La heroína que rescata animales en Neiva
Incontables son los animales que viven en las calles de Neiva sin un hogar o alguien que los ame, pues la labor ardua de Nidia es de rescatarlos y buscarles un nuevo hogar.

Por: Mauricio Silva
Pensar en los demás es algo que los humanos pocas veces hacen, pero también existen algunas personas que piensan en otros. Pero ¿dónde están los que piensan en los animales? Neiva es una ciudad con 488.927 habitantes en donde por cada 3 personas hay un animal. Perros, gatos, aves, lagartos e iguanas, son los animales que conviven con los ciudadanos opitas. En nivel de accidentalidad ha crecido el número de muertes de animales en Neiva por falta de precaución de los conductores que transitan por las vías de la ciudad.
Personas como Nidia Vargas, una caqueteña como lo dice ella “a mucho honor” que se desde muy niña su padre le enseñó todo lo bello del campo, pero lo más importante, el amor a los animales. Al ser una pequeña entendió y comprendió que el amor a los animales es el más bello y puro de todos los amores.
Esta mujer llegó al Huila y se radicó en Neiva siempre con el pensamiento a ayudar a los animales, a aquellos seres que solo brindan amor pero que no hablan, que con lambetazos y caricias, nos llenan de amor y cariño. Pues con valentía asumió un reto sin ánimo de lucro al querer ayudar a los animales que infortunadamente han sido abandonados, maltratados, y que hasta han sido envenenados; esta labor la ejerce junto a su hijo, un chico que igual que su madre, tiene un corazón grande.
En pláticas con el Diario del Huila, nos contaba como cientos de veces rescató a perros y gatos de las calles, seres que habían sido abandonados por sus dueños y otras que nacieron sin un techo; perros y gatos con heridas, laceraciones, lesiones traumáticas y algunos hasta con pérdidas de sus extremidades. Animales a los que ella, les regresó ese amor que en algún momento sintieron por los seres humanos. Perros que sentían temor, miedo, terror, espanto cuando un humano se les acercaba pero luego ella junto a su hijo de manera consistente le expresaban todo su amor y de esta manera ellos querían seguir vivos y disfrutando de estos padres o amos que los rescataron de la vida miserable que llevaban.
Nidia en su protocolo de rescate tiene como prioridad a las hembras que están pariendo o ya han parido en las calles, caños y basureros de la ciudad, dándoles una oportunidad de vivir bajo un techo a salvo sin pasar frio y hambre, esperando a que un día tal vez se acerque uno de tantos ciudadanos que hay en Neiva queriéndole brindar una segunda oportunidad de tener un hogar.
Se ha vuelto costumbre la indiferencia de las personas en Neiva ante los animales, y lo cruel es que ven a los animales como seres insignificantes. Los abandonan por motivos que si se evalúan, pasarían a ser excusas casi al nivel de las que un niño da a sus primero 7 años de vida. Excusas como: “Esa perra está preñada y hay que botarla”, “yo no recibo animales en mi casa”, “no estoy para estarle recogiendo excremento a un animal”, “No tengo plata pa’ comprarle comida a ese chandoso”, “¿más animales en esta casa?”, “si es macho, si lo acepto de resto no!”, “los gatos son desaseados”, “no quiero animales en mi casa porque coge olor a feo”, ese tipo de excusas y muchas otras son las que responden las personas cuando se les toca el tema de adopción de un animal.
Infortunadamente el municipio NO CUENTA con un hospital público que preste un servicio total a los animales por lo que le toca en algunas ocasiones pedirle ayuda a gente particular para poder pagar un procedimiento o cirugía que requiere algún animal de su Centro de Adopción y Protección Animal.
Nidia tuvo un caso que de momento la hizo dudar en seguir con en el Centro de adopción y Protección Animal (CAPA), se llenó su corazón de rabia y de dolor por el caso “Alma” una perra que ella rescató en el barrio Las Margaritas de Neiva. El animal estaba en estado de embarazo cuando una persona le pateó el vientre y la hizo abortar. Los cachorros murieron de manera inmediata y la perra se infectó de manera que empezó a emanar aromas de putrefacción. Las voluntarias Laura Collazos y María Rojas, estudiantes de odontología acudieron al llamado de Nidia para rescatar a la perra, la policía de medio ambiente también hizo acto de presencia ante el llamado de Nidia. El animal se resguardó en un lugar donde era difícil ingresar y tal vez alguien podría terminar lastimado. Uno de los policías ingreso al lote a sacar la perra o “Alma” como la llamó Nidia, donde se encontraba ya que había artefactos que podían herir a las voluntarias o a Nidia. No fue nada alentador y fue doloroso ver las circunstancias en las que se encontraba “Alma”. La perra en medio de su dolor al no expulsar los cachorros, rasgó su vientre, y mal herida tirada en el lugar.
Las moscas ya habían dejado crías en Alma y el animal moría lentamente algo que no podía permitir Nidia. Alma fue llevada con los médicos en donde dieron el dictamen que no podría sobrevivir ya que sus órganos internos ya estaban totalmente infectados. Alma murió por aplicación de la eutanasia. “Alma en sus miradas, sentía que me agradecía porque de alguna manera, sentía descanso de este enorme dolor por el que pasó por más de un mes. Nidia estuvo ese día quiso terminar esta labor pero tomo la decisión de seguir ayudando a todos los animales y ser una voz para ellos, aquellos que no pueden hablar.
Casos como el de Alma se ven diariamente en la ciudad, animales abandonados a la merced de la maldad humana y muchas veces nos olvidamos de que compartimos este mundo con otros seres, seres que también tienen necesidades y nos acompañan en nuestra cotidianeidad, son almas que nos acompañan para siempre.
Sin esperar reconocimientos de un gobierno o entidad por su dificultoso trabajo, Nidia lo que más anhela es haber llegado a la meta que espera. Hoy en día Nidia sigue trabajando fuerte mente con niños y jóvenes y adultos en pro a la sensibilización a los animales en las que asisten a los colegios y enseña a los niños a que los animales no son seres que deben ser despreciados, sino que son seres que merecen todo el amor y respeto de los humanos.