Modelo económico es caótico, usurero y empobrecedor: Sarmiento
El consenso de Washington se llevó por delante al campo, la industria y el empleo. Como si fuera poco ferió los activos de la nación y generó un déficit en cuenta corriente que tiene al país en el borde del abismo.

Por Germán Enrique Núñez
Durante años los más inquietos en análisis económico advirtieron que Colombia cometía un grave error matriculándose en un modelo económico que única y exclusivamente favorecía los intereses del capital exógeno, que acababa con la productividad agraria, con las empresas y con el empleo porque las importaciones iban a resultar lamentables. Como si fuera poco el famoso modelo le abrió las puertas a las privatizaciones, poniendo a muy bajo precio los activos de la nación en unas manos que sacaron ventaja y que inclusive adelantaron inversiones en detrimento de aspectos sociales, económicos y ambientales.
En Colombia muchos ríos se fueron acabando, en el país de las pymes el empleo se marchitó porque resultó más rentable dejar todo en manos de la oferta externa y para colmo de males, lo que era intocable resultó en manos de los postores, verbigracia, la Empresa Colombiana de Petróleos, Ecopetrol, Isagen y otras empresas como las electrificadoras regionales que no vieron el desarrollo prometido con la apresurada venta.
El país no solo vendió sus activos sino que incurrió en un peligroso endeudamiento externo que hoy aumenta con la devaluación, pero lo más alarmante es que no se ve reflejado en obras, en crecimiento o en desarrollo. Surgen muchas preguntas, ¿en dónde está esa plata?, ¿en qué se invirtió la plata de las privatizaciones si hoy somos un país con una infraestructura a la del siglo XIX?, ¿qué le podemos mostrar al mundo en avances sociales?, ¿tan descaradamente se robaron la plata?, ¿a dónde fue a parar la inteligencia?, en fin, hoy el país está en un inframundo económico porque las cuentas fiscales no cuadran con un riesgo adicional, una eventual crisis de los mercados y una crisis mundial, no nos cogió confesados y el escenario no es halagüeño.
Para hablar del modelo económico, de la realidad y del devenir de la economía colombiana, Diariolaeconomia.com, compartió un agradable momento con el analista económico, Eduardo Sarmiento Palacio, quién había hecho advertencias y había presagiado unas consecuencias por el modelo económico que no llevarían a nada bueno. Para el experto, la política económica de los últimos treinta años fue errada y de manera increíble el país está repitiendo la experiencia fiscal de 1999 cuando el déficit fiscal pasó una cuenta de cobro mucho más que onerosa.
Primeros errores
Según el economista, los errores en el manejo económico por insistir con un modelo perdedor viene ya de varios años atrás porque en principio se adoptó una apertura económica que recibió la bendición de expresidente, César Gaviria, en 1991 y que después de ver los resultados fue un rotundo y total fracaso porque era una apertura hacia adentro en donde el país propiciaba sin límites las importaciones con el agravante que no estaba preparado para exportar porque en ese momento Colombia estaba especializado en productos de baja complejidad sin demanda mundial, independiente de algunos commodities como el petróleo y el café. Con ese modelo la economía se orientó a importar en exceso por espacio de 25 años sin mayores exportaciones, financiando la diferencia con crédito externo de tal manera que el país reporta hoy un déficit en cuenta corriente registrado al cinco por ciento del producto interno bruto, PIB, aunque para el analista puede ser mayor. De todas maneras, sostuvo, la tendencia es a crecer lo cual significa que el país adquiere todo en el exterior y en el país únicamente se prioriza el comercio, la bancarización y el ensamble de los bienes que es en donde está la mayor productividad.
Insistió que es muy delicado que el país compre lo sustancial afuera y se quede solamente con el comercio, los bancos y el ensamble, dejando como resultado una economía que no genera empleo y con un déficit en cuenta corriente que a la fecha está entre los más altos del mundo, sumándole al contexto, un dólar disparado y una industria así como una agricultura en donde estaba el gran porvenir del país, postradas porque los productos industriales y agrícolas son adquiridos en el exterior, es decir que el balance de años de apertura invita a reflexionar sobre nuevos derroteros porque el saldo deja todo en rojo.
“Lo advertí desde el comienzo, lo he repetido y lo increíble es que refrendamos la historia conociéndola, porque ya habíamos fracasado en el año 1999 cuando hubo un colapso en que el país importaba como ahora, mucho más de lo que exportaba, conllevando a un déficit en cuenta corriente complicado, se sumó la devaluación y luego vinieron acciones improvisadas del Banco de la República, entidad que nunca ha creído que la economía está en precarias condiciones sino que es una maravilla”, declaró el señor Sarmiento.
Los antecedentes, precisó el analista, muestran que en Colombia todas han sido equivocaciones porque hubo una quiebra de la Unidad de Poder Adquisitivo Constante, UPAC, con lo cual más de un millón de colombianos perdieron sus casas caso mucho más lamentable si se tiene en cuenta que esa exigencia a la Corte Constitucional no fue aceptada y por lo tanto el Alto Tribunal no operó en absolutamente nada cuando en 1999 se hicieron evidentes todos los errores.
Las medidas de la época, incluidas las del Prestamista de Primera Instancia con tasas de interés del 70 por ciento quebraron igualmente el sistema de ahorro y vivienda, afectando la financiación de la construcción de nuevos soluciones de vivienda. La crisis de 1999 significó que la industria y la agricultura perdieran la tercera parte del patrimonio y por ello el desempleo llegó al 25 por ciento, sumando a lo anterior la caída de las entradas laborales, haciendo que Colombia quedara entre las peores naciones con peor distribución del ingreso.
