la barra y no deslizarse tan fácil. Es una práctica muy placentera, le sube la autoestima a las mujeres. No es tan sencillo como parece, practicarlo me ha provocado varios morados, pero las satisfacciones son mayores, yo amo mi barra, me hace sentir bien", afirma Katherine mientras señala la barra ubicada en la mitad de la sala de su apartamento, donde vive con su madre y dicta clases privadas de una hora.

En Santiago de Chile Katherine consiguió su certificado en ′pole dance′ a través de un intensivo curso que costó dos millones de pesos y duró dos meses y medio. “El pole dance te quita todos los tabúes de tu mente. Aquí tú te ves como eres, te aceptas y te empiezas a gustar con tus formas. Tres veces a la semana, con una clase de 45 minutos de Pole Dance es suficientes para ejercitarte, desestresarte y sentirte bien. Por otro lado, jugar es muy rico, te permite divertirte con tu pareja", explica Katherine, que suele mezclar la danza árabe con el pole dance, y se confiesa amante de la sensualidad.

La danza del tubo tiene sus inicios en los clubes nocturnos para hombres, se caracteriza por ser un baile muy erótico. Hoy en día es reconocido por sus beneficios para la salud y como una forma divertida de ejercitarse. Sin embargo, los prejuicios ante tal danza son grandes aún. Cuando Katherine empezó a bailar recibió críticas de su padre, que consideraba que la danza de la barra se reducía a los shows de cabaret. “Él creía que se trataba de los Night Clubs, la chica fina bailando para los ejecutivos”, recuerda Katherine.

"Mis clientas tienen desde 20 a 40 años, ellas me cuentan todas sus intimidades y les ha servido para rescatar sus relaciones. Vienen muchas mujeres casadas a pedirme que les ayude a montar una coreografía para sus esposos. Además de que fortalecen los senos, moldean glúteos y abdomen, y sus piernas se tonifican", cuenta. Incluso han asistido mujeres de creencias cristinas que desean conocerse mejor a sí mismas y desinhibirse.

Tubo espectacular

Hace más de un año Katherine practica pole dance, lo que le ha permitido no solo divertirse, también moldear su cuerpo. Con destreza se adhiere a la barra y realiza giros a mucha altura. Su tubo lo alquila en algunas ocasiones para que sus clientas realicen los espectáculos a sus parejas “Hasta el momento yo no lo he practicado con ningún novio, no se ha dado la ocasión. Pero en un futuro seguro lo disfrutaré con mi pareja”, confiesa.

Por su sensualidad y peripecia en la barra la han buscado para realizar presentaciones nocturnas. En la discoteca Romeo y Julieta se ha presentado en repetidas ocasiones. “No me gusta dar shows, lo hago es cuando necesito dinero rápido. De forma muy esporádica”, narra Katherine que hasta el momento afirma no haber realizado presentaciones privadas.

Para ella la barra más que ser un deporte, es un juego, que le permite coquetear, sentirse sensual y desarrollar su erotismo. Sentirse mejor consigo misma. “La barra es un juego, cuando crecimos nos olvidamos de jugar, esto es como ir al parque y encaramarte en las barras y deslizarte, etc. Tiene que fluir. Sacamos la niña traviesa que tenemos adentro”, dice risueña mientras gira alrededor del tubo, sosteniéndose de una sola mano.