Muchas dudas sobre el asesinato al funcionario de Cundinamarca
Todavía no se entiende como el sicario logró ingresar el arma de fuego con tantas medidas de seguridad en la sede de la Gobernación.

Luis Castillo, un hombre de 63 años oriundo del municipio de Facatativá, no había terminado su almuerzo este jueves, en el restaurante de la Gobernación de Cundinamarca, donde trabajaba desde el 15 de febrero del 2011, cuando un sicario, sobre la una de la tarde, descargó tres disparos en su rostro.
Los impactos de bala sacudieron la tranquilidad de la plazoleta de comidas. El sujeto que accionó el arma llevaba varios minutos merodeando el lugar, según manifestaron algunos trabajadores de la entidad que estaban en el sitio. Después de atacar a Castillo arrojó el revólver en una caneca de basura y emprendió la huida.
Sin embargo, algunos policías que estaban en el sitio reaccionaron de inmediato y, guiados por los gritos de quienes presenciaron el hecho, capturaron al presunto asesino, quien fue identificado como Amaury García Berrocal, del departamento de Córdoba.
Afuera de la sede gubernamental, un hombre en una motocicleta esperaba al agresor, quien por poco logra escapar.
La persona detenida tiene el alias del Niche y ya había afrontado un proceso penal en el 2012, cuando fue sindicado como jefe de sicarios de ‘los Urabeños’ y condenado, el 12 de marzo del 2013, a cuatro años de prisión por el juzgado penal del circuito especializado adjunto de Montería.
Varias preguntas surgen en torno a este suceso que enlutó la ciudad. La primera, cómo ingresó un arma de fuego a esta sede, que comparte vecindario, entre otras, con el Ministerio de Defensa y la Fiscalía General de la Nación.
Algunas voces de trabajadores del edificio indicaron que, por un lado, al ingreso de este lugar son pocas las exigencias de los guardas de seguridad.
“Aquí tienen que venir personas de 116 municipios por lo que esto es algo de puertas abiertas; fuera de las requisas que pueden hacer los celadores, no hay más”, señaló un funcionario, quien añadió que hasta hace apenas un mes empezaron a realizar el registro de quienes ingresan. “Aquí hay una política de confianza, de puertas abiertas”, dijo el trabajador.
El edificio en el que funciona la Gobernación es una copropiedad con la Inmobiliaria de Cundinamarca, una empresa de economía mixta del departamento que tiene a su cargo la administración del predio. Ellos son quienes contratan la vigilancia y hacen el registro de entrada y salida.
“Tenemos nueve ingresos con un protocolo de seguridad con la empresa de vigilancia, corroboramos que todo estaba a la perfección, los elementos electrónicos están funcionando, los vigilantes tienen un protocolo que se ha cumplido”, explicó Andrés Arias, gerente de la Inmobiliaria de Cundinamarca.
Pese a eso, este medio estableció que las entradas no cuentan con arcos de detectores de metales, aunque, según Arias, los celadores tienen garretas, dispositivos que sí lo hacen. Para algunas personas cercanas a la víctima, quienes no revelaron su identidad, es cuestionable que la gerencia declare que la seguridad funcionó, cuando un arma de fuego ingresó sin ser detectada.
En este momento, las autoridades judiciales cuentan con todos lo elementos que allegó la vigilancia privada (listas de ingreso, imágenes de cámaras de seguridad) y serán las encargadas de establecer cómo sucedieron exactamente los hechos.
FUENTE: EL TIEMPO