Situación incierta
En opinión de Sarmiento, la situación de la industria es incierta porque el país importa más de lo que exporta haciendo que la deuda sea cada vez más grande y como ha pasado históricamente, los déficit en cuenta corriente han llevado a las grandes recesiones, como pasó en Colombia y en otros países porque al comprar todo afuera y no exista una mano de obra remunerada que fabrique internamente, no hay forma de incentivar la demanda de bienes y servicios, un tema apenas obvio.
“En consecuencia, la economías lleva cinco años por debajo de su crecimiento, con un desempleo que aumenta, con déficit cada vez mayor en cuenta corriente y con una política fiscal de impuestos totalmente desubicada porque mientras Colombia tenga un déficit en las cuentas del gobierno unido a otro en la cuenta corriente de la balanza de pagos de magnitudes increíbles, la política fiscal es inefectiva porque es imposible contrarrestar los efectos de un país económicamente mal manejado y sumido en las equivocaciones”, estimó Eduardo Sarmiento Palacio.
Consideró que bajo las actuales circunstancias cuando le dicen al país que lo van a reactivar, le están diciendo mentiras porque hay de por medio un ego de proyecciones y de predicciones que generalmente fracasan lo cual es muy lamentable. Basta, afirmó el versado, con ver las proyecciones de 2019 cuando se habló de un crecimiento superior al 3.3 por ciento, pero anotó que desde ya se sabe que ese indicador va a estar por debajo del tres por ciento.
Lo preocupante, señaló, es que ahora van a inflar la cifra de crecimiento y muy seguramente la llevan al cuatro por ciento para justificar reformar tributaria que dicho sea de paso, como las anteriores, suelen ser inequitativas porque le elevan los impuestos a la clase media, a las pymes, pero eso sí, se los bajan a los grandes empresarios, lo cual hace parte de una estructura fiscal altamente regresiva en donde los que tienen más son los que pagan menos.
A criterio de Sarmiento, todos errores que se han venido agrandando en los últimos treinta años, son imperdonables ya que las advertencias no fueron aceptadas y hoy Colombia con cargo al capricho, tiene una economía postrada que crece a la mitad de las tendencias históricas, con un estado de descenso persistente del empleo que llegó tan lejos que ya la gente dejó de buscar trabajo porque está desmoralizada, o sencillamente porque no hay ofertas laborales en el campo, en las industrias de alto valor agregado.
Consideró que sin producción industrial, agrícola y minera además de la caída en la construcción, es imposible pensar en que habrá empleo y por eso el país lleva dos años seguidos con indicadores en rojo en la tasa de ocupación. Para completar, dijo, se agudizaron los índices sociales y la pobreza que había disminuido en los últimos años, de nuevo está aumentando, en parte porque los ingresos más bajos, es decir, los de la clase obrera, han sido los más afectados. Todo esto hace que se agudice la pobreza y que ese coeficiente de Gini o de distribución del ingreso, termine de rajar a Colombia.
El balance es para llorar porque la economía no crece, no genera empleo y todo porque hay un terrible desequilibrio con el sector externo que finalmente castiga dos indicadores básicos porque la economía crece por debajo de sus posibilidades y para el capítulo nacional el tema es cada vez más desigual.
Mal con privatizaciones
A juicio del analista, egregio invitado de este fin de semana, hay varios aspectos adicionales en la economía que producen angustia y uno de ellos es el endeudamiento puesto que este se dio no para producir, progresar, edificar y generar empleo, sino para consumir bienes importados.
Lamentó que el dinero de la deuda externa e inclusive el de las privatizaciones resultó estéril porque no sirvió para mejorar la calidad de vida, para prosperar y hacer de Colombia un mejor país. Sarmiento recalcó que ese dinero tan solo sirvió para ayudarles a los productores de alimentos y de bienes del extranjero, lo anterior sin hablar de temas de corrupción e ineficiencia del estado que tiene igual un capítulo que demandaría días y muchísimo papel.
Otro caos, dijo, se dio con las privatizaciones porque Colombia vendió a precios irrisorios sus activos quedando con menos valor como país económicamente hablando y con menor respaldo a la hora de un empréstito o un rescate. El manejo económico, explicó Sarmiento es el mismo gasto o ahorro que se hace en la casa, y para hacer gráfico lo de Colombia, fueron vendidos los muebles, la nevera la estufa y hasta la cama, para rematar la vivienda quedó con una hipoteca, es decir que al menor descuido el mal administrador se queda en la calle con una mano adelante y la otra atrás.
El analista económico, Eduardo Sarmiento, indicó que vender empresas con altísimas ganancias para los compradores en desmedro del capital nacional no le hace bien al país porque hubo empresas que fueron feriadas cuando arrojaban las mejores utilidades.
Esta, subrayó, es la economía colombiana, mal manejada y haciéndole fiestas a medidas reprochables que tan solo buscan que el capital, que es legítimo, se quede con todo, entregando bienes del sector público muy eficientes lo cual debiera darle fuerza al estado para compensar las grandes ventajas del sector privado.
Finalmente el analista reconoció que de cara a una gran crisis económica y a unos contagios que podrían darse por asuntos de geopolítica y precarios manejos en la política fiscal, Colombia quedó en un limbo que aterroriza porque el país hoy no tiene defensas. Además, sostuvo, el gobierno también está fracasando afuera porque los que más saben de economía en el mundo hablan del fiasco de los bancos centrales y de la frustración de la globalización.