Los otros héroes en época de pandemia
Es de humanos sentir temor ante el riesgo de contagio, pero aquí se vencen los miedos con la consciencia de estar desarrollando una labor vital para que los soldados del Ejército Nacional cumplan su misión constitucional.

La rutina de trabajo empieza desde muy temprano, cuando llegan a las instalaciones de la Novena Brigada, con la certeza de estar haciendo patria desde sus funciones. Se trata de hombres y mujeres que día a día preparan el menú para que el Ejército en el Huila cumpla con su misión constitucional, hoy en el marco de la Operación San Roque.
Debido a la pandemia de la COVID-19, el Gobierno Nacional ordenó el aislamiento preventivo obligatorio en todo el país, situación que ha obligado a las personas a adoptar diferentes estilos de vida como teletrabajo, labores presenciales con distanciamiento social, y, en general, prácticas preventivas que conducen a una mayor consciencia de los roles que se desempeñan para continuar garantizando los requerimientos cotidianos.
A trabajar se dijo
En la Novena Brigada, una de estas heroicas labores la realizan las cocineras y cocineros, personal civil al servicio de la Fuerza, quienes se encargan de preparar los alimentos de todos los integrantes del Ejército que están dentro del cantón militar.
Ellos y ellas, no han podido laborar desde sus casas debido a la importancia y exigencia de su trabajo, es por ello que mediante turnos establecidos asisten a las cocinas, y aportan su granito de arena, para que cada soldado siga protegiendo el bienestar y la seguridad de los huilenses.
Una de esas personas detrás de un plato caliente y nutritivo es Jhina Consuelo Caviedes Caviedes, cocinera en el Casino de Oficiales.
Ella, inicia su labor a las 4:30 de la mañana, y termina a las 5:30 de la tarde, tres días de la semana. En su tiempo de trabajo se dedica a organizar los alimentos y prepararlos para el desayuno, almuerzo y cena, pero asimismo desinfecta mesones y estufa y limpia todo antes de salir, para dejar todo listo en manos de los soldados encargados de servir la comida.
Tiene claro que debe utilizar en su trabajo los elementos de bioseguridad exigidos, tales como tapabocas, guantes de malla metálicos para carnes y los implementos de aseo necesarios para mantener limpio el sitio de trabajo, sin mencionar que ahora no se ve con todos sus compañeros, debido a que tiene turnos contrarios con varios de ellos, y con los que trabaja debe mantener la distancia recomendada.
El tema de sus salidas a trabajar la ha llevado con un poco de nostalgia, pues ha decidido asumir el reto de alejarse de sus dos hijos, de cinco y diez años, para no ponerlos en riesgo, pero siempre teniendo en cuenta lo necesaria que es ella en su trabajo y la responsabilidad con la que tiene que asumir este proceso.
Es por ello que no duda en dirigirse a las personas que tienen la posibilidad de quedarse en casa a través de un mensaje muy conciso, «que se cuiden y que solo salgan a lo necesario, que aprovechen el tiempo en familia para fortalecer los lazos con sus parejas e hijos, que amen y respeten, pero sobre todo que valoren cada momento que pueden permanecer unidos».
Bonita labor
La labor que estas personas realizan es muestra de admiración y ejemplo. Saben que su importante función es garantía de bienestar para los soldados, quienes con una voluntad inquebrantable de servicio salen a enfrentar diferentes delitos o a contribuir con la entrega de ayudas humanitarias y a ratificar el compromiso de seguridad con los colombianos.