“Si hay amor, ser mamá soltera no será difícil nunca”
Tan solo 21 años, una bebé de casi 2 meses de nacida, pañales y llantos, hacen parte de la nueva vida que debe llevar una joven madre que quedó en embarazo producto de la irresponsabilidad.

Juliana Fajardo, es una joven de piel trigueña, rostro angelical y con visiones claras de amor por su familia, aseguraba que ser madre no era para ella, pensaba que “era algo muy complicado, de mucha dedicación y que jamás podría con eso”, algo imposible desde su punto de vista.
En enero del presente año, Juliana empezó a sentir nauseas, fastidio a lugares, comidas y/o personas, seguido de unos kilos de más que empezaron a notarse en su cuerpo. Intentó hacerse la primera prueba de embarazo pero ésta arrojó un negativo, lo cual, durante un tiempo limitado la hizo sentir tranquila y confiada, pero las constantes molestias le quitaron la felicidad. “Me fui a hacer la segunda prueba y esa sí salió positiva, tuve angustia, miedo, felicidad, me dio de todo”.
La joven mantenía una relación estable con el hombre que en ese momento se robó su corazón, viajaban, salían de fiesta, hacían todo tipo de planes juntos, en general se amaban en cuerpo y alma por lo que utilizaban pastillas como método anticonceptivo porque no estaba en sus planes ser padres a tan temprana edad, (Juliana ni siquiera pensaba serlo durante toda su vida) pero por cosas del destino, dejó de consumir los anticonceptivos y fue ahí cuando el sexo inseguro, hizo su jugada más sagaz, convertirla en madre.
24 de septiembre, 8:47 de la mañana
Antonia Ibarra Fajardo, nació por cesárea en un centro hospitalario de la capital huilense, la esperaban con grandes expectativas sus abuelos, tíos, amigos pero sobre todo, su madre quien había tenido durante todo el embarazo una serie de pensamientos que le permitían imaginarse cómo sería ese momento en el cual su hija por fin estaría en sus brazos.
Piel trigueña, cachetes pronunciados y ojos que inspiran amor, fue lo primero que esta joven madre admiró al ver a su hija por primera vez mientras salía de su vientre, de donde se había concebido, formado y por fin, llegaba para mostrarle a su madre, que ser mamá joven no era tan horrible como muchas veces le habían dicho.
Dos días después de nacer, esta pequeña debió ser internada en la Unidad de Cuidados Intensivos pues su cuerpo presentaba señales de deshidratación lo que llevó a Juliana, a la tristeza propia de ser madre. “Mi hijita se me enfermó y la tuve en la UCI, esa fue mi depresión más grande, verla enferma”.
A los pocos días, Antonia salió perfecta de la clínica para empezar a compartir la verdadera vida junto a su mamá, tía y abuelos con quienes vive actualmente.
“Ser mamá soltera es símbolo de mucho amor”
Juliana Fajardo y Juan Sebastián Ibarra decidieron dejar a un lado el noviazgo que existía entre los dos debido a complicaciones propias de una relación pero sin evadir la responsabilidad inminente de sacar adelante a su hija.
Ser madre soltera no le preocupó ni le preocupa en ningún momento a esta joven, trabaja fuertemente todos los días para ofrecerle una estabilidad económica a su hija, no solo porque sabe que las cosas cambiaron desde el preciso momento en el que concibieron a Antonia, sino porque no le gusta sentir que es una carga para sus padres y porque, como ella misma expresa, ya no tiene que velar solo por su bienestar, sino por el de su hija que en este momento representa el amor más puro que un ser humano puede llegar a sentir. “Estar soltera no es difícil pero desde que uno tenga la voluntad y el apoyo de la familia no será difícil nunca”.
¿Qué piensa ahora? ¿Qué se siente ser mama?, responde que hoy, 1 mes y 29 días después de traer al mundo a su hija, se siente la mujer más feliz y orgullosa del mundo “es muy difícil en ciertos aspectos pero no me arrepiento jamás, ser mamá me hace muy feliz”.
Asegura que nunca pensó en abortar a su hija, que esta práctica no está dentro de sus principios y que aunque no está de acuerdo con este tipo de soluciones fáciles, recomienda a las niñas y jóvenes que pueden estar pasando por una situación similar a la suya que se necesita de “mucha fortaleza y mucha dedicación, saber que ahora uno no tiene que pensar solo en uno sino que hay que luchar mucho por su hijo y por salir adelante por los dos” pero que desprenderse de una criatura que no vino al mundo por decisión propia no debe ser la solución a tomar.
Reitera que no hay nada más importante que tener claro que los métodos anticonceptivos dan cierta tranquilidad a las mujeres, que al tener sexo se debe pensar en varias cosas que resultan ser importantes para la vida de todos y que acarrean responsabilidad.
“Yo recomiendo que planifiquen, que se cuiden y que mantengan una vida sexual responsable, ser mamá a esta edad es muy bonito pero también se convierte en una responsabilidad incalculable”.